𝙲𝙰𝙿Í𝚃𝚄𝙻𝙾 𝟷𝟸.

767 115 34
                                    

No pude detener los sollozos que rastrillaban mi pecho

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No pude detener los sollozos que rastrillaban mi pecho.

¿Por qué tuvo que pasarme a mí?

La peor sensación era cómo YeJi me había mirado con tanto disgusto. Ella era mi superior, pero más que eso, había sido mi amiga. La única mujer a la que admiraba y eso me mató por lo que literalmente me había expulsado de su oficina.

La mirada acusadora que me había pasado.

Confiaba en mí, pero definitivamente había una sombra de duda en la que se preguntaba si podría traicionar su confianza.

Saqué los pañuelos de papel y me limpié la nariz furiosamente, todavía llorando.

Si viera a Karina frente a mí ahora mismo, la mataría con mis propias manos.

Escuché un sonido a unos cuantos cubículos del mío.

Cuando entré en el baño, no había prestado suficiente atención para notar si alguien estaba usando los otros baños porque pensé que era obvio que nadie lo haría.

A propósito, entre en el baño de damas que pertenecía al ala vieja, que estaba situada cerca del ala nueva pero separada del resto por un pasillo y una escalera que bajaba. Había un ala entera que actualmente estaba abandonada por el hospital y, en su mayoría, solo la usaba el personal a veces.

Nadie venía aquí.

Así que cua do escuché otro sonido, pensé que mi mente solo estaba jugando conmigo.

Si realmente había alguien allí aparte de mi, entonces me habían oído llorar. Y si me hubieran escuchado llorar, tendría que inventar una excusa para explicar por qué lloraba.

Con cautela, abrí la puerta y noté que no había nadie en el baño.

Fui y me paré junto al fregadero. Abrí el grifo y salpique un poco de agua sobre mi cara.

Cuando terminé, salí de los baños.

El largo pasillo se extendía ante mí.

Oscuro, y desierto.

Cuando lo atravesé antes de aislarme en el cubículo, no había pensado mucho en eso porque estaba herida y mi mente estaba preocupada.

Ahora que mi cabeza estaba en un estado claro, el camino a través del pasadizo me asustó. Las luces de arriba se apagaron, y sabía que eso no significaba nada, pero comencé a imaginar todas las escenas de películas.

Caminé dos pasos y salí corriendo.

Cuando doblé una esquina, tropecé con algo y caí al suelo.

Era la enfermera Wendy.

Su cuerpo tirado en el suelo en un ángulo retorcido, sus ojos estaban vacíos, mirando hacia arriba.

Ella no estaba viva.

𝙼𝙴𝙽𝚃𝙰𝙻 𝙰𝚂𝚈𝙻𝚄𝙼 - [𝚆𝙸𝙽𝚁𝙸𝙽𝙰]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora