Un grito hace que me despierte. Abro los ojos, el rostro de mi hermano me sorprende.
-Arriba Katherine, tenemos que ir a buscar trabajo- me dice en tono de burla, qué manera más sutil de despertarme.- ¡Arriba Katherine!- me insiste.
-Ya voy, ya voy.- digo perezosamente. Me levanto de la cama.- Dame quince minutos.- le digo.
-Pero solo quince minutos, ni uno más.- dice con tono serio. Cuando se va de mi habitación rápidamente me apresuro a cambiarme, tengo muy poco tiempo. Miro el reloj, son las seis de la mañana "que pereza...", dice mi subconsciente. Me pongo una camisa y un pantalón corto, "debo estar presentable para buscar trabajo". Me recojo en pelo en una trenza y me apresuro a ir a la cocina, si no, no me da tiempo para desayunar algo. En la cocina me encuentro a Jack acabando de tomar un té y una nota de mi madre en la mesa, que pone:
¡Suerte chicos!, que os vaya muy bien buscando trabajo. Os he dejado el desayuno en la mesa.
Un beso: vuestra madre, que os quiere.
Me acerco a la parte de la mesa donde está el desayuno. Hay té y... "¿Medio bollo?".
-¿Jack?- le pregunto con un tono amenazador.
-¿Qué Katherine?-me sigue el rollo.
-Aquí solo hay medio bollo- le respondo.
-Ya lo sé, me lo he comido yo, como tardabas tanto, creía que no te importaría- me dice con un tono chulito.
-Y así de gordo estás- le respondo.
-Oye, que estos abdominales hay que trabajarlos.- me dice enseñándomelos. No tengo fuerzas para seguir peleando, así que cojo lo que queda de desayuno y me lo como.
Salimos de casa hacia el ayuntamiento para mirar los trabajos que nos proponen. Durante el camino intento darle vueltas a qué trabajo dedicarme. ¡Pero no se me ocurre ninguno! Además en la Carpa Primavera no hay mucho para elegir. He pensado en ser jardinera, pero... eso de las flores no es que se me dé muy bien. Cuando cumplí seis años, antes de que mi padre desapareciera, mis padres me regalaron una planta para que la cuidara. Ya que en la Carpa primavera esa es nuestra especialidad. Me entusiasme mucho y estuve cuidándola muy bien los tres primeros días, incluso le había salido una flor azul muy bonita. Pero ya al cuarto, se me olvido por completo que la tenía. Y después de dos semanas me asomé a la ventana, y ahí estaba mi planta seca con la flor caída en el tiesto. Así que no pienso ser jardinera. También he pensado en ser repostera, que además pagan muy bien. Mero de pequeña intenté hacer un pastel... Bueno ya sabéis como acaba la historia, no hace falta que os la cuente. Después de estos trabajos, que son los que más pagan, no hay mucho más para elegir. Tampoco se muchos más trabajos, solo el de niñera, en el que trabajas para la gente rica a la que le sobra el dinero. Este trabajo sí que no, por varias cuestiones. Una la gente a la que le sobra el dinero me cae mal, ya que son amigos de los Partidarios y no son como todos los demás que pasan hambre; ellos nunca habrán pasado hambre en su vida. Y la segunda es que bueno, eso de los niños no es que sea lo mío. Prefiero a uno como Jack que andar quitando pañales a mocosos y además que no conozco. Entonces no sé qué trabajo escoger, espero que haya más opciones.
-¿Ya sabes que trabajo elegir hermanita?- pregunta Jack, sacándome de mis pensamientos.
-No, la verdad
-Ya ya... Como estabas tan callada.- me dice con tono burlón, hace una pausa para mirarme a los ojos- A ya se, tú lo que quieres ser es put...
-¡¡¡No!!! Pero qué dices- le interrumpo antes de que acabe, echándole una mirada asesina. Se empieza a reír escandalosamente.
-Ya lo sé, solo te estaba tomando el pelo. Yo creo que voy a trabajar de repostero. Siempre se me ha dado bien, y además pagan muy bien. — me dice. La verdad es que tiene razón, siempre se le ha dado muy bien la repostería. Cuando yo era pequeña y no me molestaba me hacía unos bollos muy buenos.
