Un Mal Viaje

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Aviso: contenido adulto; drogas; música fuerte (escuchar con auriculares y volumen medio bajo).

El cuarto estaba a oscuras y el televisor encendido. Sintonizaba un canal de música.

Se puso a acariciar la tela aterciopelada color gris del sofá en el que estaba sentado.

Se sentía tan extraño, tan genial... era como acariciar a un animal salvaje.

Excitante.

Pasaba los dedos por el respaldo, sintiendo un cosquilleo por el roce.

Lleva un dedo a su boca.

Continúa pasando la palma por el asiento hasta llegar a la curva que le daba el fin. Volvía a repetir ese movimiento, cada vez con más fuerza.

El corazón latía fuerte, se sentía algo sofocado.

Se quitó despacio la corbata, desabrochó uno, dos, tres botones de su camisa y volvió a acariciar la tela, esta vez con mas fuerza.
Eso hizo que se mordiera fuerte los labios.

Quería arrancarla, quería rasguñarla.

Se quitó el saco.

Lentamente se acostó en el sofá, aquel movimiento hizo que se sintiera como si estuviese en una montaña rusa en plena bajada.

Una vez que reacomodó su mente, subió sus piernas.

Sintió la textura de la tela con los pies descalzos.

Apoyó su mejilla y la frotó suavemente contra el almohadón del sofá.

Volvió la calma...

Se posicionó boca arriba y acariciaba su pecho, sentía su sangre correr con intensidad. Tragó saliva.

Calor...

Desabrochó un cuarto botón.

Volvió a frotar la palma contra el respaldo, pasando al mismo tiempo la otra mano por su nuca y su cuello.

Sintió un poco de sudor en su pecho y un fuego en sus mejillas.

Desabrochó los botones faltantes.

La mano que acariciaba el respaldo ahora la pasaba por todo su abdomen, sintiendo aun ese cosquilleo que el terciopelo le brindaba.

Su espalda se arqueó inconscientemente.

El cinturón le molestaba, así que, lentamente, lo quita y desabrocha el botón de su pantalón.

Respiración lenta y profunda... jadeo suave pero incómodo.

Siguió con los movimientos lujuriosos. Subía y bajaba su espalda, frotaba con intensidad los pies. Sus manos estaban fuera de control, alternando caricias entre la tela del sofá y su propio cuerpo, algo tan estimulante que ni lo notó, en alguna caricia, su mano rozó la entrepierna, al hacerlo sus ojos se cerraron con fuerza, mas una mueca confusa por la sensación intensa que eso le había provocado.

Pero le había gustado, y mucho... se relamió los labios.

Frotó la palma de su mano en la tela del sofá una vez mas y metió lentamente la mano dentro de su pantalón, sobre su ropa interior.

Sentir todo eso duro le provocó un gemido no intencionado. Siguió acariciando su masculinidad aún por sobre el bóxer.

Su pecho subía y bajaba, las respiraciones eran entrecortadas.

Feliz Año Nuevo • BSD • TerminadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora