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Me giré para ver quienes son, y que menos me esperaba...

-¿Qué haces aquí hermanita?, no irás a cruzar ¿no? No sin mí- me dice, y le corrige uno de los chicos que van con él- No sin nosotros- me incorporo y le digo a mi hermano.

-Sí, qué pasa, métete en tus asuntos- digo furiosa

-Sabes que eso está prohibido ¿no?- dice soltando una carcajada, y todos los chicos que van con él, le acompañan. Se hacer a y me da un beso en el mejilla. Yo me paso la manga de la chaqueta. Para limpiarme el beso.

-¡No hagas eso!- le chillo.

-¿Qué pasa te molesta?- dice acercándose y agarrándome para intentar darme más besos, pero yo le impido pegándole en la mejilla.

-¡¿Pero qué haces?, bestia!- me chilla. Entonces empiezo a correr y él me persigue, pero antes de que me alcance entro en el agujero. Y empiezo a correr por el bosque frío de invierno. Me paro agotada, y me doy cuenta de que Jack no ha entrado.

-¡Algún día tendrás que volver, y te estaré esperándote!- me grita de lejos.

"Y ahora ¿que hago?" Me digo. Tendré que esperar a que anochezca para que se vaya a casa. No creo que sea capaz de quedarse aquí de noche.

Miro a mi alrededor para buscar un refugio en el que pasar el resto de la tarde. A unos 30 metros, encuentro un buen árbol al que trepar. Empiezo a trepar con cuidado de no resbalarme. Cuando consigo llegar a la copa, me acomodo en una rama.

Entonces me doy cuenta de que la tarde se me va a hacer eterna. A medida que pasa el tiempo voy teniendo más y más frío. Decido subir arriba del todo para observar si mi hermano y sus amigos ya se han aburrido y marchado. Estaba en lo cierto ya no están. Normal, ya habrán pasado dos horas como mínimo. "Venga ya es hora de irse, está empezando anochecer. Además me va a dar una hipotermia" Empiezo a bajar del árbol, debe tener como unos doce metros. Cuando llevo la mitad más o menos, una rama se rompe bajo mis pies, haciéndome caer al suelo.

-¡Aaaah!- grito, pero rápidamente me tapo la boca con la mano temiéndome lo peor. Intento incorporarme, pero me cuesta mucho, cuando por fin lo consigo me digo: "Te has dado un buen golpe Katherine, habrás caído de unos seis metros". Intento andar, me llevo la mano al muslo derecho, y ésta se mancha de sangre. Me examino el muslo "tiene mala pinta" me digo. Debo tener un corte profundo y un moratón, lo que más me asusta es que no me deja de sangrar. Tengo que volver cuanto antes. Me quito la chaqueta, que ahora está hecha añicos, y me la coloco con un nudo, haciendo de torniquete, en el muslo. Y empiezo andar torpemente hacia el pequeño agujero de la valla. Tardo unos diez minutos en recorrer los 500 metros que me separaban de la valla. "Ahora tendré que pasar" me digo. Me cuesta también un rato pasar por el agujero, "¡estoy muy torpe con el corte en la pierna!" Me grito enfadada.

Por fin llego después de una hora, el triple de lo que me ha costado esta mañana. Entro en la cocina y me encuentro a mi madre que se lanza hacia mí. "Lo que me faltaba, una bronca de mi madre"

-¡Katherine! ¿Dónde has estado?, ¿Mira cómo estás?- me dice señalando mi ropa, que la verdad parece que vendo de la mina. Yo solo me dedico a responder:

-Jack...- digo con un susurro casi inaudible. Ni siquiera mi madre llega a oírlo, y no sigue haciéndome un cuestionario, eso si que me sorprende. Solo se dedica a curarme la herida. Lo único que me dice es que necesitaré puntos. Intento camuflar mi dolor, aunque de vez en cuando gimo. Lo mejor que me ha pasado desde que he llegado, es que Jack no está. Cuando mi madre acaba, me voy a la cama si decir nada. Me tumbo cuidadosamente para no habría me los puntos, y me duermo casi al instante.

"Entro a través del agujero seguida de mi padre, juntos nos vamos adentrando por el bosque tranquilamente. Vamos marcando los árboles, para no perdemos por el frío bosque de invierno. Caminamos y caminamos hasta llegar a un valle, en él hay tres personas vestidas de blanco completamente, pero es como si mi padre no las hubiera visto. Intento avisarle pero no me ole, soy un fantasma, no estoy y no me puede ver. Intento chillar muy fuerte, lo más fuerte que puedo, pero nada, mi esfuerzo ha sido en vano. Intento seguirle, pero estoy muy exhausta. De repente las tres personas que había en el valle se están acercando a mí. Consiguen llegar donde me encuentro, cuando me temo lo peor pasan a través de mí. Les sigo, creyendo así encontrar a mi padre. Por fin veo a mi padre a lo lejos seguido de las tres personas de blanco. Me aclaro lo vista, y veo que una de las tres personas lleva un bate. Intento gritar, gritar muy alto, no sirve de nada. Observó que la persona que tiene el bate golpea muy fuerte la cabeza de mi padre. Mi padre se cae al suelo, y las tres se lo llevan a rastras hasta un helicóptero, mientras se lo llevan un colgante se desprende del cuerpo de mi padre. Chillo..."

-¡Papá! ¡Papá!- me levanto de la cama, me toco la frente, estoy dudando mucho y el corazón me late a mil por hora. Me levanto de la cama y miro el reloj, son las cinco de la mañana. Tengo la boca reseca, voy a la cocina a por un baso de agua. Justo cuando voy a dar el primer paso me doy cuenta del terrible dolor que tengo en el muslo. "Ya me acuerdo, menudo golpe me di". Llego como puedo a la cocina, y me sirvo un vaso de agua. Me lo bebo casi de un trago. Voy a mi cuarto pensando en la pesadilla. "Y si era real, y si mi padre está vivo. ¿Qué era eso que se le había caído? Pero lo más importante, ¡ Mi padre está vivo!"

TRAS LAS ESTACIONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora