¿Qué pasó ayer? (Parte 1)

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Eran las 11am del nuevo año en la ciudad de Yokohama.

Chuuya se despertó a esa hora.

El dolor de cabeza solo le permitió abrir apenas los ojos para ubicarse en tiempo y espacio.
Miró a su alrededor divisando el desastre que había allí.

Vino derramado en la alfombra, una copa rota, polvos y pastillas de mil colores en las mesas, juguetes sexuales, condones usados tirados por varias partes del suelo, ropas y demás cosas.

Sin embargo, no recordó haber usado tantos condones, o por lo menos no de ese tipo tan especial como eran esos de colores que brillan en la oscuridad. Y esas ropas femeninas claramente no eran suyas.

-¿Qué rayos pasó ayer?- se preguntó para sí mismo mientras masajeaba sus sienes.

Siguió observando el panorama. Él se encontraba en el sofá en prendas menores. Algo incómodo teniendo la oportunidad de despertar en una cama con las mejores sábanas de seda dignas de un rey.

Sin embargo no fue eso lo que más le sorprendió.

Dentro de la habitación de Nakahara, no sólo no estaba su compañero con el que, según vagamente recordaba, habían tenido un buen momento. Sino que también se encontró con algo muy inesperado.

Sobre aquella cama se podía ver un bulto bajo las mantas que no parecía ser de una sola persona... o dos.

Cuando se acercó a fijarse, eran Gin, Tachihara y Higuchi quienes ocupaban su cama. Los tres sin sus ropas y profundamente dormidos.

¿Por qué estaban esos tres en su cama? ¿Por qué él terminó en el sofá y casi sin ropas? ¿Por qué Dazai no estaba allí? Eran las preguntas que se formulaban en la cabeza del pelirrojo.

¿Qué pasó ayer?

......

[4 am.]

Luego del cruce de palabras y la promesa de Dazai hacia Kouyou, el castaño fue por un trago.

Desde la barra y con un whisky en mano, recordó las duras palabras de Ozaki

"El sufrió tanto contigo como sin ti"

No podía sacarse eso de la cabeza mientras observaba bailar a su ex-compañero.

Se lo veía muy feliz junto a los lagartijas negras y demás miembros de la mafia, quienes lo respetaban, protegían y contenían.

Esas personas lo trataban como realmente se merecía. Le daban el valor digno de una persona como era Chuuya Nakahara, el mejor y más importante ejecutivo de la Port Mafia en ese momento, usuario de la gravedad y portador del Dios Arahabaki.

No como él que, aunque eran el mejor equipo y hubo algo fuerte entre ellos desde que se conocieron, Dazai solo lograba lastimarlo.

Disfrutaba verlo sufrir. O al menos eso quería aparentar.

En todos los planes de Osamu, Chuuya siempre salía gravemente herido y afectado por el desdén o la apatía de su persona. Y siempre terminaba contemplándolo, o lo hacía ver, como algo "divertido".

Jugueteando con el hielo de su vaso, recordó a su amigo fallecido.

Que bien que le iría un consejo de él en este momento.

Su mente no estaba del todo en eje, así que comenzó a hablar solo, mirando su bebida.

-Odasaku... nunca tuvimos la oportunidad de hablar sobre el amor... Quizás por mi miedo a que me veas como una persona débil ante sus sentimientos. Pero ahora que lo pienso, debiste haberme dicho que yo era incapaz de amar a alguien. Que nunca debía si quiera intentarlo...
Lo estoy lastimando, Odasaku. Pensé que con él sería distinto a todas las mujeres que ilusioné y luego hice llorar. Pero sigo siendo igual... y eso es frustrante - toma un sorbo largo y suspira.

Feliz Año Nuevo • BSD • TerminadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora