Capítulo 36

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—Dame tu teléfono —ordené a JiMin mientras hacía mi camino a través de la multitud de susurros y ojos curiosos jodidamente invasivos.

—Hombre, solamente déjala sola por ahora —gimió él.

Toda esa maldita gente. Sus ojos estaban puestos en mí, e incluso había algunos que se colgaban de las ventanas de la escuela. Todos habían visto esto y alguien probablemente había tomado un vídeo de Tate rompiendo mi auto.

Mi auto. Gemí. Ni siquiera podía mirarlo.

—Teléfono. Ahora. —Tendí mi mano después de que conseguimos algún espacio.

Él lo dejó caer en mi mano.

—Voy a buscarla. —Comencé a marcar el número de Tate—. Tú quédate aquí y ve a hablar con el director. Asegúrate de que ella no se meta en problemas por esto.

Los maestros principales tenían miedo del padre de JiMin, y gracias a Dios por eso. El Sr. Park no era solamente un abogado. Era el tipo cuyos casos eran estudiados en las facultades de derecho.

Su peso nos mantenía fuera del problema, y ahora Tate iba a conservar su registro limpio, también.

Escarbé en mi bolsillo por mis llaves.

—Ellos van a saber del vídeo, HoSeok. Él la mantendrá fuera de problemas, pero llamará a su papá.

Mierda.

—¡Joder! —gruñí, callando a todos a mi alrededor. Las chicas chillaron y otros retrocedieron. Fue entonces cuando me di cuenta de que todavía tenía una audiencia, y por primera vez en semanas, sentí la necesidad de sacar la rabia.

—¡Todos ustedes —bramé, señalando con mi dedo alrededor de mí en un círculo—. ¡Borren ese vídeo de sus teléfonos de mierda! ¡Ahora! ¡Si veo a alguien con él, estarán muertos! Las perras incluidas.

—Oh, Jesús. —JiMin pasó sus manos sobre su rostro—. ¿Estás tratando de ser detenido?

Váyanse a la mierda todos.

—Si ella aparece, por cualquier motivo, consigue un teléfono y me llamas. —Di la vuelta y subí a mi auto casi inservible.

***

Conduje por alrededor aproximadamente una hora, antes de que reuniera el coraje para llamar a su padre. Podría escucharlo de la escuela, pero él tenía que oírlo de mí primero. Había estado llamando y enviando mensajes a Tate sin parar, pero era el momento de enfrentar las consecuencias.

El papá de Tate atendió al primer llamado.

—¿Hola? —preguntó, la confusión llenando su voz. Yo tenía el teléfono de JiMin, y él no sabía el número.

—¿Sr. Brandt? Es HoSeok.

—¿HoSeok? —soltó abruptamente—. ¿Qué está mal?

Casi me reí.

El Sr. Brandt y yo nos enviábamos mensajes. Si estaba llamando, entonces él sabía que algo pasaba.

—Tate está bien —le aseguré enseguida, pero eso parecía una mentira. Físicamente, ella estaba bien—. Pero algo pasó. —Hice una pausa y luego escupí—. Es probablemente una buena idea, que usted venga a casa cuanto antes.

Eso sabía a vinagre, pero no había manera de evitarlo. Tate necesitaba a su padre ahora mismo.

—¿Qué demonios pasó? —vociferó, y jalé el teléfono lejos de mi oreja.

Lenta y tímidamente, usando el lenguaje más azucarado que me fuera posible, le dejé saber que Tate y yo tuvimos relaciones sexuales, que un vídeo fue grabado de nosotros en la fiesta de Bienvenida, y parece que fue enviado a toda la escuela desde mi teléfono que había perdido.

Hasta Ti {F.A.S; #1.5} ➳ Jung HoSeokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora