01 de Agosto de 2016. A las 19:07 p.m.
Cerré el último expediente de cambios de medicamento qué tendrían los nuevos niños con cáncer qué habían llegado hace dos días. Restregue mis ojos recargando ligeramente mi cabeza sobre el respaldo de la silla giratoria.
Sonríe recordando mis pequeñas vacaciones con mis padres, hace tres días qué había regresado, sin duda habían sido las mejores vacaciones; vi a mis amigos del barrio, recorrí cada parte del pueblo qué había sido mi hogar, hasta había ido a ver a los papás de Clariss, en sí, no exactamente visita, sólo los salude y prometí regresar a conversar, pero, mi inseguridad preferí no ir.
El día en qué llegué la casa estaba completamente sola, parecía qué no la habían habitado por esos quince días, pues, se empezaba a ver algo de polvo. Recuerdo qué subí buscadola pensando qué tal vez estaría en la habitación, el dormitorio estaba completamente ordenado, respire hondo viniendo a mi mente aquel día.
Negué y así quite todo esos recuerdos que lo único qué hacían era sentirme extraño, además de que desde qué llegué no la había visto, no me preocupaba pues imaginaba qué estaba con el tipo del vídeo. Frunci mis labios, pude escuchar el sonido de mi celular, lo tomé viendo aquel nombre qué desde hace tiempo no lo había recibido, sonríe aplastando la tecla verde.
—¿Hola? ¿Con quién quiere hablar? -Escuché su risa tras la bocina y sonríe.
—Hola, doctor Payne. Me alegro escuchar su sentido del humor.- Mordi mis mejillas por dentro sonriendo.
—Sin duda estoy de buen humor. ¿Cómo has estado, Sof? Hace mucho qué no hablamos y es grato escucharte.- Jugueteé con un lápiz haciendo trazos sin sentido.
—He estado muy bien, Lim. Extrañaba mucho oírte... Bueno mi llama es porque mis abuelos quieren invitarte a comer, van a celebrar sus cuarenta años de casados y quieren que vengas a la fiesta.- Reí por decirlo tan rápido.
—Claro qué acepto la invitación, además aprovecho para verlos, se que no hemos tenido comunicación y quiero qué volvamos a tenerlo, extraño mucho hablar contigo y jugar con Katy.- Confesé.
—Lo mismo digo, Li. Te espero el sábado a las cinco, mis abuelos en serio quieren volver a verte.- Sonríe recordado las charlas con aquellos viejecitos.
—Ahí estaré sin falta, se me hará muy larga la semana para verlos y verte...- Subí la vista de los trazos y la vi con el ceño fruncido.
—Bueno te esperamos, cuidate mucho.- Solo murmure un igual y colgué.
Mi pregunta era qué hacía ella aquí, se veía un tanto demacrada, entró sin decir nada y cerró la puerta tras de ella.
—¿A quién verás dentro de una semana para decirle qué los quieres ver?- Se cruzó de brazos, frunci mi ceño poniendome de pie.
—¿Por qué debería de decírtelo?- Mis fuerzas las estaba sacando desde no sé dónde.
—Porque soy tu esposa...- Lo dijo tan bajito qué parecía dolerle.
—A una esposa qué le doy asco.- Trague cuando la presión en mi pecho estaba presente.
Sé quedó callada, no sé movió o trato de irme de golpear. A mi sorprendía el hecho de qué estuviera aquí frente de mí, aclare mi garganta.
—¿Qué haces aquí?- Acomodé mis carpetas dejándolas en el archivero de carrito.
—Yo... Yo, venía a... Saber sí querías acompañarme hacer la despensa.- Comentó.
Detengan todo, ¿Me estaba invitando hacer la despensa? Aquella mujer qué le daba asco y no quería verme estaba invitándome a comprar con ella, vaya.
—Oh... Bueno puedes esperarme en el estacionamiento, estoy por salir.- Comente intigrado.
Su actitud me estaba confundiendo, ¿Por qué lo hacía?, un día me oídaba a muerte y ahora se ponía en aquel modo dónde parecía qué ella era completamente sumisa. La vi salir por aquellas cuatro paredes, solo asintió y eso me hacía confundirme más, ¿Qué se supone qué debería de hacer? Creerle qué se había arrepentido aquella noche o solo alejarme porque sabía qué no estaría más cómo su sirviente.
