Capítulo 33 Perra

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Oliendo algo inusual, el gerente agarró a Lola para que seleccionara la ropa


para ellos.


-Lola, ¿conoces a esos tipos?-preguntó el gerente de la tienda por


preocupación. Aunque era nueva aquí, Lola era una chica agradable y hermosa,


además de una buena vendedora. El gerente la valora muchísimo


-Gerente, puedo ponerlo en problemas más tarde. Disculpe por eso. Pero


haré todo lo posible para ser genial con ellos-Hasta que se pasen tres pueblos.


-OK. Traer todas estas prendas de calidad para ellos-.El gerente de la


tienda le pasó algo de ropa a Lola.


Con una sonrisa profesional, Lola sostuvo la ropa en sus brazos y se acercó a


sus enemigos, -Hola, ¿qué piensas de estos nuevos vestidos?Por favor,


pruebelo-.


-Esta humilde esta vendedora, debe estar engañando a mi prometida y a sus


amigos a propósito, al proporcionarles ropa anticuada-, criticó Miguel, que se


tendió en el sofá sin prisa y desechó su juicio sin siquiera echar un vistazo a la


ropa.


¿Humilde vendedora?-Miguel, échale un buen vistazo a estos, rosa, azul y


blanco. Todos ellos son los mejores colores del año, y ninguna de estas prendas


está pasada de moda-.Lola se dijo a sí misma que debía mantener la calma y no


pelearse con un grupo de perros rabiosos.


-Mi prometido tiene la última palabra al respecto. Ve y escoge otra ropa


para mí-.Rosa sostuvo a Miguel del brazo y se apoyó en su hombro


íntimamente.


Lola respiró hondo, le dio la ropa a Wendy y recogió algunas prendas de


diferentes colores.


-No me gusta el morado. Cámbialo-.Rosa mostró aversión en su rostro y


señaló el morado, actuando como si le doliera la cabeza.


-No me gusta el verde. Cámbialo-.Lucia estaba con su teléfono móvil y ni


siquiera miró bien la ropa que traía Lola.


Solo Cindy se centró en la ropa seleccionada y mostrada por Lola. Ella


quería decir algo. Pero al ver lo que Rosa y Lucía estaban haciendo, decidió


permanecer en silencio.


-Vais a probar alguna prenda o no?Ya terminé de serviros!-Lola se colgóla ropa.


-Vea llamar a tu supervisor. ¿Es esta la actitud que deberías tener?-Rosa


gritó de una manera exagerada. El gerente los tranquilizó instantáneamente, sin


éxito.


-¿Dónde está el supervisor? Solo le pedí que escogiera otra ropa para mí.


¡Mira cómo se comporta!-Rosa fue muy persistente en quejarse con el


supervisor.


El gerente se dio cuenta del postigo adhesivo y envió a un empleado a llamar


al supervisor.

ENAMORADA DEL CEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora