𝙲𝙰𝙿Í𝚃𝚄𝙻𝙾 𝟶𝟷.

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—Tengo algunas buenas noticias para ti, Minjeong

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—Tengo algunas buenas noticias para ti, Minjeong. – la doctora Hwang YeJi sonrió radiante, aparentemente entusiasta por una razón desconocida para mí.

Era inusual de su parte llamarme a las seis y media de la mañana cuando todo lo que necesitaba era una dosis de cafeína y nada que ver con la mierda que había planeado decirme.

Estaba un poco indecisa de hacer mi pregunta. — ¿Cuál es la buena noticia, doctora?

Las buenas noticias de YeJi apenas se consideraban buenas estos días.

El otro día, la enfermera Nayeon iba a recibir buenas noticias y, a continuación, la enviaron al ala de los niños y ahora apenas dormía. La última vez que la vi, Nayeon era una enfermera robot en el modo automático.

Me estremecí.

Los ojos de la joven doctora se arrugaron y ya odiaba las siguientes palabras que salían de su boca. — El doctor Lee, como ya sabrá, todavía está en Malasia para el seminario, pero él y yo hablamos está mañana y me pidió que les pasara esta noticia, ya que él no estará aquí por una semana más.

—Por favor, no. Me asignó al ala de niños.

Se rió y agitó su mano como si hubiera dicho la mejor broma del mundo. — Por supuesto que no, Winter. Eres una de las enfermeras más trabajadoras que tenemos, así que mantuvimos el mejor espacio para ti. El doctor Lee te está dando un ascenso. Serás transferida al ala C: la de los mentalmente insanos.

—¿Y? – presioné.

—Obtendrás un bono extra cada mes, horas extras bien pagadas y además todas tus asignaciones estarán cubiertas. – dijo, todavía trabajando en esa sonrisa de plástico.

Esto era demasiado bueno para ser verdad.

Los milagros nunca ocurrían en mi caso.

Empujo un plato de galletas de chocolate hacia mí.

—Mi madre hace las mejores galletas. Toma.

Bueno, así de malo era.

Prácticamente tuvo que recurrir a sobornar me con deliciosas galletas.

Cuando traté de elegir una tercera, ella quitó el plato y lo colocó debajo de su mesa.

Esa sonrisa estaba desapareciendo. — Te asignarán a una sola paciente. Tendrás que hacer lo de siempre, darle el desayuno, el almuerzo y la cena. Hacer sus chequeos de rutina, asegurarse de que tome sus medicinas a tiempo y ayudar al médico a cargo.

—¿Ella? – pregunté. — ¿Cuántos años tiene?

YeJi inspeccionó un archivo de manila azul, hojeó unas pocas páginas.  — Karina tendrá veintisiete el mes que viene.

—Corrígeme si me equivoco, quieres que cambie pañales todas las mañanas de una mujer loca de veintisiete años. No es de extrañar que obtenga ese ascenso.

𝙼𝙴𝙽𝚃𝙰𝙻 𝙰𝚂𝚈𝙻𝚄𝙼 - [𝚆𝙸𝙽𝚁𝙸𝙽𝙰]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora