Capítulo 21

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22 de Agosto de 2016. A las 04:57 a.m.

Habían pasado ya dos semanas dónde con Clariss nos habíamos puesto hablar sobre los nombres de los bebés. El cambio era evidente en ella, era la misma chica cuándo éramos novios y sin duda me gustaba qué fuera así, aunque había momentos en los cuales me daba cierta incertidumbre el hecho de que en algún momento ella volvieran hacer la mismas de hace unos meses.

Respiré hondo mirando a la ventana, personas venían e iban por la acera. Sonríe recordado las veces qué me pude haber visto así cuándo no tenía auto. El sonido de la puerta me sacó de aquellos lindos recuerdos, me gire viendo a la enfermera.

—Doctor, le mando ésto el doctor Malik. Dice qué acaba de llegar un nuevo niño con un cuadro de tumor en la zona pelvica de la lado derecho, según los estudios es por una fuerte caída de una litera. Se le hicieron estudios pertinentes, para saber si es maligno, los dan dentro de media hora.- Cerro el archivo de metal mirándome.

—Lo checare, gracias Ali. Por cierto, te fijaste si la zona está morada o presenta dolor en abdomen. Hay qué tener cuidado de qué ningún órgano éste pegado al tumor y se vaya a querer alimentar. Otra, dile al doctor Tomlinson qué le haga un ultrasonido, quiero ver en qué parte se encuentran.- Comente abriendo el expediente.

—Sí, doctor. Su esposa llamó, qué en medía hora llega.- Asentí y agradecí.

La vi salir y con eso me puse a observar lo qué tenía pendiente de estar evaluando a los pequeños. Salí del consultorio, observando como algunos niños iban evolucionando y otros iban empeorando, había días dónde me ponía feliz de saber qué algunos niños salían ya, pero, otras veces dónde aquí cerraban sus ojos para ya no abrirlos jamás.

Después de medía hora de chequeos y evaluaciones regrese a mi consultorio, al abrirlo sonríe viendo aquella mujer qué me traía loco. Pase mis brazos por su cintura y bese su mejilla.

—Hola, preciosa.- Murmuró en su oído.

Acaricie su vientre riendo por sentir sus manos sobre las mías, sentí sus labios en mi mentón, éstos momentos son lo qué quería qué jamás se acabarán.

—Hola, chico sexy.- Reí junto con ella.

—Vine porque quiero qué invites a tus amigos y colegas. Sé qué no quieres, pero me gustaría hacerte una fiesta el fin de semana.-

Iba a protestar, Clariss se giró entre mis brazos y sus dedos fueron a parar a mis labios.

—Por favor, amor. Dame ese gusto, quiero qué tú fiesta sea inolvidable. Yo sé qué hemos pasado por muchas cosas, quiero comenzar de nuevo.-

Sus ojos brillaban parecía y podría sentir qué lo decía desde el fondo de su ser. Me quedé viéndola, di un suspiro y asentí.

El problema era qué no quisiera fiesta, el problema es qué los chicos aún no sabían todo ésto. No sabía cómo iban a reaccionar, estaba seguro qué me dirían lo mismo de siempre pero había algo qué aunque quisiera ella estaba tan impregnada a mi.

—Les diré más tarde, estoy por salir. ¿Quieres ir a comer algún postre? -Bese sus labios sonriendo.

—Tengo antojo de un pastel de chocolate con relleno de crema de cacahuate.-

Reímos por sus alocados antojos,  mordi mi labio acariciando sus mejillas. Pase de los dedos por toda piel qué estaba tan suave cómo un pétalo de rosa, sentí sus dedos pasar por mi barba y me abrazo con fuerza.

—Perdón por todo, jamás quise hacerte daño. Liam, de verdad perdoname, yo no merezco tu amor y todo lo qué me das.-

Su llanto se hizo evidente, yo me quedé quieto abrazándola, todos aquellos días negros donde estas cuatro paredes eran testigo de las veces qué me la pasaba llorando limpiando la sangre por los golpes. Trague en seco, apretando mis labios.

Ella Me Golpea A MiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora