Capítulo 395 Sentirse sola

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¿Cómo te encuentras? ¿Te sientes mejor ahora? —Con suavidad le dio
una palmadita en la espalda mientras miraba preocupado a Lola.
Lola solo negó con la cabeza y respondió: —Estoy bien, no te preocupes.
Solo deben ser las típicas náuseas matutinas. Oh... —Ella suspiró con cierto
pesar. Eso significaba que al menos durante dos meses, dejaría de comer carne.
Cuando estaba embarazada de Estrella, había evitado la carne para aliviar
sus malestares.
Su respuesta dejó más tranquilo a Jorge. Gracias a Dios, el vómito de Lola
solo era un síntoma de embarazo, nada que preocuparse.
Después de despedirse del gerente del restaurante, Jorge pagó la cuenta y
llevó a Lola a descansar un poco.
Jorge la escuchó vomitar en el baño, pero no podía pensar en algo que
pudiera ayudarla. Él sentía una gran impotencia. Con una cara pálida, prefirió
llamar a Sánchez para que lo ayudara.
Después de saber cuál era el problema, de inmediato Sánchez salió a
comprar algunas bebidas y bocadillos para aliviar los malestares de Lola.
Después de vomitar, Lola se lavó las manos e intentó refrescar el semblante
afligido que tenía, aunque vomitar la hizo sentir mucho mejor.
Terminó de enjugar su boca y salió del baño. Entonces vio a Jorge,
caminando por toda la habitación más nervioso que nunca.
Ella sonrió y pensó que esto era solo el comienzo. Si Jorge supiera que esto
no era nada, que los próximos dos meses serían los más difíciles de superar. Así
que Jorge no debería preocuparse mucho por ahora.
—Estoy bien. Deja de caminar así, me pones nerviosa. ¿De acuerdo? No
estés tan nervioso.
Jorge de inmediato la llevó a la cama y le preguntó con un cierta
preocupación: —¿Cómo estás? ¿Qué quieres algo de comer? ¿Quieres que te
lleve al hospital? Por favor, dime lo que necesitas, lo que sea.
En sus ojos se podía notar la preocupación e impaciencia de no poder
ayudarla. Ella rara vez veía esto en él.
Ella se inclinó ligeramente a su lado, sostuvo sus manos con un gesto
afectusos y negó con la cabeza. —Jorge, estoy bien, esto es muy normal duranteel embarazo. Te dije que no te preocuparas demasiado.
—Me parece difícil imaginar cómo fue que superaste todo esto cuando
estabas embarazada de Estrella. —Él cubrió sus manos con las suyas... hacía un
poco de frío. Le preocupaba que ella pudiera enfermarse o que ya lo estuviera.
Así que la metió en la cama y la cubrió con las sábanas.
—Estás sobreestimando el dolor, solo son malestares matutinos. No es gran
cosa, de verdad. Cuando estaba embarazada de Estrella, solía comer comidas
picantes todo tiempo para aliviarlo. —Se dice que el comer comida picante hará
que una mujer dé a luz a una niña, mientras que la comida ácida apunta a un
niño. Muchas personas creían que ese dicho era real. Por ejemplo, esa vez a Lola
le gustaba comer comida picante durante el embarazo y dio a luz a Estrella, De
verdad Lola amaba la comida picante. Cuando regresó y paso su embarazo en la
casa Li, su madre había reemplazado la mitad de los platillos para satisfacer
todos sus antojos. Un día mientras la familia Li comía, Manolo al probar el
platillo, sintió que su lengua ardía por el chile, casi lloraba de dolor, pero ella sin
problema pudo comerse todo lo que encontró.
Lola esbozó una sonrisa al recordarlo, Porque cuando ella regresó a casa,
todos eran muy amables y se preocupaban por ella. El embarazo la hizo muy
malhumorada, pero toda la familia simplemente toleró su mal genio.
¿Qué pasaría con Jorge? ¿Sería capaz de tolerar su mal genio? No, para
decir más precisamente, ¿toleraría ese temperamento irascible que tenía?
—Le he pedido a Sánchez que vaya a comprar un poco de comida ácida y
picante, pero se está tardando demasiado. Me temo que debes tener hambre otra
vez. —Jorge se estaba impacientando mucho, tomó su teléfono y de nuevo llamó
a Sánchez.
