3. Pruebas de Quidditch

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La semana todavía no terminaba y Danna ya se estaba volviendo loca intentando organizar la siguiente. Tenía que hacer sus guardias con Malfoy, entregar la tarea de Defensa, practicar una Poción que no le salió en la última clase del profesor Slughorn por indicación de él, practicar los hechizos no verbales y asistir a las pruebas de Quidditch el siguiente domingo.

Así que el fin de semana eran los últimos días de paz que tendría, y esperaba poder ir a la biblioteca a estudiar mejor los hechizos no verbales para practicar a lo largo de la semana y también dedicarle un tiempo a volar por las tardes para irse preparando.

Se levantó temprano el sábado para poder estar en la biblioteca sola y mucho más tranquila que de costumbre, pero fue un trago amargo verlo ahí.

Danna intentó pasar sin mirarlo, pero por supuesto Theodore no podía mantenerse callado.

—¿Te caíste de la cama? —preguntó, mientras se recargaba en la estantería.

Danna pasó de largo hasta el librero que estaba enfrente.

—Solo quería estudiar con calma, pero ya veo que no va a ser posible —dijo con una pizca de enfado en la voz.

—¿Y por qué? Estoy aquí hace media hora, la señora Pince ni siquiera ha regresado del desayuno. Nadie viene tan temprano además de ti, cerebrito.

Danna rio sarcástica, era contradictorio que le dijese cerebrito, cuando estaba claro que el de las buenas notas era él.

—No, además de ti, nadie —pasó su dedo por los lomos de los libros intentando encontrar uno que le pudiese servir.

Agarró uno que creyó que sería útil y lo hojeó un poco, todavía dándole la espalda al chico.

—¿Todavía intentas impresionar al profesor Snape? —preguntó Theo con burla.

—¿Por qué no dejas de meterte en lo que no te importa? —lo miró por encima del hombro, ya bastante irritada.

—Uy, ¿estoy tocando fibras sensibles?

Danna cerró el libro de un golpe y se giró solo un poco solo para decirle—: Vete a la mierda.

Se acomodó el tirante de la mochila y se colocó el libro bajo el brazo, dispuesta a abandonar la biblioteca. Eso hasta que Theo la alcanzó a tomar de la muñeca cuando pasaba por su lado.

—No te estreses, Avery. Te vendría bien relajarte un poco.

—Golpearte el rostro con el puño cerrado me vendría de maravilla, ¿qué dices?

Theo la soltó. —Que mejor sigas tu camino, no quiero que me desfigures mi linda cara, la necesito.

—Por supuesto que sí. Si te quitan el rostro no tienes nada más interesante que ofrecer —le echó otra mirada enfadada y burlona antes de marcharse con pasos furiosos.

—¡Jódete, Avery!

—¡Que te jodan a ti, Nott! —gritó de regreso y sin girarse.

Escuchó un «¡shhh!» muy alarmante y se detuvo cuando se encontró a la señora Pince detrás del mostrador que estaba cerca de la salida.

—Lo siento —se disculpó muy apenada y se apresuró a salir, casi estrellándose con Layla Black que venía entrando.

Tendría que buscar otro lugar para estudiar tranquila.






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¿De qué se supone que hablaría con Draco Malfoy durante sus guardias?

Only For You, Pretty | Theodore NottDonde viven las historias. Descúbrelo ahora