Muchas preguntas en mi cabeza y ninguna respuesta, después de todo me hacia sentirme algo importante para ella. Había soñado muchas veces en dónde ella me pedía hacer las compras conmigo, dónde me preguntaba que era lo que haría o cosas así donde pudiera sentirme acogido por su atención.
Saque el carrito dándole las indicaciones a la enfermera, entre y saque mi bata, arramangue mi camisa en tres cuartos. Al bajar al estacionamiento la vi hablando por teléfono, parecía algo enojada o confundida, saque mi llave del auto y al verme colgó rápido la llamada. M3 parecía extraño eso pero ahora no quería ponerme en ese estado, quería al menos disfrutar ede momento qué tanto había soñado.
—Vamos, ¿Traes lo qué vas a comprar?- Abrí su puerta, subió y corrí hasta mi puesto.
—Parece qué compraremos muchas cosas.- Mostró una gran lista.
En el transcurso del camino nos fuimos en silencio no quería qué se acabará, pero al llegar al supermercado, tomó aquel porte de superioridad, frunci mis labios, esperando todo lo que había estado pasando. Iba detrás de ella, cómo siempre lo hacía, ahora qué sentía hubiera sido mejor rechazar su oferta.
Después de casi una hora y media en andar comprando todo lo qué nos hacía falta, no se había comportando tan mal conmigo, al contrario me había tratado de lo mejor, palabras cariñosas que hace mucho no las decía volví a escucharlas, mi corazón salto de alegría y mi miedo hacia ella no de sentia igual.
—Vamos mi amor, qué parece qué lloverá.- Ahí estaba de nuevo sus apodos cariñosos.
—Oh si, lo siento es qué me quedé pensando en algo.-
Clariss solo rio divertida, trague cuando sentí sus manos tocar mi brazo y enganchar el suyo, parecíamos una pareja feliz, qué inundando de amor dejábamos a los espectadores, pero, ellos no sabían como estábamos realmente.
Era extraño tenerla tocando mi piel, una sensación rara en mi pecho al recordar sus palabras aquella noche, qué por más qué quiera jamás los olvidaré, me hizo sentirme pequeño, no sabía porque me tocaba si ella me había dicho qué le daba asco y ahora parecía qué disfrutaba hacerlo.
Subimos al auto y arrancamos rumbo a casa, lo único qué quería era llegar y tranquilizarme, me estaba volviendo loco, todo era cómo si me quisiera solamente porque no quería estar sola o realmente quería volver a estar conmigo, punzadas en mi cabeza se hicieron presentes.
El silencio era neutral pero Clariss no parecía incomoda, era todo lo contrario estaba con una sonrisa, viendo el camino, respire hondo al ver la casa de lejos, aquel circo dr acabaría cruzando aquella puerta.
—Me llevaré la mitad de la despensa, ¿Si?- Se giro al verme con una sonrisa cálida, asentí, y en un abrir y cerrar de ojos había besado mis labios.
¿Qué había sido eso? Toque mis labios, pude verla por el retrovisor alegre, saqué la llave, estaba mareado e intrigado por su reacción. Saqué las bolsas, al entrar la vi cantando. Dejé las bolsas sobre la isla.
—Iré a descansar un poco, estoy agotado. No te preocupes por la cena, no tengo hambre.- Dije saliendo de ahí, me estaba asfixiando de todo lo qué había pasado en menos de tres horas.
—Te llevaré algo.- Grito alegre.
Subí rápido las escaleras, llegué a la habitación de huéspedes, busque la cama acostado mire el techo pensando en todo lo había estado haciendo ella, era sin duda otra persona.
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Holas! Los extrañe,siento qué quedó no tan interesante.Me han preguntado cuándo actualizo, a ciencia cierta no tengo horario fijo, pues hay veces dónde no tengo ideas o tengo cosas qué hacer. Trataré de acomodarme para al menos ir subiendo un capitulo cada fin de semana o un capitulo cada quince días.
Gracias por seguir leyendo, bienvenidos a los nuevos lectores. ✨
Espero sus comentarios y ya saben 5 ⭐ para subir el otro.
Los amo mucho. ♥️
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Ella Me Golpea A Mi
FanficDespués de tres años de casados, ella... Se mostró diferente. Yo nunca la golpeé, ya que mi familia me enseño a respetar a las mujeres. Ella me empezó a insultar y a golpear, como si ella fuera él hombre y yo la mujer. Dirán que soy mandilón, pero...