El teléfono sonó por varios segundos y enseguida entró el buzón de voz.
Jorge estaba desconcertado, Sánchez no tenía la costumbre de hacer eso, o por lo
menos no muy a menudo. De repente, alguien tocó la puerta.
Sánchez estaba afuera, lleno en sudor y visiblemente muerto del cansancio.
El asistente del fotógrafo lo acompañaba. Llevaban varias bolsas de aperitivos y
paquetes de jugos en sus manos.
Jorge les pidió que pusieran la comida cerca de Lola. Después ayudó a Lola
a sentarse en la cama y puso una almohada detrás de su espalda.
Su amor indiscutible, todos los detalles y cuidados que tenía por ella
hicieron que Lola se quedara sin palabras. Después de todo, solo eran malestares
matutinos. No era una gran cosa. Jorge no necesitaba ser tan cuidadoso y estar
tan preocupado.
—Echa un vistazo a la gran variedad de comida que hay y escoge lo quo
quieras comer. —Jorge frunció el ceño ante las pilas de bocadillos, pensó queeran comida chatarra. Pero Sánchez no tenía la culpa, ya que tampoco tenía idea
de cómo cuidar a una mujer embarazada. Así que lo único que pudo hacer fue
escoger todo tipo de refrigerios y meterlos en las bolsas y dejar que Lola eligiera
lo que quería.
Lola echó un vistazo y escogió los fritos de tofu picantes y las patas de
pollo.
Las bolsas de frituras tenían los nombres de sus marcas distribuidoras. Las
marcas eran tan desconocidas que Jorge nunca había oído hablar de ellas.
Eso hizo que frunciera más su ceño. ¡Iugh! ¡Comida chatarra! Se quejó por
completo muy dentro de él. No estaba seguro de confiar de verdad en esta marca,
pero no tenía otra opción que dejar que Lola se los comiera por ahora para poder
aliviar su malestar. Tan pronto como regresaran a la mansión, Jorge contrataría a
cocineros profesionales de la cocina picante de Sichuan y jamás dejaría que Lola
volviera a comiera tanta basura como esa.
Lola comenzó primero a comer las patas de pollo picantes. Delicia fue la
única palabra que encontró para describir cómo se sentía en este momento. Por
otro lado, Jorge se recostó en el sofá y la miró con desesperación.
Nunca pudo entender por qué a alguien le gustaría comer comida chatarra,
pero al parecer Lola era una gran fan de este tipo de comida.
Cuando Lola se terminó media bolsa de patas de pollo, Jorge se acercó y
tomó de su mano el resto.
—Deja de comer esto, esto no es comida de verdad. Le diré al cocinero que
te prepare toda la comida picante que quieras en cuanto lleguemos a casa. Será
mucho más saludable que esto. —Jorge tenía razón. Estos aperitivos
empaquetados fueron hechos con todo tipo de conservadores, definitivamente no
eran buenos para la salud, mucho menos en su estado.
Lola hizo un puchero, pero no tardó en abrir una bolsa de nuggets de
pescado.
De manera que su boca pudo disfrutar de otro 'viaje de placer'. La verdad
era que ella realmente adoraba comer bocadillos cuando estaba en la
universidad. Ella comenzó a comerlos con menos frecuencia cuando ya estaba
trabajando, y los tuvo que dejar especialmente desde que comenzó su relación
con Jorge. Nunca pensó que volvería a comer estos deliciosos bocadillos y
ahora, con una oportunidad tan buena, no la desaprovecharía en absoluto y los
comería hasta saciarse el corazón. No todos los días tenía la oportunidad de
comerlos.
Pero de la nada, Jorge no pudo soportarlo más, tomó la otra mitad bolsa y la
tiró a la basura. —¿Qué estás haciendo? ¡No sabes cómo me gustan! —Ella lo
miró con gran consternación y molestia.Pero eso no evitó que Jorge se deshiciera de todas las bolsas de comida
chatarra y las dejara en el basurero. —Puedo notar que ahora te sientes mucho
mejor, así que claramente no necesitarás más de esto. Encontraré un cocinero
que pueda hacerte comida picante que tanto amas esta noche. ¡Así que no te
preocupes! —Él no quería que Lola siguiera comiendo ese tipo de comida. Era
realmente dañino y poco saludable y estaba preocupado principalmente por el
bebé.
