7. La fiesta de Slughorn.

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—¡Diciembre! ¿Es que hay un mes más bonito? —preguntó Blaise con entusiasmo, observando felizmente a su alrededor que, a pocos días de haber comenzado el mes, ya estaba repleto de adornos y pinos de navidad decorados con los colores de las casas.

—Solo estás emocionado porqué al fin tendrás una cita con Martin.

Blaise sonrió. —No puedo negarlo.

—¿Y cómo va eso? ¿Hablan seguido?

—No tanto, pero siempre nos saludamos —sonrió tontamente.

—¿Entonces ella no sabe que te gusta?

—Pues... la invité al baile, ¿qué eso no es suficiente?

Danna negó en reprobación. —Por supuesto que no. ¿Cómo iba ella a saber si no la invitaste como amigo? Como yo con Dawson.

Blaise hizo una mueca. —Eso es diferente, tú aceptaste ir con Urquhart por entrometida, solo quieres ver como me va.

Danna se rio. —¡Oye! Eso no es cierto, vamos como amigos.

—Ajá, ¿y acaso el se entera?

Danna resopló. —He estado buscando un momento para decírselo.

—¿Las cosas no fueron bien al final?

—No coincidimos en nada, no sé, es... aburrido, no hay chispa, no hay química... ¿me doy a entender?

—Eso creo —replicó, confuso—. Bueno, cambiemos de tema —pidió el moreno—. ¿Cómo van los entrenamientos?

—¡Ah, mucho mejor! —dijo, aliviada—. Finalmente me acostumbré al dolor de piernas, ya no tiemblo tanto al subir las escaleras.

—Genial. ¿Theo sigue siendo un pesado?

—Honestamente, ya no tanto. He sido yo la que se ejercita un poco más ahora. 

—¿En serio?

—Sí. Salgo a correr al lago por las mañanas, me acostumbré a la actividad física, que ahora que Theodore está mucho más relajado me hace falta.

—Y hace un mes no parabas de desearle la muerte por lo estricto que era.

Danna se rio al recordarlo, pero no desvío la atención del tema que quería tocar. —Quizá arregló las cosas con Layla. Aunque ya no se ve tan contento, se ve... bueno, igual que siempre, creo. ¿Tú no sabes algo?

Blaise negó. —Desde que me pidió lo de la nota no hemos vuelto a hablar.

Eso arruinó las esperanzas de Danna de que Blaise le contestara la pregunta que se había hecho por semanas, y también aumentó su odio hacia Nott.

—¿Lo ves, Blaise? Solo te busca para pedirte un favor.

—Déjalo, Danna.

La castaña suspiró con frustración.

—No lo justifiques, Blaise.

—No lo hago.

—¡Pues entonces ódialo igual que yo, o algo!

Zabini soltó una carcajada. —Tanto odio no cabe en mí, Danna.

La chica rodó los ojos con gracia. —Eres un idiota.

—Y aún así me tienes que aguantar.



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Only For You, Pretty | Theodore NottDonde viven las historias. Descúbrelo ahora