Capítulo 370 Sentirse ofendida

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Él se puso de pie inmediatamente, sus ojos miraban fijamente a Daisy. Ella
estaba sobre la cama, aún en estado de shock.
Chuck sabía que tenía misofobia. En el pasado, él había salido con ocho
mujeres; cuatro de ellas lo abandonaron por su fobia a los gérmenes, no pudieron
soportarlo por mucho tiempo.
Las otras cuatro intentaron abrazarlo al menos una vez, pero nunca paso de
ahí. Él siempre se alejaba de ellas, por lo que eventualmente estropeaba la
relación.
Incluso, cuando Lola tiraba su ropa al suelo, tenía que hacer un gran
esfuerzo para no fruncir el ceño, pero por dentro, estaba más que furioso.
Pero justo ahora, esta mujer estaba acostada en su cama y justo debajo de él
y por extraño que pareciera, no había experimentado ningún síntoma a los
habituales. ¡Esta era la primera vez en su vida! ¿Cómo pudo pasar esto?
Como una costumbre acentuada, la apartó de inmediato y rápidamente
cambió la ropa de su cama frente a ella.
Daisy se mordió los labios con rabia mientras lo observaba cambiar las
sábanas, se sintió tan insultada. —Doctor Si, ¿está consiente que esto ya es una
enfermedad suya? La misofobia es una enfermedad psicológica y es grave, ¡creo
que debería buscar ayuda, a un psiquiatra para se exacto!
Chuck se detuvo en cuanto escuchó sus palabras y con una semblante
gélido, le ordenó: —Sal de aquí ahora mismo.
Ella estaba hablando demasiado y en su opinión, ¡su boca debería estar
cosida con un hilo y una aguja! ¡Fue algo realmente molesto!
Daisy inocentemente dibujó un puchero en su rostro. Se acercó y se sentó a
propósito en la cama recién hecha, y al segundo siguiente, ella tocó su colcha...
Los ojos de Chuck se llenaron de ira y caminó rápidamente hacia un
estante, allí encontró un afilado bisturí quirúrgico. Con el cuchillo en mano,
caminó directo a Daisy mientras la miraba con gran furia.
Daisy no estaba asustada en lo más mínimo, no le tenía miedo, ya que había
aprendido artes marciales de manera profesional, era cinturón negro en
Taekwondo.
Ella reaccionó de inmediato levantando su pierna, y trató de patear elcuchillo de su mano, sin embargo, Chuck se movió rápidamente a un lado y
pudo esquivar su patada sin problemas.
—¡Tienes muchos pantalones!, ¡será mejor que te cuides! —Ella le objetó
con una mirada de odio en su rostro, le había perdido el poco respeto que le
tenía. El 95% de los hombres que había peleado con ella, había perdido. ¡Daisy
estaba tan segura de ganar esta pelea así como las anteriores!
Ella lo atacó de nuevo. Chuck sabía que ella era una rival de cuidado, así
que en lugar de contraatacar, hizo todo lo posible por evitar sus patadas.
No obstante, al final, ella pudo patear el bisturí de su mano y desarmarlo.
Como signo de victoria y una sonrisa burlona, ella pisó el bisturí que estaba en el
suelo. Rápidamente, y al no escuchar ninguna palabra de él, se acercó,
inmovilizó sus manos y lo golpeó fuertemente con el hombro, lanzándolo por los
aires.
Chuck aterrizó en la cama. Él realmente estaba furioso, absolutamente
colmado en ira, pero apenas alcanzó las manos de Daisy, la atrajo hacia su pecho
con toda su fuerza.
Como era de esperarse, la fuerza física de Daisy no se comparaba con la de
Chuck, era posible que ella fuera más rápida, pero la fuerza no era uno de sus
atributos principales.
Finalmente, logró controlarla mientras ataba sus piernas con una corbata.
Debido a eso, ella estaba inmóvil, sin oportunidad de patearlo. Chuck sabía que
sus piernas eran su arma más poderosa, y mientras más lo pensaba, se dibujaba
una sonrisa llena de satisfacción en su rostro.