- Aaa, muy bien- es lo único que le puedo decir.
Después de esta conversación, el resto del camino lo hacemos en silencio. Diez minutos más tarde llegamos al ayuntamiento. Fuera nos está esperando un señor alto y con los ojos inyectados en sangre; en vez de dar tranquilidad, da miedo y los nervios se están apoderando de mí.
-Buenos días señorita Katherine Rosse y señor Jack Rosse, les estaba esperando. Síganme hasta el despacho.- nos dice. Tiene una voz áspera y fría, que no ayuda a tranquilizarme. Entramos en el pequeño ayuntamiento siguiendo a este hombre. Llegamos hasta un pequeño despacho en el que se encuentran unas carpetas con todos los trabajos disponibles. Nos sentamos en las sillas que hay en un lado del escritorio, y el hombre se sienta en un sillón al otro lado, en frente nuestro.
-Aquí están los trabajos disponibles para cada uno y con vuestros horarios.- nos dice entregándonos unas hojas.- Podéis leerlas y luego de que hayáis elegido me lo decís y firmaremos el contrato. Tened en cuenta que una vez que hayáis firmado el contrato, ya no podéis cambiar de trabajo y este será vuestro trabajo de toda la vida. A no ser que os despidan o que haya problemas con el contrato.- Hace una pequeña pausa para aclararse la garganta.- Bueno ya podéis mirar las hojas, tenéis como máximo 15 minutos.
Cojo la hoja con las manos temblando de los nervios. Trago saliva antes de mirar las hojas. Empiezo a leer:
-Jardinera: De 8:00horas a 13:00horas
-Repostera: De 5:00horas a 10:00horas
-Profesora: De 9:00horas a 14:00horas
-Agricultora: De 6:00horas a 11:00horas
-Ganadera: De 14:00 horas a 19:00horas
-Guardiana de los límites: De 23:00horas a 4:00horas
-Niñera: De 10:00horas a 15:00horas
"¿Ya está?" creía que habría más. Tenemos que empezar a elegir que se me acaba el tiempo. A ver lo que tenga que ver con niños descartado, no pienso estar todos los días con mocosos. Algo de cocinar, prefiero que no, a no ser que quieran que queme la casa. Jardinera como bien he dicho antes lo descartamos, si no quieren quedarse sin flores, y lo mismo digo para agricultora, porque si no se quedan sin comida. Entonces solo queda ganadera o guardiana de los límites. Lo de ordeñar una vaca no es lo mío. Siempre se me han dado bien las armas y tengo buena puntería, además soy rápida y sigilosa y se trepar a los árboles. Lo de vigilar los límites de nuestra Carpa por la noche me da un poco de miedo, ¿pero qué otra opción tengo? No pienso trabajar en las demás cosas, además tampoco tiene que estar mal vigilar la Carpa, lo malo es que es por la noche y me cambia el horario. Pero es lo que mejor se me da. Y este se supone que es el trabajo para toda la vida, y en las demás cosas no pienso trabajar toda la vida. Tampoco creo que paguen tan mal, y es muy difícil conseguir trabajo aquí, siempre están llenas las plazas, y solo pueden trabajar gente joven. Es una buena oportunidad, además también tiene sus ventajas trabajar como guardiana de los límites.
-Se acabó el tiempo. Anotad vuestros trabajos en este papel y firmad.- dice el hombre.
Cojo el papel y un bolígrafo, y empiezo a escribir el trabajo. Me empieza a temblar la mano cuando voy a firmar, es más casi no puedo sostener el bolígrafo. Esta firma supondrá la vida en mi futuro, puede salirme bien o mal. ¿Decepcionaré a mi madre con este trabajo? No creo, ella me apoyará. Y sin darme cuenta firmo el documento, que a la vez estoy firmando mi futuro.

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TRAS LAS ESTACIONES
FantasyKatherine es una chica con una vida, como lo diría, un tanto diferente. Ella no se esperará que su futuro está a punto de cambiar. Se enamorará, sufrirá y será capaz de dar su vida por la de los demás.