Thiago había conocido a muchas mujeres en su vida; sin embargo, ninguna tan avasallante como la abogada Irina Vargas, una mexicana que había llegado a EE. UU siendo una adolescente y se había graduado con honores de la escuela de leyes. Audaz, pero, sobre todo, dispuesta a defender causas perdidas con uñas y dientes.
«La leona».
Ese era el sobrenombre que tenía la mujer, por el cual era conocida por sus colegas. Thiago la recibió en las oficinas temprano ese viernes. Vestida con un traje blanco de Dior que resaltaba su impecable figura.
—No pensé que vendrías tan pronto—. El hombre se puso de pie y le dio un abrazo.
—¿Qué tal Alaska?
—Muy caliente—dijo la mujer y Thiago se carcajeó.
—¿Por qué sospecho que no estamos hablando del clima?
—Tus sospechas son correctas—replicó dejando el maletín en una de las sillas y tomando asiento en la otra—. Ha sido un gran esfuerzo dejar esa temperatura.
—Ah, como amo esa sensación—El detective le dio una sonrisa maliciosa —. No poder despegarte de las sábanas.
—Me gusta saber qué tú también has estado contento con la temperatura aquí en Nueva York—. Thiago se encogió de hombros.
—Nome.
—Sí.
—¿Te abdujeron los extraterrestres?
—¿Sabes? Creo que he conocido a alguien de otro mundo, pero mientras más lo miro, me doy cuenta de que es humano. Un ser humano maravilloso.
Irina dio un suspiro y se arregló el cabello. No iba a decir una palabra más, tampoco iba a continuar recordando, de lo contrario, tomaría el avión de regreso.
—¿Qué sucede Thiago? —indagó poniéndose seria, dejando de lado las bromas—. Te escuché desesperado.
—Lo estoy—replicó —. Daniel McNamara es un pobre muchacho que apenas puede ir al baño solo; es imposible que haya asesinado.
—Necesito hablar con mi cliente.
—Está en el hospital.
—¿Disculpa?
—Unos bastardos ingresaron al departamento en donde vive e intentaron matarlo.
—Dios—Irina cerró los ojos y negó —¿Cómo lograron escapar?
—Afortunadamente, un policía estaba en la zona; así que, intervino rápido. De todos modos, lo hirieron.
—¿Qué ha dicho el fiscal?
—Ya te dije, asesinado.
—¿Y el abogado anterior? ¿También muerto?
—Sip—. Irina se cruzó de brazos, intentando ordenar las piezas mentalmente.
—¿El juez?
—Nada todavía. El juicio comienza la semana próxima.
—¿Tan pronto?
—Según ellos, no hay mucho que debatir.
—¿Qué pruebas tenemos?
Thiago dio un suspiro y abrió su laptop colocando el pendrive con el vídeo. Irina lo observó detenidamente.
—¿Qué carajo es esto? ¿En serio lo están tomando como prueba incriminatoria?
—Es como te dije—explicó —. Están demasiado apresurados y no les importa dejar cabos sueltos.
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Entre muertos T.JdP Libro 2 (Gay+18)
Romance4 asesinatos, una historia de un gran amor de juventud que nunca pudo concretarse, un travesti hermoso y un detective que ha comenzado a soñar con él a cada segundo desde que se reencontraron después de 15 años, son los ingredientes de esta historia...