Parecía que el tiempo se había tenido en la habitación. Daisy entró en
pánico y comenzó a gritar lo más alto que pudo: —Chuck Si, ¡te voy a matar!
—Tu bisturí es tan afilado, ¡que si intentas hacerme daño, lo pagarás con
dolor 10 veces más!
...
Ella estaba haciendo tanto ruido que Chuck finalmente la cargó sobre sus
hombros y la lanzó hacia el sofá de la sala sin siquiera mirarla y regresó a su
habitación.
La puerta se cerro brutalmente ante a sus ojos. Daisy se sintió por primera
vez en mucho tiempo completamente indefensa al ver sus piernas atadas. Con
lágrimas en los ojos, ella gritó: —¡Déjame ir, desátame! —¡Pero qué idiota!,
¿acaso tenía el corazón de piedra?
¿No debería ser un caballero con las mujeres? ¡Ella gritaba los más fuerteposible que era una mujer y debería ser tratada como tal!
La puerta del dormitorio se abrió de nuevo. Chuck caminó hacia el armario
y sacó una sábana blanca y limpia, y sin decir una sola palabra, arrojó la sábana
sobre ella.
Ella estaba hecha un desastre por completo, pero a él no parecía importarle
en lo más mínimo. ¡Ella fue la primera que no se comportó como debía!, ¡él solo
intentaba enseñarle una lección!
—¿Quieres que te desate? ¡Puedo hacerlo sin problema!, pero... si alguna
vez intentas atacarme nuevamente, ¡esta vez no será tan fácil para ti! Esta será la
última vez que intentas esto —le advirtió con un tono más grave en su voz. Esas
mujeres que alguna vez intentaron acercarse a él, siempre se asustaban cuando lo
veían sostener un bisturí en sus manos.
La simple idea de lo que él le había hecho, hizo enojar a Daisy al instante.
Con la mirada triste en busca de empatía, murmuró; —Déjame ir. Ya no me
acercaré más a ti. —¡Estaría completamente loca si vuelve a intentar acercarse a
él! ¡Realmente era un hombre muy cruel!
Sin embargo, si alguna vez Daisy lo encontrara por la calle, se vengaría sin
pensarlo, le pondría un saco en la cabeza y lo golpearía tantas veces fuera
posible.
Chuck con una gran indiferencia comenzó a desatarle las piernas e
inmediatamente notó que algunas lágrimas comenzaban a salir de sus ojos.
¿Ahora era ella la que se sentía triste?, ¿siquiera se detuvo a pensar en lo
que sucedió y en las consecuencias que pudo causar? ¡Debió haberlo pensado
antes! ¡Qué tonta!
Tan pronto como Chuck la desató, Daisy quiso pelar de nuevo, sin embargo,
las palabras de Chuck detuvieron de inmediato su intención: —¡Deberías
quedarte aquí y comportarte! ¡Sería lo más conveniente para ti! —¿Se atrevió a
pensar siquiera en controlar a un hombre adulto como él? ¡Él no era tan débil
como lo había imaginado!
Ella decidió no darle más problemas, pero no podía evitar el desprecio que
sus ojos mostraban mientras lo miraba. Más adelante, bajó la mirada y divisó
algo en el suelo, Justo ahí vislumbró su celular. Envuelta en la sábana blanca, se
acercó al telefono y lo levantó, no tenía nada de batería.
¡Genial!, ahora ni siquiera tenía la oportunidad de pedir ayuda. ¡Estaba ahí
sola, atrapada con ese bicho raro! Enseguida se dio la vuelta y trató de ir a la
mesa en el dormitorio, caminando detrás de Chuck. Sin embargo, él rápidamente
cerró la puerta de la habitación en su cara y rompió todas sus esperanzas.
Ella sabía perfectamente lo que él quería decir, hizo algunos pucheros y no
le quedó más remedio que volver al sofá. Mientras estaba recostada en el sofá, lomiró y lo desairó con un simple ademán.
