Para Danna Avery las cosas eran bastante sencillas, o eso era lo que todos pensarían cuando miraban a su familia: ricos, guapos y sobre todo, puros.La vida de Danna solía ser bastante sencilla; no secretos, no engaños, no malos entendidos, solo las cosas claras. Al menos no entre ellos.
No puede haber falsedades cuando eres parte de la farsa.
Los Avery se habían esforzado por mantener una buena reputación, casi pisándole los talones a los Malfoy. No escándalos ni anomalías dentro de su familia, la palabra "perfección" en su totalidad.
Pero los Avery ocultaban cosas. Danna sabía que su padre solía ser un mortífago, que se reitró unos meses después de que ella naciera y eso solo fue gracias a que el Señor Tenebroso por fin cayó, a manos de un niño, pero esa es otra historia.
Danna, y a veces también su hermano, Jordan, solían estar en desacuerdo con la ideología de su familia, sin embargo, desde muy pequeña había entendido que no podía hacer nada al respecto, no cambiaría su forma de pensar nunca. Tuvo que aprender a morderse la lengua frente a sus padres para no soltarles todo lo que pensaba.
Aunque para alivio de la lengua de Danna, esta se contenía un poco menos en Hogwarts. El colegio se había convertido en un hogar para ella, disfrutaba muchísimo pasar tiempo con su mejor amiga, Daphne, sentarse a la orilla del lago negro y la tarta de frambuesa.
Pero por supuesto que todo en Hogwarts tampoco era perfecto. Porque estaba él.
La primera vez que cruzaron palabra ambos tenían doce años, y fue en uno de los tantos eventos a los que solían asistir las familias Mágicas más importantes, o solamente un montón de Sangre Pura con dinero, que tenían al ministerio bien manejado, si no es que hasta miembros del mismo. Está de más decir que la mayoría eran mortífagos retirados, pero, a excepción de los que no se conocían porque jamás llegaron a verse los rostros, todos pretendían que no se conocían de antes.
En esa ocasión, era la fiesta de compromiso de dos diecisieteañeros, recién graduados, ambos hijos de familias de Sangre Pura. Era ridículo que montaran un enorme teatro cuando en unos meses montarían algo el doble de grande. Pero estaba obligada a asistir y a poner su mejor cara durante el evento.
—Odio este estúpido vestido —farfulló Danna con molestia. Había decidido ir a la mesa que estaba repleta de postres para ver si podía picar algo, y esconderse un rato de sus padres, pero ni siquiera tenía apetito, se mareó en el camino, la parte del busto le quedaba grande y tenía que estarse subiendo los tirantes a cada rato.
—Creí que este era un lugar de etiqueta —comentó un chico con burla—. Ya sabes, sin groserías.
Danna no lo miró. —Eso es solo una regla estúpida —se subió la manga y se giró hacia él— Estúpida. Estúpida. Estúpida.
El chico fingió estar sorprendido, se acercó hasta ella, la tomó por el hombro y con la otra mano cubrió sus labios, luego miró hacia los lados falsamente apenado.
—Oh, disculpen a la señorita, se dejó los modales en casa. ¿Acabas de aprender la palabra, verdad?
Danna frunció el ceño antes de arrancarse su mano del rostro y retroceder.
—¿Qué te sucede?
—Solo estaba jugando, relájate —dijo mientras reía despreocupadamente.
—No son maneras de jugar —le rezongó—. Me tocaste el rostro.
—Ya, entiendo, lo siento.
Danna lo miró, poco convencida. —¿Quién eres?
Le era familiar. Cabello castaño oscuro, casi negro. Ojos verdes grisáceos hipnóticos, nariz larga.
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Only For You, Pretty | Theodore Nott
FanfictionDanna Avery estaba inconforme con todo lo que era, y odiaba todo lo que se relacionara en cuanto al linaje, la sangre Pura y los Slytherin, incluyéndolo a él. Theodore Nott. Su peor pesadilla La pesadilla que lograría deslizarse dentro de su piel si...