Capítulo 3

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Llevaba ya varias semanas en el nuevo instituto y se sentía muy agusto, Felix y Changbin no se separaban de él y sus charlas en el dormitorio con Seungmin los habían unido bastante, contaba ya con tres amigos y eso era mucho para Han, "El tímido".
Se había encontrado varias veces con Minho y sus conversaciónes se habían basado en su ya típica pullita, que no duraba más de un minuto, Jisung no lo soportaba, tenía ganas de clavarle un objeto punzante en un ojo cada vez que lo llamaba flacucho, se creía muy guay el muy estúpido por pasearse por el instituto con una gorra verde, a pesar de que una de las normas era llevar la cabeza descubierta.
Minho no tenía un número concreto de amigos, por lo general la gente se acercaba a él cuando quería un poco de fama, eso no le importaba, no tenía interés en tener amigos leales, con él mismo se bastaba, pero sí tenía un claro enemigo, Yugyeom, el mejor bailarín de la escuela, eran como el perro y el gato, no podían respirar el mismo aire.
Y Jisung no lograba entender porqué se llevaban tan mal, es decir podía entender que alguien se llevase mal con Minho, él mismo no se llevaba del todo bien, pero no entendía cómo alguien podía odiar a Yugyeom, era perfecto, amable, guapo, risueño y el mejor bailarín que Jisung había visto en su vida, era como si su cuerpo se moviese solo sin ningún esfuerzo al escuchar la música, Han se quedaba a veces horas observándolo en la sala de ensayos, era digno de admirar.
Esa día era martes, y los martes Yugyeom siempre se quedaba un tiempo a mayores en la sala para ayudar a los nuevos con su baile, Jisung estaba de suerte y se había ganado una clase con él, estaba emocionadísimo.
Se mantuvo muy centrado durante toda la clase en lo que Yugyeom le enseñaba hasta que en una ocasión mientras estaba estirando pudo notar por el rabillo del ojo como alguien los observaba desde la puerta a escondidas, no sabía si el cansancio le estaba jugando una mala pasada pero podía jurar que había visto una gorra verde, ESA gorra verde, ¿que hacía él allí?.
Después de 10 minutos más practicando se dirigió al comedor para cenar en compañía de sus amigos, pero no prestaba atención a la conversación que ellos tenían en la mesa, en su cabeza seguía la idea de que Minho los había estado espiando.
Llegó la hora de acostarse y Jisung se sentía inquieto, intentó varias veces dormirse, pero no hacía más que comerse la cabeza, eran ya las 2 de la madrugada y algo le decía que debía bajar al salón de baile, no sabía porqué pero se dejó llevar por su intuición y bajó muy silencioso las escaleras, se sorprendió al notar la luz encendida, ¿Quién ensayaba a las 2 de la madrugada?
Casi se cae de culo al ver quien era, no podía ser, debía estar soñando, estaba tan anonadado que ni siquiera se escondió para que no lo pillara, se quedó estático en la puerta con sus ojos fijos en ese cuerpo que ya había visto desnudo.
-¿Qué coño haces aquí flacucho?- Se acercó a pasos acelerados, para después agarrar su brazo y tirar de él dentro, cerrando la puerta con su mano libre.
Jisung no contestaba, seguía en shock, ¡El máximo hater del baile estaba bailando a escondidas a altas horas de la noche!.
-¿Por qué siempre me encuentras en situaciones delicadas? Primero me espías en la ducha y ahora en el salón de baile, ¿es que estás enamorado de mi o que?- todavía tenía su brazo agarrado y lo soltó de golpe.
-Ya te gustaría Minho, ¿qué cojones haces bailando?- Necesitaba una explicación ya mismo.
-Antes que nada quiero que te quede clarito que te conviene callar y guardar el secreto-Utilizó el tono más amenazante que pudo conseguir.
-Ya veremos..- dijo con una sonrisa, esta información era demasiado valiosa.
-Mira niñato no te conviene enfadarme- cerró su mano en un puño y la acercó a su cara.
-¿Te crees en condiciones de amenazarme en estos momentos?, tu reputación depende de mi, estúpido, así que baja esos humos, más te vale ser amable si quieres que me esté calladito, tus amenazas no me dan miedo, baja esa mano y desembucha, ¿que haces aquí?- intentó aguantar los nervios y sonar lo más serio posible.
-Está bien- Resopló- Siéntate, por favor-Indicó mientras se sentaba como un indio en el suelo.
Jisung cedió al escuchar su porfavor y se sentó enfrente, apoyando la espalda en la pared.
-De pequeño... me gustaba bailar ¿Sabes?, me sentía libre haciéndolo, nada me hacía más feliz-Se quedó unos segundos mirando la pared, con una sonrisa, recordando los buenos tiempos, pero la sonrisa desapareció de repente- Hasta que mi padre decidió que bailar era de chicas y me envió a un internado masculino para enderezarme, dejó a los profesores encargados de vigilar que no me apuntara al club de baile, y es por eso que ensayo yo solo por la noche- Soltó todo de golpe sin mirarlo a la cara, inconscientemente empezó a jugar con sus manos posadas en su regazo, era la primera vez que se sentía vulnerable ante alguien.
-Entiendo…, pero no comprendo por qué insultas a los bailarines si tu también eres uno, en cierto modo-de verdad intentaba comprenderlo.
Minho se quedó un rato en silencio, sin estar seguro de seguir hablando-Supongo… que por rabia- Una sonrisa sin gracia se dibujó en su cara- Podéis hacer libremente lo que yo no puedo..- Lo miró a los ojos- No pido que me entiendas Jisung, solo pido que guardes mi secreto- Esperaba que en su mirada no se notase mucho que estaba suplicando.
-Está bien, me callaré, seguiremos como siempre con nuestras puyas- dijo con una pequeña sonrisa.
-Tenía pensado seguir insultándote la verdad, sigues siendo un flacucho-Una sonrisa adornó sus labios.
-Anda y que te jodan Minho- se levantó y salió de la sala, pero ya lejos de él no pudo reprimir una enorme sonrisa.

El ladrón de cada uno de mis suspirosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora