Capítulo 25

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—¡Maldita sea! —gritó JiMin mientras su mano se disparó hacia su cara y se estrelló de espaldas a la fila de casilleros detrás de él.

Compartimos deportes juntos, y yo ni siquiera había esperado hacer contacto visual antes de correr y darle justo en el ojo.

La clase en el vestuario salió del camino, y pasé por encima del banco para sentarme en frente de mi mejor amigo que se había deslizado hasta el suelo.

Apoyé los codos encima de mis rodillas y lo miré.

—Lo siento —dije, y era la verdad—. Pero sabes que me estás presionando, ¿verdad?

—Sí —asintió, entornando los ojos con una mano sobre ellos.

Siempre me presionaba y me molestaba, pero sabía por qué lo hacía. Quería que actuara. Que me arrastrara a los pies de Tate y hacer que me quiera.

Pero ella había dicho que sí. Eso me molestó, también.

Ni siquiera haber pensado en preguntarle en ir al baile conmigo me fastidió.

Odiaba los bailes. Odiaba bailar.

Pero gracias a mí, Tate no fue a cosas como éstas en el pasado y obviamente quería.

Un sabor amargo se instaló en mi boca.

Es el sabor que consigues justo antes de tragar el orgullo.

***

—Hey, Dr. Porter. —Me topé con mi profesor de química de segundo año en el pasillo después de la escuela—. ¿Está Tatum Brandt trabajando en el laboratorio hoy? —Me hizo un gesto hacia la puerta detrás de él.

—Sí —espetó, con los ojos muy abiertos y pareciendo extrañamente aliviado de verme—. Lo está. Pero creo que está sola. ¿Estás libre? ¿Te importaría localizarla? Normalmente estoy allí, pero tengo una reunión.

—¿Sola? —Mi mandíbula se contrajo con una sonrisa contenida—. No hay problema.

Seguí caminando y abrí la puerta del laboratorio, mi corazón ya acelerado con la promesa de la clase de problema que quería ahogar.

La habitación estaba vacía, pero oía el arrastre de pies y el repique llegando desde el armario de suministros, así que me senté en el escritorio del profesor y apoyé los pies en alto, esperando por ella.

El laboratorio estaba en el lado más grande de los salones de clase en la escuela. Contenía unas doce mesas con dos o tres asientos cada una. Encimas de ellas había vasos de laboratorio, frascos, mecheros y fregaderos. Me gustaban las mesas.

Tenían una buena altura.

Medio reí, medio suspiré ante las imágenes que flotaban a través de mi cabeza.

Jesucristo.

Nunca había fantaseado con una chica de la manera en que lo hacía con Tate, pero me estaba adelantando a los acontecimientos. Puede que nunca me deje llegar a la segunda base de nuevo, por no hablar de la tercera.

Pasando mis manos por mi cabello, enganché mis dedos detrás de mi cabeza y traté de pensar en Lifetime Movie Channel para mantener mi polla bajo control.

La puerta del armario se abrió y Tate salió con una caja de suministros en sus brazos.

Llevaba el cabello partido al medio, y fluía alrededor de su rostro y su cuerpo, ocultando parcialmente sus ojos.

Pero me vio.

Incluso a través de los mechones rubios, pude distinguir la tormenta.

Sus piernas se detuvieron y parecía sorprendida, desconcertada y un poco molesta.

Hasta Ti {F.A.S; #1.5} ➳ Jung HoSeokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora