Capítulo 8

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Jimena sonríe mientras va pasando las fotos que han ido recibiendo. Los mellizos buceando en un lago de agua cristalina, Juan David lanzándose al agua desde una tirolina, Norma sonriendo a la cámara sentada en una roca con un hermoso paisaje de fondo.

- ¿Jimena?- Óscar entra a la habitación del hotel, tuvo que atender a unas personas a última hora.

- Estoy aquí.- responde ella desde el jacuzzi.- Has tardado mucho, ¿ha ido todo bien?

- Bueno...-Óscar comienza a quitarse la ropa para unirse a su mujer, ella apoya su cuerpo en el de él.- Tenemos un compromiso con el que no contábamos pero que nos va a beneficiar, tranquila, no trastocará nuestros planes, te lo prometo.

Este se fija en el móvil, una foto en la que aparecen Franco, Sara, Gaby y Andrés con el océano de fondo, por un segundo, se imagina a su esposa y a algún hijo.

- ¿Son las fotos de sus vacaciones?

- No hemos tenido tiempo ni de contestar, aunque creo que ni se han dado cuenta, mira los felices que se les ve.- Óscar coge el móvil y lo deja lejos del agua.

- Yo también soy feliz, jamás me arrepentiré de haberte escogido como mi compañera, mi mejor amiga, mi morenita.- Jimena gira un poco su cara para besarlo, sabe que Óscar habla en serio al igual que es consciente de que con un bebé en sus vidas sería todavía más feliz.

- Veo que has vuelto animado, ¿puedo saber el motivo?- él finge ofenderse y enseguida rodea a su mujer con los brazos.- ¿Tiene que existir una razón?- inquiere él.- Simplemente estoy locamente enamorado.

- Yo también te amo, Óscar Reyes.

Ambos recuerdan aquella traumática experiencia, cuando Jimena lo descubrió todo y golpeó a Óscar para salir de allí.

- Espero no recibir otro golpe de esos, tienes fuerza, mi ratoncita.- ella vuelve a besarlo esta vez con más intensidad.

- Espero que no exista una razón para hacerlo, porque sabes que seré capaz.- ambos dejan de hablar para dar paso a los besos, a las caricias.

- ambos dejan de hablar para dar paso a los besos, a las caricias

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Horas más tarde...

Óscar duerme profundamente, su rostro es sereno y tranquilo. Jimena le besa en la mejilla antes de salir al balcón con el móvil en la mano. Según ha calculado, en San Marcos será más o menos el mediodía.

- ¡Hermanita, qué gusto que me llames!- Sarita ha tenido que utilizar los auriculares ya que tiene las manos ocupadas dándole de comer a Gaby.

- ¿Te pillo ocupada? Escucho mucho estruendo de fondo.

- Tranquila, es tu sobrina, que no hace más que tirar la comida, dime, ¿cómo vais por allí?

Hacia la eternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora