Parte 11

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-Pierre: Venía a verte y como no me respondías a los mensajes decidí venir

-Mara: Pierre no me apetece hablar

-Pierre: Si estás enfadada conmigo por no llevarte a casa lo siento pero creí que era mejor que te llevara tu hermano

-Mara: Pierre enserio no quiero hablar ni salir, no insistas

-Pierre: Bien me iré... si necesitas algo simplemente llámame o escríbeme...

-Mara: Adiós Pierre...

Cerré la puerta y volví a mis diseños. Me sentía mal por Pierre y encima no sabía que había estado durmiendo en casa de Charles. No quiero que las cosas empeoren entre el y yo ni entre Charles y yo.

Me metí en mis diseños y no me había dado cuenta de que volvieron a pasar dos horas más y ya era muy tarde ni si quiera había bajado a cenar cuando todos estaban cenando pero es que no me apetecía. Eran las once de la noche y estaba en mi cuarto sola. Nat había salido con Gabriela y Josh y Enzo estaban jugando a la consola. Mamá había entrado más de una vez a mi cuarto para ver si seguía viva o los diseños me habían pasado factura. Recibí una llamada de Max...

-Max: ¿Mara?

-Mara: ¿Max?

-Max: Oh, bien creía que había apuntado mal tu número y no sabía si a lo mejor me iba a coger el teléfono un mafioso o tu.

-Mara: Que imaginación tienes Max ¿Qué quieres?

-Max: Me ha dicho un pajarito que hoy no has salido de tu cuarto y aquí hay una fiesta que está bastante bien y con muchos martinis

-Mara: No me hables de martinis Max, no voy a probar ni uno más hasta dentro de un tiempo.

-Max: Bueno pues vístete que voy a por ti

-Mara: No Max, ya es muy tarde estoy cansada

-Max: Vale, estoy entrando en el coche y te recojo

-Mara: ¡MAAAX, NOOO!- apenas me dio tiempo a decir algo más cuando me colgó

Al final me tocaría arreglarme para ir a esa dichosa fiesta. Ya que iba me arreglaba bien. Me puse un vestido negro corto apretado con brillo, con solo la manga derecha y con un poco de transparencia. La verdad me veía muy bien. Max llegó a casa al poco de terminar arreglarme.

-Max: Wow, que guapa vas. ¿A quién quieres conquistar?

-Mara: A nadie jajaja

-Max: Yo creo que es a ese chico de ojos verdes que es de aquí de Mónaco

-Mara: ¿Él está en la fiesta?

-Max: Claro, estamos Lando, Charles, Carlos y yo

-Mara: ¿Y las chicas?

-Max: Bueno si, está Isa

Llegamos a la fiesta. Era en un club de Mónaco cerca del muelle. Estaba bastante bien, había mucho ambiente. Llegamos a la mesa donde estaban todos menos Carlos y Isa que estaban bailando. Se veían muy monos bailando juntos.

-Lando: Mara, que gusto verte otra vez

-Mara: Para mi también es un gusto volver a veros y sin estar borracha mejor

-Charles: Esta noche estaremos pendientes de ti.- me dijo guiñandome el ojo

-Mara: Si, creo que estará bien tener algo de supervisión esta noche

-Max: Bueno, a no ser que quieras terminar la noche como la anterior.- dijo mirando a Charles con una sonrisa pícara.

Pedimos unos cócteles para todos. Aquí hacían una bebidas muy buenas y me daban ganas de pedirme uno detrás de otro pero no me dejaron. Si que me estaban controlando.

Eran las una de la madrugada y le pedí a Max que me llevara a casa porque estaba muy cansada. Cuando fuimos a levantarnos, Charles se levantó y le dijo a Max que ya me llevaba él. No dije nada, ni me opuse, porque la verdad prefería que me llevara Charles pero no se lo pedí a él primero porque no sabía como estaba nuestra relación después de lo de esta mañana.

-Charles: ¿Te importa si te llevo antes a otro sitio?

-Mara: No, claro que no

Charles me llevó a un mirador precioso que había en Mónaco. Se veía toda la ciudad iluminada, los yates que estaban de fiesta, las luces de los coches moverse por las calles de Mónaco...

-Charles: Este es mi lugar favorito de Mónaco

-Mara: Y entiendo por qué, tiene unas vistas maravillosas

-Charles: Viene el día que murió mi padre a desahogarme

-Mara: siento mucho aquello

-Charles: No pasa nada, después de unos años te acostumbras a que ya no esté aunque duela

-Mara: Yo en Milán también tengo mi lugar seguro. En casa tenemos una azotea con un sofá en el que mi padre y yo pasábamos días enteros sentados hablando de todo. Desde que él murió cada vez que quiero estar cerca de él subo a la azotea y me siento simplemente a ver el cielo o a diseñar y sentir que me ayuda

-Charles: Eso es muy bonito

-Mara: Creo que los dos nos entendemos bastante bien

-Charles: Mara...no quiero que haya mal rollo entre nosotros dos y si eso implica tener que aceptar que prefieres a Pierre o a cualquier otro antes que a mi, está bien lo aceptaré

-Mara: Charles.- le cogí la mano y le miré a sus ojos verdes que brillaban por la luz de la luna llena.- te prefiero a ti

-Charles: Mara...- se acercó a mí y me dio un beso muy dulce en los labios.

Me puse muy roja en ese momento por lo que cuando Charles separó sus labios de los míos y vio lo roja que estaba, no pudo evitar la risa. Yo me estaba muriendo de la vergüenza y el simplemente se reía de mi cara roja como un tomate

-Charles: lo siento pero no puedo evitar reírme cuando te pones roja, te ves muy mona así

-Mara: A mi no me hace gracia Charles.

-Charles: Lo siento jajaja.- dijo mientras se volvía a acercar a mi para darme otro beso en los labios

Nos quedamos un poco más en el mirador hasta que me empecé a notar que ya estaba demasiado cansada. No quería irme de allí, estábamos muy agusto los dos. El me envolvía con sus brazos mientras mirábamos la luna y las estrellas y hablábamos de todo lo que se nos venía por la cabeza. Pero era hora de volver a casa, era demasiado tarde.

Charles me dejó en casa y para despedirse ya no me daba un beso en la mejilla ahora me lo daba en los labios y por supuesto eso me gustaba mucho más. Le dije adiós con la mano desde la puerta de casa. Cerré la puerta y me apoyé en ella con la espalda dejando que de mi saliera una sonrisa que no mostraba desde la muerte de mi padre y era una sonrisa de pura felicidad. Subí a al cuarto y Nat estaba muy dormida así que evité hacer ruido. Me cambié y me tumbé en la cama. Me tiré toda la noche pensando en el monegasco de ojos verdes que me acaban de besar esa misma noche...

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