Capítulo 11

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Una ráfaga de angustia azotaba mi corazón, estaba sintiendo de nuevo ese gran amor por él que en algún momento del pasado le había tenido, pero también amaba a Andy, mi nuevo compañero de vida. No respondí de inmediato a lo que él me decía por lo que se dirigió nuevamente a la puerta, pero antes de que saliera le sujeté por su antebrazo.

—Confío en ti —le dije con preocupación de lo que pidiese sucederles a todos

—Volveré —pronunció y besó mi mano antes de retirarse

Me senté en la cama por un momento, necesitaba calmarme antes de regresar a la cocina para hablar con mi madre. Tenía tantas preguntas en ese momento que aún no decidía por cuál comenzar. Luego de unos momentos bajé, ella estaba nerviosa, se notaba inquieta esperándome. En cuanto me vio, vino a hacia mí y me abrazó, seguramente Caleb ya le había contado lo que había pasado en mi habitación.

— ¿Estás bien? —Dijo soltando su abrazo— Caleb nos dijo que te desmayaste de nuevo y lo recordaste

—Sí, estoy bien, aunque confundida

—Imagino que tendrás preguntas, siéntate —me señaló la silla que tenía a mi lado y ella se sentó en la de enfrente al otro lado de la mesa

—No sé por dónde comenzar —le dije mirando a la nada— ¿Por qué morí? ¿Por qué vienen de nuevo a por mí? ¿Cómo es posible que renaciera? —lancé de sopetón y ella me miró fijamente

—Hija, debes mantener la calma y escuchar atentamente lo que te voy a decir, es de crucial importancia que mantengas una mirada objetiva en todo esto —comenzó— Asmodeo te creó para quitarle el lugar a Lucifer, pero al venir de descendencia humana no solo reinarás en el infierno, aquí también lo harás, llegado el momento tu tomarás el control para mantener el equilibrio en los tres planos. Eres muy importante Basilisa, por eso eres su mayor objetivo, ellos son conscientes de que puedes destruirlos si así lo deseas, así como también están aprovechando que aún no canalizas todo tu poder para volver a lastimarte —hizo una pausa que denotaba el dolor de lo próximo que diría— al igual que la última vez, no estabas preparada y usaron eso en tu contra, moriste porque no eres solo una bruja, por eso mismo es que también renaciste cien años después más poderosa que antes y con muchas más oportunidades. Todos sufrimos en estos años sin ti, hubieron muchas represalias para quienes estábamos a tu lado. Caleb era uno de nosotros, él te amaba con locura, quedó devastado cuando te vio morir en aquella hoguera infernal en la que Merve te metió. Aunque le duela que tú estés enamorada de Andrew, él hará lo imposible por hacerte feliz aunque eso signifique salvar su vida.

— ¿Por qué lo haría? No es que no se lo agradezca, pero me parece una locura que quiera salvarlo si eso representa que no estaré con él

—Aunque siga enamorado de ti y te ame, sabe que tú lo estás de tu prometido y es un hombre noble, jamás haría algo que te provocara dolor cariño, a veces es mejor dejar ir al amor de tu vida que provocarle un daño irreparable, él sabe lo que es tener el corazón destrozado y no quiere eso para ti

Sus palabras me estrujaban el alma, se notaba que era un joven honrado y sabía que me quería, pero jamás hubiera imaginado que llegaría al punto de hacerse a un lado para dejarme ser feliz. Mi madre hablaba tan bien de él que creía en cada una de sus palabras.

Si Caleb iba a encargarse de proteger mi reino yo debía encargarme de los problemas mayores. Merve y Rajul estaban cerca, pero también Azazel y su ejército estaban amenazando con destruirlo todo. Eran muchas batallas que se desencadenaban al mismo tiempo.

Al pensar en eso, sentía mis manos arder nuevamente, mis ojos se tornaban rojizos y la furia crecía, podía verlo en mi interior. Me paré de la silla donde estaba sentada. Una cegadora bola de poder viajaba por todo mi cuerpo. Cerré los ojos y cuando volví a abrirlos había fuego, mis brazos enteros cubiertos de él hasta los hombros. Mi madre observaba espantada al otro lado de la cocina.

Imperio (Trilogía Antara 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora