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Naruto amaba los animales, desde que tiene memoria siempre sintió un amor intenso por aquellos pequeños seres llenos de amor. Ahora con sus 24 años tenía su propio centro Veterinario, le costó mucho pero lo logro.

Acarició las orejas de la hermosa chihuahua blanca, quien movió ligeramente su cola ante el tacto suave de Naruto, quien le estaba hablando como si fuera un bebé.

-Te voy a extrañar mucho Mía , cuídate mucho.-dijo con una gran sonrisa, el perro lamió la mano de Naruto ante lo dicho, y su dueña con una reverencia agradeció al hombre de bata blanca.

Supervisó a sus ayudantes, ayudando en algunas pequeñas cosas, las mujeres encantadas con el hombre de cabellos rubios y ojos azules sonrieron de manera amable. Todos tenían un gran respeto al doctor Uzumaki, era atento y amable con sus empleados, preocupándose como si fuera su propia familia.

Decir que dejó pocos corazones rotos al decir públicamente su sexualidad sería mentir, fueron bastantes los corazones que rompió,sin embargo sus empleados los estimaban mucho.

—Doctor Uzumaki ,tenemos a una perrita muy herida, necesitamos de su ayuda.-Naruto con rapidez se puso guantes quirúrgicos ante lo dicho de la pequeña chica.

Una pequeñita perrita tendida sobre lo que simulaba una pequeña camilla, su lindo pelaje de color blanco brillante, manchado de lo que suponía su propia sangre. En su pequeña espalda una herida ligeramente, de forma circular y su mente proceso de manera rápida, otra perro más grande que ella, la había atacado.

-Necesito aguja, anestesia, vendas...—Naruto ordenaba con voz firme, tratando de que el corazón no se le rompiera al escuchar los quejidos de la pequeña cachorra.

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Luego de largos veinte minutos, la perrita estaba dormida y totalmente curada, una venda cubría su espalda y su pecho, y la sangre que antes la cubria su pelaje blanco desapareció.

Las herida no fueron tan grave, sin embargo iba a limitar sus movimientos hasta que cerrará completamente.

-Que entre la dueña de Holly...—murmuró tomando el pequeño collar de la perrita.

Lo que esperaba era una chica con lágrimas en los ojos, con un lindo vestido totalmente preocupada. Sin embargo, lo que entró por la puerta fue un chico, ligeramente más alto que él, probablemente cinco a siete centímetros, su cabello negro como la noche, y ojos oscuros, labios finos y piel pálida, cubierto por un largo saco de color negro, unos jeans y camiseta del mismo color, su rostro pintado de un gesto de preocupación.

-¿Cómo está Holly?.-pregunto acercándose a la camilla en donde ahora descansaba la cachorra.

-Ella está bien, sin embargo la herida limitará sus movimientos, sus paseos se acabaron por una o dos semanas, tendrá que tomar algunas pastillas, y tendremos que estar al pendiente de que la herida no se infecte.-explicó Naruto.- Es su decisión si desea que nosotros nos encarguemos de eso, o si decide se la puede llevar usted y traerla para examinar a Holly cada día.

Sasuke lo pensó por un momento, el estudio lo mantiene ocupado con la producción de música, y aunque trabaja desde casa, tenía miedo de que no la cuidara de manera correcta. La inseguridad de ser un mal dueño para su pequeña Holly lo consumió por completo.

-¿Cuántos días se quedará aquí?¿Podré venir a visitarla? ¿Que pastillas tengo que comprar?.-soltó con voz preocupada Sasuke.

Naruto lo miró con una pequeña sonrisa, se notaba en los ojos del contrario que amaba a su mascota.

—Solo una semana para estar seguros, si podrá visitarla, el horario lo elige usted, puede venir a cualquier hora del día.-explicó.-En la noche, dos internos se quedan a cuidar a los perritos, así que no tiene que preocuparse por la seguridad de Holly, estará en buenas manos.-aseguró.

Sasuke observó a Naruto, recién se daba cuenta de lo bonito que era, y de la seguridad que transmitía. Se disculpo por no presentarse de manera correcta, y agradeció por tratar a Holly en ese estado. Mientras que Naruto reía con suavidad, tratando de decir que no se preocupara por eso.

Intercambiaron números a petición de Sasuke, ya que habrá días en el que no podrá venir a visitar a su cachorra.

Mientras conversaban sobre los medicamentos y el proceso de recuperación de Holly.

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Una semana entera paso desde aquel incidente, Holly ahora ladraba a otros cachorros mientras iban detrás de una pelota. Sasuke quien estaba mirando en el salón de juego del centro Veterinario, sonrió, la venda aún seguía ahí, y hoy iban a sacarle los puntos.

Escucho la puerta abrirse, encontrando a Naruto quien se acercó para sentarse a su lado. Habían hablado por mensajes toda aquella semana, ya sea en la madrugada o por las mañanas, las conversaciones no faltaban cuando Sasuke visitaba a Holly.

Un sutil coqueteo entre ellos había nacido.

-Holly.- llamó Naruto, obteniendo la atención de la cachorra que soltó un pequeño ladrido acercándose a ellos.

Tomó entre sus brazos a la pequeña Holly, y se dirigió a una de las habitación para sacarle los puntos, siendo seguido de Sasuke.

-¿Le dolerá?.-murmuró preocupado el de cabello negro, y Naruto negó con una sonrisa.

-Soy muy cuidadoso, tranquilo.-aseguró Naruto acariciando las pequeñas orejas de Holly.

Sasuke observó claramente como Naruto trataba a su pequeña Holly, quien dormitaba mientras en la acolchada camilla.

-Estos días son muy importantes, si notas mucho enrojecimiento en la herida, la traes de inmediato, no queremos que tenga una infección-Sasuke asintió atento a lo dicho.-Mantenla en casa estos días, hasta que cicatrice completamente.

Naruto puso una especie de cono alrededor de su cuello, la cachorra tratará de lamerse la herida, y no quería eso.

—Listo, Holly ya está mejor se recuperará muy rápido.-sonrió Naruto haciendo que sus ojos se vuelvan dos lunas.

Sasuke dudó al decir esto, pero al final se armó de valor y suspiró. -¿Quieres..salir a tomar un café?.-murmuró nervioso.

Naruto lo miró por un momento, y mordió sus labio con nerviosismo mientras asentía.

-Me encantaría.-soltó con una sonrisa.

Y desde las frías calles de Japón, en un pequeño establecimiento, dos chicos hablaban con una sonrisa, sintiendo como la atracción entre ellos crecía más y más, siendo testigo una pequeña cachorra recostada en las piernas de su dueño.

𝒟𝒶𝒹𝒹𝓎 [𝒮𝒶𝓈𝓊𝓃𝒶𝓇𝓊]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora