Capítulo 15

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Luego de unas horas me desperté. Al principio, mis ojos no querían abrirse, estaba a gusto entre los brazos de mi hombre. El calor y su fascinante fragancia hacían que no quisiera levantarme jamás.

Comencé a besarle suavemente los hombros y el cuello hasta que sentí un pequeño gruñido en mi oído. Un delicado beso se posó en mi frente, cerré mis ojos y levanté la cara para besarle en sus carnosos labios. El roce se volvió desesperado mientras sus manos presionaban mi espalda para hacer que nuestro agarre se volviera aún más cercano.

Un golpe en la puerta interrumpió nuestro reencuentro. Al abrir, Caleb nos observó antes de indicarnos que el almuerzo estaba servido y mi abuela nos estaba esperando. Tras asegurarle que en unos minutos estaríamos abajo cerré la puerta y volví a la cama, no quería levantarme, deseaba pasar el día con Andy en la cama pero momentos después me resigné y volví a levantarme, él hizo lo mismo.

Nos dirigimos a la cocina dónde se encontraba toda la familia y el joven brujo. Me sorprendió no ver al resto de nuestros invitados pero al ver el reloj entendí el por qué. Eran las cuatro de la tarde, probablemente ellos ya habían comido y estaban haciendo otras cosas.

—Al fin se despiertan —dice mi madre al vernos— los estábamos esperando

—Lo siento, creo que estaba demasiado cansada y perdí la noción del tiempo —dije excusándome

—Tranquila querida —mi abuela nos hizo un ademán para que nos sentáramos a la mesa— ahora comamos, tenemos muchas cosas por hablar

—Lo sé —miré a Andrew quién tenía cientos de dudas por resolver

Después de que todos estuvimos sentados y con los deliciosos platos de pollo al curry enfrente, comenzamos a degustar. Le contamos a Andy todo lo necesario para entender lo que estaba pasando. Sus ojos estaban abiertos de tal manera que podría jurar que en cualquier momento iban a salirse de sus órbitas, escuchaba atento palabra por palabra y cada tanto me volteaba a ver.

No comprendía cómo, si su trabajo era vigilar a mi familia, no se había dado cuenta de su peculiaridad en todos esos años. Quizás jamás se abocó a su tarea con tanto empeño como para darse cuenta.

—Entonces, ¿nunca te diste cuenta de esto? —le pregunté luego de que terminaron de explicarle la situación.

—No, sólo los vigilaba en el bazar y jamás lo vi comportarse de manera extraña —me susurró esto último para no ofender al resto.

—Sabíamos que nos estabas observando querido, —dijo mi abuela giñándole un ojo— no íbamos a dejar que un mundano conociera nuestros secretos.

—Ni siquiera Izan lo sabía —mencionó mi madre con cierta pena— no podía contarle.

—¿Por qué no? —la miré confundida.

—Asmodeo —respondieron todos exceptuándonos a Andy y a mí.

Continuamos la plática enfocándonos en la promesa que mi tía le había hecho a Lucifer. Teníamos que deshacer eso pero necesitábamos su ayuda si queríamos ganar la batalla.

Al concluir el almuerzo, Caleb me pidió hablar conmigo a solas, me dio curiosidad saber que más tenía que decirme por lo que acepté su petición y nos dirigimos a caminar por el bosque. La calma de los árboles, el magnífico atardecer en tonalidades rosas y naranjas, y la brisa fresca me tenían embobada mientras andábamos.

—Que hermosa tarde —dije mirándolo de reojo

—Lo es, al igual que tú —un risa nerviosa se escapó de mis labios

—¿Qué querías decirme? —esta vez lo miré directamente a los ojos

—No sé cuánto tiempo aguante así Lis

Imperio (Trilogía Antara 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora