𝙲𝙰𝙿Í𝚃𝚄𝙻𝙾 𝟷𝟾.

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—¿Señoras Kwon? – le pregunté a Karina en tono burlón

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—¿Señoras Kwon? – le pregunté a Karina en tono burlón.

—Eso es lo que me vino a la mente en ese momento. – dijo mientras colocaba mi bolso y el suyo en el piso alfombrado. — Además, pensé que señoras Yoo habría sido demasiado obvio en caso de que el tipo hubiera visto las noticias.

Abrí la puerta del baño y me sorprendió encontrarla limpia a pesar del hecho de que el motel parecía sacado de película de terror.

Comencé a sentarme en la cama.

—¡Espera! – Karina me interrumpió antes de que me sentara. Quitó la sábana y comprobó el colchón, después de haberlo inspeccionado a fondo, me dedico una sonrisa lenta. — Insectos. Nunca se sabe qué tipo de criaturas se escondes en lugares como estos.

Resoplé.

Tenía razón.

Y la realidad me golpeó.

Sólo había una cama tamaño Queen en la habitación.

De repente, comencé a sentirme nerviosa por dormir en un sola cama.

Mi corazón latía demasiado rápido en mi pecho, como estar de vuelta en la escuela secundaria y el profesor me pidiera que me sentara al lado del chico que me gustaba.

Karina me miró con suspicacia y como si me leyera la mente, dijo. — Tomaré el sofá. Puedes dormir en la cama.

—¡No! Puedes dormir en la cama conmigo. – lo dije tan rápido que pudo parecer un poco, demasiado, desesperada.

La mirada de Karina en mí era inquebrantable. — Te prometí que nos alejaríamos y dormir en la misma cama no parece una gran idea.

Respiré y sacudí la cabeza. — Te quedan muchas horas de conducir, así que necesitas mucho descanso antes de volver a estar detrás del volante. Podemos arreglarnos una noche. Duermes de tu lado y yo dormiré en el mío.

Sus expresiones serias se convirtieron en una sonrisa burlona. — ¿Estás segura, enfermera Minjeong? Porque no soy una dama. Así que no puedo garantizar que me quedé en mi lado de la cama. ¿Te arriesgarías?

Era como preguntarme si quería sentarme en la montaña rusa más peligrosa y más aterradora del parque de diversiones.

No sabía qué me había poseído cuando dije. — Sí.

—Si aceptar dormir en la misma cama que yo, Winnie, entonces tendré que pasar por alto esa regla de alejarme de ti.

Asentí. — Está bien.

Se quitó la película y los lentes de contacto. — Muy bien, entonces... – señaló la ducha. — ¿Te importa si me doy una ducha primero?

—De ningún modo. – respondí.

Escuché el sonido de la ducha cuando me acomodé en la cama. Se escuchaba el ruido de la fuerte lluvia que parecía que no cesaría hasta la mañana.

Al principio me había visto reacia a quedarme con Karina, pero ahora, a medida que pasaban los días conociéndola, poco a poco me iba adentrando en la comodidad de su vida.

𝙼𝙴𝙽𝚃𝙰𝙻 𝙰𝚂𝚈𝙻𝚄𝙼 - [𝚆𝙸𝙽𝚁𝙸𝙽𝙰]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora