Go Back to Sleep

37. Telaraña

Fargan y él terminaron de colocar los mini dispositivos explosivos que les habían mandado poner aquí y allá, por todos lados del pueblo; no había sido difícil, pero si engorroso.

– ¿Siquiera hay una razón para esto? ¿O solo somos sus monos cilindreros?- preguntaba Rubius quitándose la máscara, ya en la seguridad de su guardida

– ¿Quizás lo hace por las travesuras de los viejos tiempos?- el oso frunció el ceño al oír que el búho seguía siendo tan ciego o estúpido.

–Fargan, si fuera el caso ¿Por qué no está aquí con nosotros? No seas ridículo- su mal humor estaba estallando, había pasado más horas conduciendo que dormido y lo sumiso de su compañero no estaba ayudando en nada.

–Pues-pues no está porque anda ocupadillo por ahí- Rub levantó la ceja –con Luzu...si sabes a lo que me refiero- dijo en tono pícaro

–Ya, ya- con un movimiento de mano el oso dio por zanjado al tema antes de que a Fargan se le ocurriera añadir más información que no necesitaba.

Rubius suspiró, quería a Luzu, le tenía aprecio, era buena persona, había sido herido, pero se mantenía amable, se merecía ser feliz, así que esa información provocaba sentimientos encontrados en él.

Sabía que todo aquel que estuviera en la lista blanca del líder de la Hermandad estaba bien situado, protegido, privilegiado inclusive, pero le inquietaba la ingenuidad del castaño.

Para ser alguien quien aborrecía a esos bichos sospechaba que el chino se había dedicado a tejer una telaraña de forma metódica y paciente para hacer caer entre sus redes a un inocente y confiado Luzu.

No sabía si, como una araña, planeaba devorar todo de su presa hasta dejar solo un cascarón vacío, o si era la versión de Willy de envolver a alguien en una manta suave para protegerlo.

Pero una telaraña no dejaba de ser una telaraña, sin importar cuan bella pareciera.

"¿Desdecuándo Guillermo? ¿Desde cuándo tejes esa telaraña?" se preguntó viendo endirección a la casa de Luzu.