36. Recuerdos de lo que no fue

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Sesintió culpable cuando después de estar ausente por mucho tiempo el pelinegrolo recibió como si nunca se hubiera ido, le dio su confianza y su cariño, lomiró con ojos ilusionados; el híbrido le correspondió. Willy no se declaró al respecto y por ese corto tiempo de paz pensó que le dejaría en paz.

Decidieron casarse a escondidas.

Inclusive Rubius barajó la posibilidad de pedirle a De Luque que se fugaran, se irían lejos, con el dinero que Vegetta tenía podían vivir donde sea, incluso sin dinero estarían bien, joder, trabaría de velador en una pizzería de mierda si era necesario, pero necesitaban salir del radar.

Cuando Fargan se presentó en la Capilla, supo que todo estaba jodido.

–Entiéndelo, tiene miedo de que a la larga le rompas el corazón a su mejor amigo- le decía el búho, quien siempre se ponía del lado del chino

–Ah, y para evitar que, hipotéticamente, le rompa el corazón en un futuro ¿quiere que se lo destroce ahora?- el ave se encogió.

Ni un puto sentido, nada de sentido.

Estuvo a nada de mandar a Wilfred al diablo, por una vez en su vida luchar por algo con todas sus garras, pero en ese momento vio detrás de Fargan una sombra extraña que parecía acariciarle el cuello con sendas garras.

¿Es que Fargan no podía ver esas cosas? ¿Estaba ciego?

Cedió ante la amenaza y luego pasó lo que pasó.

Pensó que entonces todo terminaría, si, Veg lo odiaba, si, se le rompía el corazón y se le empañaban los ojos cada vez que recordaba los votos de De Luque en el altar, pero al menos sería libre ¿no?

No lo fue, Willy aun lo contactaba para que hiciera encargos de porquería, además de exigirle ir a las misiones de héroes de Karmaland, se cagaba mil veces en sus muertos.

Lo destrozaba ver de nuevo a Vegetta sin poder entablar una conversación como antes, sabía que toda esa mierda estaba concertada para hacer que el pelinegro lo odiara si es que no lo hacía ya.

Poreso pensaba que a Auron más le valía correr y nunca regresar, él sí podíahacerlo.

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