s. i. x.

42 9 9
                                    

[Felix]

Algo en mí decía que no debía ir, probablemente los nervios o la idea de hacer algo mal y humillarme ante él. Estaba dispuesto a rechazar su oferta, lo iba a hacer.

– Claro estaría bien...– dije con mi mismo tono tembloroso de hace un rato.

Al final acepté ir con Changbin, ¿por qué? No lo sé, creo que las ganas de pasar tiempo con él fueron más grandes que mis inseguridades. Para ser sincero, me encantaba la atención que me daba, no podía mentir.
Era... ¿Lindo?

– Bien, entonces... ¿Vamos?– se dibujó una sonrisa en ese bello rostro, y volvió a mirarme, a este paso me enloquecería.

– ¿A-ahora?

– Claro, ¿o tienes algo más por hacer?– preguntó bastante tranquilo, como si ya supiera mi respuesta.

– La verdad no.– solté una pequeña risa por mi propia respuesta, removiéndome en mi propio lugar antes de seguir hablando.– Entonces... Vamos.

El camino no fue para nada incómodo, Changbin realmente era divertido, parecía no tener botón de apagado, y eso me gustaba. ¿Qué? No, no me gustaba. Lo acabas de conocer, Felix.

Después de una corta caminata llegamos al establecimiento donde Changbin me había invitado, parecía ser una especie de café.

Entramos y nos dirigimos a una mesa. Estaba a punto de sentarme, pero Changbin arrastró silla hacia atrás como un acto de caballerosidad, y una vez me acomodé él volvió a su sitio.

– Gracias...– literalmente fue lo único que pude decir, realmente estaba apenado. Odio no saber controlar los impulsos nerviosos de mi propio cuerpo, estaba ahí completamente sonrojado nuevamente, ya hasta perdí la cuenta de cuantas veces es que él me vio de esa manera.

Changbin se sentó frente a mí, posó su codo en la mesa y sostuvo su rostro en su mano mirándome.

– ¿Sabes? Eres muy lindo.– ¡¿QUÉ?! ¿POR QUÉ ERA TAN DIRECTO?

– Gracias... Así me hizo mi mamá.– imbécil, idiota, estúpido. ¿Qué demonios me pasaba? Seguro parecía un tonto ante sus ojos.

Changbin soltó una gran carcajada por mi respuesta, y no pude evitar esconder mi cara entre mis manos, seguro parecía un tomate. Que vergüenza.

                                    [°•.]

[ChangBin]

Realmente me encantaba pasar tiempo con Felix, era tan bello. Después de su pequeño ataque de vergüenza, nos dispusimos a charlar.

– ¿Por qué elegiste trabajar en un jardín de niños?– miré a Felix, y él me a mí con una gran sonrisa.

– Me gustan mucho, me encanta cuidarlos, enseñarles y educarlos. Es simplemente algo que siempre quise. Realmente me gusta mucho mi trabajo.– sus ojos brillaban mientras hablaba de ello, ¿me gustaba? Me encantaba, no podía dejar de mirarlo, la emoción con la que había relatado esas sencillas palabras lo hacían totalmente perfecto.– Tú, ¿por qué decidiste trabajar ahí?

Me puse a pensar, más de lo que hubiera querido, ¿por qué elegí ese trabajo?

– No lo sé, la verdad nunca me puse a pensar por qué elegí trabajar con niños siendo que no tengo tanta paciencia con ellos. Lo más seguro es que me haya equivocado de carrera.– Felix soltó una risa totalmente adorable, negando suavemente.

– No creo que lo hayas hecho, parece ser que le agradas a los niños, aunque a ti no te agraden tanto.

¿Eso podía considerarse como un cumplido? Si es que era así; sería la primera vez que me halaga, pues hasta ahora solo me llamó "zombie".

Estaba por responderle, pero otra voz interrumpió mis palabras. Era el mesero, quien supongo que ya se encontraba ahí por un rato. Iba a enojarme, pero después de todo, nada más estaba haciendo su trabajo.

Luego de pedir, seguimos hablando de diferentes temas hasta que nuestra comida llegó, así que nos dispusimos a comer.

                                    [°•.]

[Felix]

Después de comer seguimos hablando, hablando y hablando, simplemente no podíamos parar de conocernos entre nosotros. Hablamos demasiado, tanto que la noche cayó rápidamente y los encargados del lugar nos corrieron.

En cuanto salimos del establecimiento sentí cómo el frío de la noche me abrazó y Changbin pareció notarlo.

Vi cómo comenzaba a quitarse su chaqueta para probablemente dármela. No iba a permitir eso.

– Oh no, estoy bien, no necesitas...– mis palabras se esfumaron junto a una brisa helada que se posó sobre mí. Terminé aceptando nuevamente.

Esperó pacientemente a que metiera uno de mis brazos en la manga correspondiente, y así lo hice. Después repetí la acción pero ahora con mi otro brazo.

– No me gustaría que te enfermaras, luego podrás devolverla.– me regaló una linda sonrisa y no pude hacer nada más que regresar el gesto.

                                    [°•.]

[ChangBin]

Miré de reojo a Felix, realmente no podía dejar de verlo ni un solo segundo. Ahora menos. Se veía tan cómodo con mi chaqueta, valía la pena aguantar el frío.

De nuevo, quise grabar sus detalles en mi mente, el cómo su cabello se movía ligeramente por el aire frío de la noche, cómo mantenía una pequeña sonrisa por el momento y el cómo terminó posando sus ojos en mí sin estar totalmente nervioso, por primera vez.

Quise guardar cada detalle de su hermoso rostro, esas lindas manchas cafés que decoraban toda la extensión de este, cada uno de sus finos rasgos y su linda piel blanquecina que se tornaba rosada cada que me veía. Muchísimo más de lo que alguna vez yo anhelé, él era simplemente precioso.

– ¿P-por qué me m-miras tanto?– su vista nuevamente se dirigió hasta el suelo, aunque sea hoy sí llegó a mantenerme la mirada por 1 segundo.

– Eres realmente hermoso.

– Tú también lo eres.– ¿en serio lo había dicho? Esta vez no creo que haya sido un producto de mi imaginación. Ahora fue mi turno, mis mejillas se pintaron carmesí. Me sentí igual de nervioso que él, y no me disgustaba. Para nada.

                                    [°•.]

Pretty Lies ; rxms-kszDonde viven las historias. Descúbrelo ahora