—¡Pero estás desperdiciando comida, eso no se hace! —Ella desaprobó su
acción.
—Estás embarazada, no puedes comer cualquier tipo de cosas. —Le dijo en
un tono más serio y con cierta preocupación en sus palabras. —Las mujeres
embarazadas no deben comer comida como esta, puede hacerles daño, y no solo
a ti, sino también al bebé.
Ella hizo un puchero con sus labios lleno de insatisfacción, y luego dijo: —
Bueno, bueno, bueno. Está bien, entonces solo dormiré. —Ella bostezó, miró a
Jorge y seductivamente y con un simple gesto, su dedo índice lo llamó a la cama.
¿Qué mala idea tenía ella en mente? Jorge quedó completamente sorprendió
al verla coqueteando con él.
Pero inmediatamente encendió el deseo de Jorge, sintió algo dentro de él.
Se quitó la chamarra, saltó a la cama y la tomó de la cintura.
—Debes comportarte como si todavía estuvieras embarazada. —Agarró sus
manos y le advirtió en voz baja.
Lola dibujó una sonrisa en su rostro y decidió darle una oportunidad,
además, ella sabía que esto no sucedería todos los días. Estaba tan feliz por la
forma en que la había tratado hoy, tan amable y considerado.
Minutos después, la habitación quedó en completo silencio, solo se podían
escuchar los ocasionales gemidos de Lola y el sonido de las olas...
Después de un rato, Jorge recostó su cabeza en uno de sus brazos,
lentamente apoyó una mano en el vientre de Lola y miró con cariño a la hermosa
mujer que dormía a su lado.
Se dio la vuelta, tomó el teléfono de la mesa y le envió un mensaje de texto
a Sánchez por WeChat: —Contrata a los dos mejores cocineros de la cocina de
Sichuan ahora mismo y envíalos a la mansión del País C.
Además, también debía acelerar la construcción de la habitación de los
niños, quería tener todo preparado antes de tiempo.
Después de arreglar todos lo que faltaba, apagó su teléfono y se quedó
dormido con Lola entre sus brazos.
Lola tuvo una pesadilla, Jorge y Yolanda estaban desayunando juntos en la
villa de Fuente Perla, se les veía tan felices. Ella simplemente se sentó en una
esquina, mirándolos sin poder hacer nada. En el sueño, ambos se veían a los ojos
y sonreían con tanto amor que Lola no pudo soportarlo.
Una escena en su pasado estaba ocurriendo de nuevo... Yolanda le dijo con
arrogancia: —Lola, Jorge es mío, no significas absolutamente nada para él.
Luego Cherry se acercaba y sostenía el brazo de Jorge cariñosamente. —
Jorge también será mi hombre, no significas absolutamente nada para él.
Ella trató de sujetar Jorge y alejarlo de Yolanda y Cherry, pero de la nada, él
simplemente desapareció.
En ese instante, Lola despertó. Había un gran silencio en la habitación, solo
se podía escuchar el sonido de las olas del mar.
Jorge no estaba a su lado. De repente, comenzó a sentirse sola, como si
todos los momentos felices que acababa de tener con Jorge hubieran sido solo un
sueño.
Esa idea la aterró y entró en pánico. Rápidamente se levantó de la cama y
comenzó a gritar: —¡Jorge! ¡Jorge! —En su voz se podía notar el miedo y la
ansiedad.
Jorge inmediatamente dejó todo en lo que estaba trabajando, se levantó del
escritorio y corrió hacia la habitación.
Cuando entró, vio la cara pálida de Lola y sus ojos llenos de preocupación.
Jorge preguntó con ansiedad: —¿Qué pasa, cariño? ¿Te sientes enferma otra
vez?
La presencia de Jorge borró todas las preocupaciones de Lola en un
segundo. Ella no contestó, solo tomó a Jorge entre sus brazos tan fuerte como
pudo. Así era como ella se sentía segura, entre sus brazos.
—¿Dime qué pasó? Cariño, dime por favor... —Jorge trató de consolarla.
Pudo sentir su pánico y su cuerpo temblando. Él la abrazó más cerca de él.

ENAMORADA DEL CEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora