Un fanfic de Maze Runner
"Sea lo que sea que quieras hacer, no intentes ser una superheroína"
"Y esta es Lorena, novato" señalé al rubio.
"Andrea, ese es nombre de mujer" el chico rodó los ojos.
"¿Estás diciendo que un hombre no puede tener ese n...
Debes conocer bien el problema más que la solución, o la solución puede ser el problema.
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Hazel, Hazel, Hazel, me llamo Hazel.
Lo había repetido mucho durante los dos últimos días. Desde que mi madre ya no estaba. Recordaba mi último instante con ella, cada lágrima, palabra. El calor de su mano. Sabía, muy en el fondo, que era lo mejor. Fui testigo de cómo mi padre se desplomó en la más completa demencia, puro enojo, peligro. Definitivamente no quería ver a mi madre pasar por esa fase.
De todas formas, me hacía sentir triste esa separación. No me habían dejado ver a nadie, ni siquiera a Nate. Me sentía sola y me era imposible conciliar el sueño por las noches. Volví a concentrarme.
Hazel, Hazel, Hazel, me llamo Hazel.
Quería aferrarme a solos dos cosas; nombre y recuerdos. Era obvio que no podían robar mis recuerdos, pero estaba más que claro que querían arrebatarme mi nombre. Durante dos días, me presionaron para aceptar mi nuevo nombre; Kate. Me había negado y me aferraba con todas mis fuerzas al que mis padres me habían otorgado. Tenía siete años, y todo lo que mis ojos habían visto había sido locura, muerte y caos. Nada lindo.
Sonó un zumbido y un hombre vestido con un repugnante traje de color verde ingresó a la habitación.
- Andrea, ven conmigo –pidió.
Me llamo Hazel.
No moví un músculo, fingiendo no haberlo oído.
- Andrea, levántate, no tenemos tiempo para juegos. Debemos trabajar y armar todo, además, oí que eres de las últimas en resistirse al nuevo nombre. Ayúdame un poco. ¿Realmente vale la pena pelear por esto? ¿Después de que te salváramos de lo que sucede allá afuera?
Me di por vencida, giré sobre mis talones y le eché al extraño una mirada asesina.
- Te ves como un completo idiota –murmuré cruzada de brazos.
La sorpresa fue evidente en el rostro del desconocido.
- ¿Disculpa?
La ira comenzaba a apoderarse de mí.
- Dije que te ves como un idiota con ese estúpido overol verde. Deja de actuar. Ser pequeña no me hace tonta. No pienso hacer nada de lo que me pidas. Y por ningún motivo me pondré esa fea ropa que llevas –aclaré-. Y como le he dicho a los otros quince sujetos, dejen de llamarme Andrea ¡Me llamo Hazel! –solté un suspiro luego de decir todo eso.
El sujeto de overol me observó de arriba hacia abajo. Lucía como si estuviese buscando algo que no estaba a la vista. Luego habló:
- Me dijeron que tenía cualidades... -dijo luego de reir un poco-. Adorables e infantiles... ahora no las veo.
