Cap.10

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Iker White Stone (Futuro Alpha)



Observé a mama quién sonreía abrazando a un entusiasmado Izan

Estoy celoso, no lo voy a negar

Ya le ha dado mucha atención a Izan ¿y yo qué?

Papá parece estar en las mismas que yo, pero es algo ya normal, somos tres hombres

Si uno está feliz por la atención de mamá los otros dos no lo están, era así, mamá no se puede partir en tres y darnos la misma atención al mismo tiempo

Todo se reducía a algo...pelear por su atención

Algo que entendía pero no por eso mis celos eran menos, ya le hubiera desgarrado la garganta si no fuera mi hermano

Además creo que haría enojar a mamá

Nunca la he visto enojada realmente y mi instinto me dice que no quiero verla de esa forma, así que mejor no me arriesgo

-¿Cuándo vienen los Black? –cuestioné solo para llamar su atención

-Deben de estar por llegar, colmillitos, no desesperes –sonrió

Fruncí el ceño

Eso no me bastaba

Quería más

-Tengo hambre –musité con irritación

-Si no llegan en 15 minutos podrás empezar a cenar antes ¿está bien? –cuestionó con suavidad

Me crucé de brazos, cuando Izan entrecerró los ojos en mi dirección, sospechando cuales eran mis verdaderos motivos, por eso cuando noté que volvería a llamar su atención yo lo hice primero

-Mamá –murmuré y me miró de inmediato –me duele aquí –señalé mi nuca recordando que tenía una pequeña herida

Me la había hecho hace algunas horas cuando entrenaba con Naim, como el arma era de plata aún no sana

Eso me servirá por ahora

-A ver –se levantó frunciendo el ceño

Vi a Izan soltar un resoplido molesto mientras mamá revisaba el lugar donde le había dicho que tenía dolor

Su calor me habría hecho sonreír si estuviéramos solos

-Tienes una pequeña cortada –me dijo mamá --¿estuviste jugando con dagas de platas con Naim? –cuestionó

Por supuesto que diría algo como eso

-Estábamos entrenando –la corregí

-¿Duele mucho? –acarició la pequeña herida

Asentí

No dolía una mierda, no la sentía en lo absoluto, pero mamá no tenía por qué saber eso

-Iré por una pomada –susurró dejando un beso en mi cabeza

Se fue de inmediato

Izan me observó frunciendo los labios

-Se lo que haces –se quejó Izan

-¿Qué hago? –cuestioné observándolo con fijeza

-Sabes de lo que hablo –entrecerró los ojos

-No, no sé de qué hablas –negué con indiferencia

-Sí, sabes lo que estás haciendo –me acusó

D.A.RDonde viven las historias. Descúbrelo ahora