¡Había vivido por 24 años, y nunca se había sentido tan insultada como
ahora! Siempre supo defenderse cuando los hombres intentaban aprovecharse de
ella, Sin embargo, se sintió tan ofendida cuando tuvo que acercarse a Chuck
únicamente por el bien de los gastos médicos de su madre. Él debió haber sido
más considerado... —Chuck Si. —Daisy murmuró con ira su nombre. Ella
recordaría este nombre
Y comenzaba a guardarle resentimiento. Algún día, ella le regresaría todo lo
que le hizo, ¡con el doble de agonía y sufirmiento!
Chuck regresó a la sala y la vio recostada, como si nada pasara.
Miró todo el desorden que había hecho en el suelo, movió la cabeza
lentamente mostrando su desapruebo y con gran pesar, se dirigió al baño.
Lo que realmente necesitaba en este momento era darse un buen baño.
Después de la ducha, se dedicaría a cambiar las sábanas nuevamente, y sin duda
alguna, también abriría todas las ventanas para que entrara aire fresco.
Él estaba considerando seriamente usar productos químicos para esterilizar
la casa por completo.
Oficina del CEO del Grupo de Empresas SL.
Exactamente a las 7 en punto, Jorge Si llegó a la oficina. Llegó lo más
temprano posible para poder lidiar con el incidente causado por las empresas que
cooperaron.
Jorge envió un comunicado de prensa bajo el nombre del Grupo SL,
afirmando que el grupo ya no colaboraría con ninguna de esas compañías
mencionadas. Jorge era realmente conocido por su arrogancia y orgullo.
Una hora más tarde, Sánchez llamó a la puerta su oficina y entró.
Llegó con noticias relevantes: —Jefe, Daisy tuvo éxito, pasó la noche
entera en el departamento de Chuck. Ella se quedó allí hasta las ocho de la
mañana, y salieron juntos del departamento. —Sánchez no tenía ni la más
mínima idea de lo que sucedía, No entendía la razón por la cual Jorge había
enviado a Daisy al departamento de Chuck. Sin hacer una sola pregunta,
continuó su informe con una voz profesional: —Los de seguridad reportaron que
Daisy se veía angustiada al salir. Ella no estaba usando la misma ropa que con la
que llegó la noche anterior. —¿Habrá pasado algo entre los dos?
—Destacable lo que ha logrado. Ve y de inmediato paga todas las cuentas
médicas de su madre y dile que se prepare para su próximo objetivo. —Jorge le
dio órdenes brevemente, sin siquiera mirarlo, Estaba tan satisfecho con el
resultado de su plan. Una mujer como Daisy debería ser suficiente para tener la
atención de Chuck. Tal vez esa chica había logrado algo en él. De no ser así, a él
no le importaba enviarle más mujeres, con tal de lograr que no volviera a pensaren Lola nunca más.
Leandro dijo una vez que Chuck sentía algo muy fuerte por Lola, ¿habría
sido verdad? Sánchez estaba confundido, pero no se atrevió a preguntarle nada,
no era un buen momento. Sabía que su jefe aún estaba estresado por todos los
sucesos negativos relacionados a la empresa. Prefirió retirarse de la oficina en
silencio. Jorge Si estaba más que ocupado estos días, ¡no debía molestar a su jefe
con problemas insignificantes!
Cerca del mediodía, Jorge recibió una llamada de la Sra. Du. Ella le
confirmó que Lola había llegado a la casa.
Era sábado y Estrella estaba ahí, felizmente esperándola. Jorge sabía que
ella había anhelado estar junto a su madre desde el momento en que se separó de
ella. Él le preguntó de manera casual a la Señora Du cómo había sido el
reencuentro.
La señora Du le informó que todo salió bien, como de costumbre. Jorge
estaba un poco confundido sin embargo no le dio tanta importancia. ¡Después de
todo, el vínculo entre una madre y una hija era más fuerte que nada! ¡No podría
ser marchitado ni siquiera por la luz del sol!

ENAMORADA DEL CEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora