Cap IX

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Narra Carlos

Llegamos al departamento de mi pequeña con nuestro bebé en brazos. Y no podemos más con la felicidad de saber que nuestro hijo está por fin con nosotros.

Entramos a la pequeña habitación de nuestro bebé. Y ella me mira con una sonrisa burlesca.

-De verdad me sorprendí cuando vi la cuna armada.

Me río- ¿Te asusté mucho?

-Un poco.. Tan solo en la tarde habíamos tratado de armarlo pero no pudimos.

-¿Tú y quién?-le digo algo serio recordando al tipo que ha estado frecuentándola. Quiero preguntarle quién es ese sujeto pero me muerdo la lengua.

-¿Por qué ese tono?- achica sus ojos para luego colocar a nuestro hijo en su cuna. La ayudo a acomodarlo ya que está dormidito.

-Mia.. sé que un tipo ha estado viniendo a verte. Es más, te ha llevado y traído del trabajo....Muchas veces!-resaltó esto último.

-Así que eras tú el que me seguía.-dice y yo no digo nada porque no he sido el único que la ha estado siguiendo-.¿Cuánto tiempo vienes observándome?- dice seria.

-Poco más de un mes..

Me mira un poco ofendida..-¿Y por qué diablos no me hablaste? Tú no sab...

-Mía!- vemos que su amiga aparece por la puerta un poco asustada.- Por fin te encuentro..¿Dónde te metist..-se detiene abruptamente cuando me ve.-¿Tú?- nos observa a los dos tratando de decifrar lo que está pasando.

-Lo siento Cata.. eh..Nosotros..-trata de explicarle mi presencia cuando un llanto hace que su amiga abra los ojos como platos.

Mia y yo nos acercamos rápidamente a la cuna y ella lo carga para empezar a calmarlo mientras yo le sobo su espaldita para tratar de sacarle los famosos chanchitos.

-¿Qué diabl...?....Ok ok ok...definitivamente me volví loca..-a lo que Mia se ríe.- Osea, me desaparesco una noche...una maldita noche y ya está aquí. No solo él-me señala- sino también mi sobrinito.-Se acerca con un rostro lleno de ternura para acariciar a mi bebé que ya ha empezado a calmarse al estar en los brazos de su madre.-Malvado, ¿por qué no esperaste por tu tía?

-Sí, fue toda una sorpresa..-dice Mía. Y es cuando me acuerdo que Franco también debe estar en la misma situación. Claro, si es que ha llegado al departamento.

Saco mi celular y veo que lo había dejado apagado. Maldición. Lo prendo y tengo 10 llamadas perdidas.

Me disculpo y salgo de la habitación para calmar al pobre hombre.

-Carlos! Maldita sea! ¿Dónde estás?- solo cierro mis ojos mientras suelto carcajadas imaginándolo caminando de un lado a otro.- No me digas que hiciste...lo que creo que hiciste..

-¿Y eso sería...

Suspira- Sí, lo hiciste..Bueno, ya no hay de otra ¿Cómo te fue?

-Ehh- no sé cómo decirle que tanto fue el asombro de mi pequeña que el parto de adelantó y ahora tenemos a nuestro pequeño dormidito en su cuna.- Bien..Creo.

-¿Ok? ...Bueno, en realidad quería decirte que el detective se comunicó conmigo anoche. Como tú no contestabas pues me llamó a mí.

A donde Dios nos mandeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora