-¿Qué crees que significará esto? ¿Tiene algún sentido?- le acribillo de preguntas.
-No lo sé, pero creo que de pequeño mi abuela me contó una historia de un amuleto que podría cambiar el mundo o algo parecido. No creo que me acuerde muy bien.
-Cuenta, cuenta- le digo inquieta.
-Vale, vale ya voy.- hace una pausa para pensar y empieza...
- Hace mucho, mucho tiempo un brujo creó un amuleto que se podía dividir en cuatro partes, en cada parte un símbolo de una estación. Este símbolo tenía y tiene un gran poder. Si se separa alguna parte de este amuleto las estaciones cambian radicalmente, haciendo que cada estación se sitúe en una parte del mundo. Así que las estaciones no transcurren por el paso del tiempo, si no que dependiendo del lugar que estés habrá una estación diferente. El brujo sabía que tenía que protégelo con toda su alma. Si el amuleto cayera en malas manos no nos esperaba nada bueno. A medida que pasa el tiempo el brujo se va haciendo más mayor y su fuerza vital va disminuyendo. El brujo, antes de que muera, tiene que buscar a un sucesor, para que proteja el amuleto. Buscó por todo el mundo al digno sucesor. Éste creyó encontrarlo, y le otorgó el amuleto en el momento en el que se estaba muriendo. El sucesor pensó que si lo separaba y creara un apocalipsis podría gobernar el mundo. Separó el amuleto poniendo los trozos muy distanciados unos de otros. Él con un grupo, se pusieron al mando del planeta Tierra. Crearon el Cornac en el sitio donde se chocan todas las estaciones, y separaron las estaciones con vallas y muros para que nadie pueda cruzar y rebelarse a ellos encontrando todas las partes de los amuletos. Todas las personas tenemos que trabajar para ellos dándoles la tercera parte de nuestros beneficios y alimentos. Pero aún hay varias personas en el mundo buscando los amuletos para intentar unirlos y rebelarse al Cornac. Pero esto es solo una leyenda- acaba la historia.
- Pero esto puede ser verdad, mira- le digo enseñándole los amuletos unidos. Pero antes de que pueda responder oímos unos pasos en la nieve.
-Corre, vete. Antes de que te vean- me susurra. Y sin despedirme de Harry salgo corriendo lo más rápido que puedo. Corriendo y corriendo sin parar por fin encuentro el agujero. Lo atravieso, "ya estas segura Katherine, no temas". Está empezando a anochecer será mejor que me valla a casa, mi madre estará muy preocupada.
Durante el camino a casa pienso si me encontraré a Jack en casa, si mi madre me reñirá mucho, si estarán los amigos de Jack en la puerta de casa esperándome... "Es mejor que no pienses en eso, Katherine" Pero ¿qué le cuento a mi madre?, ella no sabe lo del agujero, era cosa de mi padre y mía. ¿Y si se lo ha contado Jack? Entonces no me dejará salir en una semana como mínimo. ¿Estará bien Harry? Claro que tonta, si él vive ahí. ¿Pero y si las personas le han hecho algo? Ha sido tan bueno con migo, como me miraba con esos ojos azules celestes que hipnotizan y esa sonrisa tan blanca como la nieve..." Pero ¿qué te pasa Katherine? Nunca te has comportado así con un chico. Solo es Harry" solo de pensar en él me vuelan mariposas por el estómago. "Serás tonta" me digo. Mejor piensa en otra cosa. Ahora que me doy cuenta, los puntos del muslo ya no me duelen. Y en un acto reflejo me miro el muslo, "tiene mejor pinta" suelta mi subconsciente. El amuleto, me doy cuenta y lo saco del bolsillo. ¿Y si la historia es cierta? ¿Si juntamos todos los amuletos volverá todo a la normalidad? Bueno a la normalidad para mí no, pero para las persona que vivían antes de que pasara sí. Pero sin juntamos todos los amuletos formando uno solo, nos enfrentaremos a los Partidarios y ya no tendremos que trabajar para ellos. Pero para eso habría que convencer a mucha gente para hacer una revolución. "Te estás haciendo ilusiones, Katherine. Solo es una leyenda, y si existiera de verdad sería muy difícil juntar todos los amuletos y crear una revolución." Me intento convencer. Pero ya tenemos dos amuletos, solo faltarían otros dos. El problema sería encontrarlos, podrían estar en cualquier parte. Para cuando me doy cuenta ya he llegado a casa, que me esperara...
Giro el pomo de la puerta, me encuentro a mi madre sentada en el sofá leyendo, pero se nota que está inquieta y preocupada. Cierro la puerta y se percata de mi presencia a causa del ruido de la puerta. Me sorprende, que en vez de atosigarme a preguntas, se levanta y me da un abrazo. Apoya la mejilla en mi hombro, la tiene húmeda, ¿está llorando?, no puede ser, ¡mi madre llorando! Para mi sorpresa me coge la cara con las dos manos obligándome a que la mire a los ojos. Definitivamente está llorando, tiene los ojos rojos y una lágrima rebelde se le escapa por la mejilla.
-No vuelvas a hacerme esto, no desaparezcas sin decirme nada. He estado muy preocupada- me dice. Aparta las manos de mi cara, se seca las lágrimas, y vuelve a abrazarme.- Te quiero Katherine- me dice con un susurro. El corazón me da un brinco, hacía mucho, mucho tiempo desde que mi madre me dijo la última vez "te quiero". Creo que desde que nuestro padre desapareció, no lo llegó a superar muy bien.
-Te quiero- le respondo, también con un susurro. La verdad es que hacía mucho tiempo desde la última vez que también le dije "te quiero". Mi madre casi nunca estaba en casa y para cuando llegaba casi no nos hablábamos, ella a sus cosas y yo a las mías. Deja de abrazarme, me da un beso en la mejilla y se va su cuarto a dormir, que mañana seguro que tendrá que madrugar. La verdad que yo también estoy cansada, ha sido un día con muchas sorpresas y estoy agotada. Me dispongo a irme a mi cuarto pero un ruido hace que me pare de golpe. "Mi tripa" me digo. Ahora, me doy cuenta tengo mucha hambre, no he comido nada en todo el día. Me dirijo a la cocina, encima de la mesa hay un plato que pone "la cena". Será para mí, mi madre me habrá hecho la cena y guardo por si volvía y ella ya estaba en la cama. Me como el estofado de carne con muchas ganas, y ahora sí me voy a la cama. Me quito la ropa y me echo en la cama, sin quererlo los párpados se me van cerrando poco a poco a causa del cansancio. Me voy quedando dormida pensando en una mínima posibilidad de poder encontrar todos los amuletos.
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TRAS LAS ESTACIONES
FantasyKatherine es una chica con una vida, como lo diría, un tanto diferente. Ella no se esperará que su futuro está a punto de cambiar. Se enamorará, sufrirá y será capaz de dar su vida por la de los demás.