Cap XVI

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Narra Mia

Sonrío al acariciar el rostro de mi bello hombre que sigue dormido a mi lado. Toco esos labios que me encantan. Su respiración es tan tranquila, se le ve tan bello con esa serenidad, aunque salvaje también me gusta mucho. Sigo viéndolo toda embobada.
Y como no estarlo. Él y mi hijo me han dado toda la felicidad que jamás creí poder tener. Ellos son mi mundo entero.

Veo que empieza a despertarse poco a poco y me giro dándole la espalda sonriendo.

Escucho como se estira para luego pegar su torso a mi espalda abrazándome por la cintura y poniendo su rostro en mi cuello.

-Buenos días amor de mi vida- dice derritiéndome por completo.

-Buenos días para ti también mi amor.

-¿Sabes lo mucho que te amo?- siento su mano acercándose a mi intimidad.

-Me hago una idea- Sonrío empezando a sentir sus dedos abriendo mis labios vaginales. - me encantas.. Amor..

-Y tú a mí.. Te amo, siempre lo voy a hacer, pase lo que pase.

En eso escuchamos el llanto de nuestro pequeño y resoplo algo frustrada lo que hace reír a mi hombre.

Me levanto en búsqueda de mi bebé y me sorprendo al encontrar su cuna completamente vacía.

-¿Mi amor? - volteo bruscamente para ahora ver la cama vacía- ¿Carlos?

¡Qué diablos!

Empiezo a agitarme. ¿Dónde están?

-¡Carlos!

Despierto bruscamente dándome cuenta que todo fue una pesadilla y me tranquilizo. Pero no pasa mucho para darme cuenta de algo. 

No estoy en mi habitación.

Mi cabeza duele. Como si me hubieran dado un golpe.

Me siento en la cama en la que me encuentro sintiendo mucha confusión pero luego me acuerdo de todo lo que pasó antes de desmayarme. 

Luz..

Luz estaba frente a mí. 

No fue un sueño. Ella estuvo en nuestro departamento.

Luego de quedarme viéndola me desmayé.

Entonces entro en un pánico horrible.. 

Recuerdo... mi pequeño..

Mi hijo.. Carlitos..

Él estaba en mis brazos.. No por favor..

¡¿Dónde está?!

¡Mi bebé!

Paso la mirada por toda la habitación desesperadamente buscando a mi pequeño. Deseando con todas mis fuerzas que esté aquí, que esté bien.

Me levanto rápidamente pero solo logro marearme haciendo que me siente otra vez. Agarro mi cabeza ante el dolor que siento.

Escucho ruidos provenientes del otro lado de la puerta. Escucho llaves para ver cómo se abre poco a poco. Y entra quien ya sé que está detrás de todo esto: Quien siempre resultó ser mi madre biológica... Luz.

La mujer a la que traicioné. Me metí con su esposo y no me importaron sus sentimientos.

La culpa vuelve a mí pero hacer esto lo siento exagerado. Mucho.

Sólo nos quedamos viendo fijamente. No sé cómo describir su mirada. Nunca antes la había visto de ese modo. Es una mirada oscura, de odio. Aunque quisiera negarlo ante mí misma, no puedo, tengo miedo. No miedo por mí, sino por mi pequeño. ¿Dónde está mi bebé?

A donde Dios nos mandeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora