Iker White Stone (Futuro Alpha)
Observé a mama quién sonreía abrazando a un entusiasmado Izan
Estoy celoso, no lo voy a negar
Ya le ha dado mucha atención a Izan ¿y yo qué?
Papá parece estar en las mismas que yo, pero es algo ya normal, somos tres hombres
Si uno está feliz por la atención de mamá los otros dos no lo están, era así, mamá no se puede partir en tres y darnos la misma atención al mismo tiempo
Todo se reducía a algo...pelear por su atención
Algo que entendía pero no por eso mis celos eran menos, ya le hubiera desgarrado la garganta si no fuera mi hermano
Además creo que haría enojar a mamá
Nunca la he visto enojada realmente y mi instinto me dice que no quiero verla de esa forma, así que mejor no me arriesgo
-¿Cuándo vienen los Black? –cuestioné solo para llamar su atención
-Deben de estar por llegar, colmillitos, no desesperes –sonrió
Fruncí el ceño
Eso no me bastaba
Quería más
-Tengo hambre –musité con irritación
-Si no llegan en 15 minutos podrás empezar a cenar antes ¿está bien? –cuestionó con suavidad
Me crucé de brazos, cuando Izan entrecerró los ojos en mi dirección, sospechando cuales eran mis verdaderos motivos, por eso cuando noté que volvería a llamar su atención yo lo hice primero
-Mamá –murmuré y me miró de inmediato –me duele aquí –señalé mi nuca recordando que tenía una pequeña herida
Me la había hecho hace algunas horas cuando entrenaba con Naim, como el arma era de plata aún no sana
Eso me servirá por ahora
-A ver –se levantó frunciendo el ceño
Vi a Izan soltar un resoplido molesto mientras mamá revisaba el lugar donde le había dicho que tenía dolor
Su calor me habría hecho sonreír si estuviéramos solos
-Tienes una pequeña cortada –me dijo mamá --¿estuviste jugando con dagas de platas con Naim? –cuestionó
Por supuesto que diría algo como eso
-Estábamos entrenando –la corregí
-¿Duele mucho? –acarició la pequeña herida
Asentí
No dolía una mierda, no la sentía en lo absoluto, pero mamá no tenía por qué saber eso
-Iré por una pomada –susurró dejando un beso en mi cabeza
Se fue de inmediato
Izan me observó frunciendo los labios
-Se lo que haces –se quejó Izan
-¿Qué hago? –cuestioné observándolo con fijeza
-Sabes de lo que hablo –entrecerró los ojos
-No, no sé de qué hablas –negué con indiferencia
-Sí, sabes lo que estás haciendo –me acusó
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D.A.R
FantasyCuenta la leyenda que la diosa Hécate haría reencarnar a sus tres elementos en unos niños prodigio. Todo queda en familia Por supuesto que saben eso, mucho más cuando tiene el apoyo de un Alpha sanguinario y su Beta que ama la sangre, Una princesa c...