Capítulo 6

195 17 4
                                    

Ni veinticuatro horas más tarde me paré frente a otro policía, siendo palpado hacia abajo, solo que esta vez no estaba en problemas. Según el amigo del juez Mr. Brandt, no tenía que empezar las visitas durante unas semanas. Ellos querían la aprobación de mi madre primero, pero no tenía ningún interés en esperar. Cuanto más pronto empezase, más pronto estaría hecho.

—A través de esas puertas, encontrarás taquillas donde puedes poner tus llaves y tu teléfono. Deshazte de esa cartera con la cadena, también, chico.

Miré al oficial de correcciones que parecía Neo-Nazi, el cual podía llevarse sus órdenes y metérselas por el culo. Era calvo, blanco como si nunca hubiera visto el sol, y tan gordo como una docena de Krispy Kremes.

Quería mis cosas sobre mí, porque estaba completamente esperaba darme la vuelta y salir de aquí en el momento en que pusiese los ojos en el hijo de puta enfermo que era mi padre.

Mi padre. Mi estómago se revolvía al escuchar esas palabras.

—¿Cómo funciona esto? —pregunté, a regañadientes―. ¿Va a ser como en una jaula, y hablaremos a través de unos agujeros de aire o usaremos teléfonos?

Hacer preguntas no era mi estilo. Lo imaginaba por mí mismo o me callaba e iba a trompicones. Pero la idea de ver la mierda retorcida hizo que mis músculos se tensasen. Quería saber exactamente en lo que me estaba metiendo. Parecer un niño indefenso ante este policía, no era nada, si podía caminar como un hombre delante de mi padre.

—¿Jaulas con agujeros de aire? —se burló el nazi con una placa—. ¿Has visto un poco de Prison Break últimamente?

Cabrón.

Parecía como si estuviera tratando de contener una sonrisa mientras me apretaba por las puertas dobles.

—Thomas Jung no está aquí por asesinato o violación. No es necesaria seguridad adicional, chico.

No, por supuesto que no. No es como si fuera peligroso. No, en absoluto.

Incliné mi cabeza en alto, mientras caminaba con calma hacia las puertas.

—Mi nombre es HoSeok —le corregí con voz plana—. No "chico".

La habitación de visitas, si se le podía llamar así, alardeaba un espacio común parecido a una escuela secundaria. Bancos, mesas y máquinas de snacks llenaban la mayor parte de la habitación, y las ventanas a lo largo de la pared sur traían suficiente luz, pero no demasiado.

Era sábado, y la habitación estaba llena. Las mujeres con los niños en sus brazos, mientras que los esposos, novios y otras personas significativas sonreían y charlaban. Las madres abrazaban a sus hijos, y los niños de los padres que no conocían.

Era todo felizmente horrible. Escaneé la habitación, no estaba seguro de si mi padre ya estaba aquí, o si se suponía que me tenía que sentar y esperar a que ellos lo anunciasen. Quería lanzar mi mirada por todas partes a la vez. No quería que supiera mi posición si yo no sabía la de él. Tenía la boca seca y mi corazón latía con fuerza en mis oídos, pero me obligué a reducir la velocidad y hacer lo que siempre hacía.

Examiné y traté de parecer tranquilo y cómodo, como si fuese el dueño del lugar.

—HoSeok —oí una llamada de voz, y me paralicé. Era la voz ronca que nunca había olvidado en mis sueños. Siempre sonaba igual.

Paciente.

Al igual que la serpiente cuando se acercaba sigilosamente a su presa.

Poco a poco, seguí el sonido hasta que mis ojos se posaron en un hombre de unos cuarenta años con el cabello rubio que se rizaba alrededor de sus oídos y ojos azul celeste.

Hasta Ti {F.A.S; #1.5} ➳ Jung HoSeokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora