Capítulo 39

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Gemí.

Ya era tarde, y ella y yo no hablábamos. ¿Qué demonios quería?

Deslizando la pantalla, contesté.

—¿Sí?

—Tengo algo para ti —cantó, su voz lenta y sensual era muy desconcertante.

Enderecé mis hombros, tenso.

—Estoy seguro de que no me interesa —dije tajante, abriendo la ducha.

—Oh, lo estarás. —Podía oír la sonrisa en su voz—. Estoy en la casa de JiMin. Apresúrate o empezaremos sin ti.

Jesús.

Yo no era quien para juzgar pero, K.C a veces era un poco estúpida.

Ahora mismo, sin embargo, solo parecía ebria.

—Ponlo al teléfono —ordené, mi paciencia acabándose.

Oí su risa en el otro extremo antes de que cambiara de persona.

—Hombre, solo ven aquí —se rio JiMin, manteniendo su voz baja—. Querrás un pedazo de esto.

¿Qué demonios?

—¿De K.C?

—¿Qué? —JiMin se puso a la defensiva—. K.C es asombrosa. Te trajo un regalo. Está esperándote en el jacuzzi justo ahora. Te voy a dar una pista. Su nombre es Nate.

Mi pulso latió en mi garganta, y mi cara se puso caliente.

—Así que trae tu jodido trasero aquí —me gritó y colgó.

Oh, hombre. Respire dentro y fuera, queriendo reírme y golpear algo al mismo tiempo.

Está bien, supongo que K.C no era tan estúpida, después de todo.

No tenía idea de cómo ella terminó con Nate, y en la casa de JiMin, pero era perfecto.

Lo golpearía por mí, pero lo mataría por Tate.

Cuando pensé en como ella lloró, teniendo que enfrentar a su padre la semana pasada. O como la escolté a cada clase para asegurarme que nadie dijera mierda de ella.

Cada lágrima que derramó, cada temblor de su pecho, y cada vez que ella cerró los ojos con vergüenza fue el dolor que yo causé. Nate y Piper no tenían un problema con ella. Ellos tomaron represalias contra mí.

Entré a la habitación de invitados y sacudí a mi hermano para despertarlo.

—¿Quieres meterte en una pelea?

Después de ir a Chicago hoy por el regalo de Tate, él terminó en mi casa. Aunque odiaba que él no estuviera con nosotros, estaba aliviado de que sus padres adoptivos fueran permisivos con las visitas. Él dormiría aquí todas las noches esta semana, y manejaría una hora a la escuela cada día.

—Infiernos, si —murmuró algo confuso y salió de la cama.

Puso su cabello en una larga cola de caballo, y nos pusimos nuestras sudaderas negras marca Jung antes de salir por la puerta. Mi mama estaba dormida, y brevemente pensé en llevar a Tate conmigo, pero era mejor que se quedara en casa. No quería meterla en más problemas.

Nos subimos a mi Boss apenas arreglado, y nos fuimos.

Kook bostezó a mi lado mientras cruzábamos las calles negras y resbaladizas del otro lado de la ciudad.

—Nunca te duermes hasta que es muy tarde, y siempre te levantas temprano. Necesitas dormir más. —Traté de ver su reacción con la esquina de mi ojo.

Hasta Ti {F.A.S; #1.5} ➳ Jung HoSeokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora