24. "Preocupación"

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Auron despertó para encontrarse con una escena un tanto discordante.

Una densa oscuridad que casi parecía humo o inclusive un trozo de tela negra, comenzaba a alejarse de sus pies, que estaban llenos de...¿sangre? ¿baba? ¿mierda?, no tenía puta idea, pero era como si manos de muñecas estuvieran impresas no solo en sus zapatos, sino en toda su ropa.

Tenía los sentidos embotados, pero de pronto recordó que estaba con Luzu, sobresaltado comenzó a querer levantarse para buscarle, fue cuando se percató de que estaba casi acostado en las piernas del castaño.

¿Y Luzu? Luzu estaba hiperventilándose en los brazos de Willy, aferrándose a él como si el mundo fuera a acabarse si le soltaba.

Pasaron unos 5 minutos antes de que la luz del sol regresara, para entonces ya no quedaba rastro de las abominaciones, ni una de ellas, por supuesto que le parecía de reputísima madre, pero también algo sospechoso.

Willy le preguntó cómo estaba, él le contestó agradeciendo su intervención, cualquiera que hubiera sido.

–Qué va hombre, si yo no hice nada, solo los encontré así-.

"Ni tu abuela te cree esa, puto chino" pensó el moreno mirándolo de reojo, sintiendo que toda su "preocupación" hacia él era una absoluta hipocresía.

El albino no se había separado en todo el rato de Luzu, y el castaño tampoco parecía querer dejarlo ir.

Rubius llegó de entre el maíz, partiendo tallos con una espada.

–Joooooder tío, qué mal se ven-

–No me digas puerco- rio Auron al verlo llegar muy a su estilo, el laberinto le había importado un cuerno.

Puede que Willy crea que no lo notó, pero vio como hizo una cara de fastidio y un par de señas al híbrido, después de eso el oso mencionó que llevaba un par de pociones extras de recuperación y curación, por si las necesitaban.

Auron y Luzu las aceptaron de buena gana, pero el primero no se creía que precisamente él trajera "casualmente" pociones extra, cojones, si ni comida llevaba encima, nunca.

Después de todo aquello parecía un chiste que tuvieran que terminar la misión de porquería.

A decir verdad, a comparación de lo que había sucedido, fue como un paseo en el parque.

Se encontraron con el resto saliendo del laberinto, nadie mencionó nada al respecto de su "aventura extra", tanto Luzu como él estaban físicamente al 100% después de las pociones que les ofreció el oso, pero él necesitaba desquitarse.

Se sentía como mierda.

No pudo hacer nada, absolutamente nada para vencer a aquellos seres. Si no fuera suficiente con correr como cobarde por todo el lugar había sido una carga para su niño ¿el remate? Había estado desmayado inclusive cuando llegó la ayuda.

Y por alguna razón le cabreaba que fuera Willy.

Le cabreaba que Willy los hubiera sacado de aquel berenjenal, le cabreaba que estuviera pegado todo el tiempo con Luzu, tocándole el hombro, hablándole en secreto.

Pero también lo tenía hasta los cojones que, por alguna razón, Luzu hubiera pensado en llamarle a él en primer lugar y que no opusiera resistencia a esos acercamientos y toques tan casuales.

Quizás lo que más lo tenía de puntas es que él no podía reclamar nada ¿de qué tanto se había perdido mientras estuvo fuera? No era mentira que deseó volver varias veces y distintas circunstancias se lo impedían, pero también era cierto que, quizás, debió intentarlo con más empeño.

Quería saber qué era lo que pasaba con su niño, que le confiara qué diablos había pasado allá, pero él no podía protegerlo así que ¿serviría de algo?

En fin, que estaba que quería colgar de los cojones a alguien, pero si lo hacía con quien tenía en mente seguramente Triple 7 lo partiría en dos (no de la manera divertida), por lo cual optó desquitarse con el Jefe Final en el centro del laberinto.

El King Calabaza no tuvo oportunidad contra los héroes, en especial Auron y saqueadora, llegó un momento en el que Fargan tuvo que acercarse a decirle que ya estaba bien, que el enemigo estaba muerto.

–Pero cuánta intensidad Auron ¿es que no te gusta el dulce de calabaza o la calabaza te debía dinero?- le preguntó el búho mientras reía y le palmeaba la espalda.

Fueron por las putas calabazas del puto Merlon, el laberinto había desaparecido, así que llevaron las camionetas hasta el lugar para cargarlas.

¿Creía Willy que era estúpido? Era obvio que estaba manteniendo a Luzu lejos de él, todo el rato mientras cargaban aquel montón de calabazas el castaño se la pasó pegado a los talones del albino, pensó que había sido suficiente.

Pasó uno de los vehículos, en el que Lolo y Alex bobeaban con las calabazas, comparando una con el cabello y las pecas de Lolito, llegó hasta su niño, tocándole suavemente por el hombro, indicándole que su camioneta estaba completamente cargada y ya podían emprender el camino de regreso.

Fue doloroso ver cómo titubeó y volteó sobre su hombro a ver al chino.

Pero él sabía que podía dar un revés a esto.

Go Back to SleepDonde viven las historias. Descúbrelo ahora