❝Dʀᴀʙʙʟᴇs ᴅᴇʟ RᴜᴏRᴇɴ. // MDZS.❞ [Eᴅɪᴛᴀᴅᴏ]

𝗢𝗻𝗲-𝗦𝗵𝗼𝘁 [𝗨𝗹𝘁𝗶𝗺𝗮 𝗽𝗮𝗿𝘁𝗲].

Era un día soleado cuando Wen Chao decidió que era buen día para salir y dejar de pertenecer al a familia Wen a la que siempre estuvo "atado" y sin opción a huir de su irresponsable padre. Wen Chao ya no lo soporta así que agarra sus dos maletitas de ropa y las hizo una sola. Mientras baja por las escaleras esta Wen Xu viéndolo como si le hubiera salido otra cabeza con el celular en la mano.

¿Que demonios paso para que llegue a esa conclusión? ¡No podía dejarlo solo el muy traicionero!

Simplemente se harto de su padre ese que siempre que regresa del trabajo se sienta a mirar el televisor y de ahí nadie lo saca. No se había cuestionado nada de lo que su padre hacia hasta ese momento.

Ese hombre se había atrevido a volver a hablar con la mujer de antes y a Wen Chao eso le molesto. Su padre a veces era muy sinvergüenza cuando de trataba de otras personas.

—A-Xu, me voy, dile a papá que no me busque — fue lo que dijo poniéndose los zapatos en la entrada y cogiendo la jaula donde estaba su gato de color blanco dormido.

Ese gato duerme todo el día para fastidiar en la noche, a veces Wen Chao cree que el gato lo hace apropósito por olvidarse de darle de comer. No es que fuera irresponsable con el animal, el le daba de comer antes de irse al colegio y se supone que Wen Xu le da de comer en la tarde... Bueno, el chico parece olvidarse de que tiene que alimentarlo y el gato le agarro odio a el.

Pero el tema del gato no importaba, lo importante era que Wen Xu no sabia que contestar.

Wen Chao aprovecha su desestabilizad para huir de casa.

 —... ¿Ese desgraciado acaba de abandonarme? — Pregunta Wen Xu al aire y viendo fijamente la puerta abierta y mas allá la reja de su casa ser cerrada. —¡Llámame, bastardo! — Exclama esperando ser escuchado por el menor quien alza el dedo de medio como afirmativa de que le hará caso. Tan pequeño y ya estaba haciendo con su vida lo que quería.

Wen Xu suspira de cansancio. Ah, como crecen...

Y en ese momento recuerda algo realmente importante que no se fijo hace tan solo minutos.

—¡Mierda, tiene solo diez! ¡Espérame mocoso, iré contigo! — Recoge el bolso que esta sobre el sofá y se las arregla para apagar el televisor e ir a la puerta por sus zapatos. Se los pone lo mas rápido que puede y salta la reja por la que cruzo su adorado y odiado hermano menor. Ese enano le pagaría mas tarde el hacerle correr como si el demonio le pisara los talones.

Wen Chao ignora su llamado y sigue caminando a la parada del metro, ya conoce esa calle.