55. El juicio

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Jean permaneció con Remus en la sala hasta que sintió la moneda de misión calentarse

Se separó de su amado metiendo la mano en su bolsillo

—¿Todo va bien?.- preguntó mirándola

—Si, eh... Yo debo irme...- ella negó levemente con la cabeza

—Jean... Aún estas un poco intoxicada con el alcohol.- él intentó razonar con ella

—Nada que no pueda solucionar de camino, gracias cariño, ya debo irme.- ella lo tomó de las mejillas plantando un beso dulce en los labios con sabor a hidromiel

Sin más, volteó recogiendo rápidamente sus cosas para salir de allí

Comenzó a correr por los pasillos, moviendo su varita para cambiar sus ropas por unas más de misión, una vez estuvo en el enorme jardín

El búho negro de ojos rojos voló a su lado y ella lo miró intrigada

Una vez estuvo en la entrada, el búho se puso delante de ella, privandola de llegar hasta su cuartel

—¿Pero qué...?.-

El búho se destransformó con algunos destellos rojos

Fue adoptando la imagen de muchacho de unos quince años, tez blanca, cabello negro como la noche con unas cuantas ondas y ojos rojos como rubí

Ella lo apuntó de inmediato con la varita reconociendo aquel rostro infame

—Riddle...- murmuró con desprecio y los ojos muy abiertos

El muchacho simplemente la miró con aburrimiento y se quitó una pelusa imaginaria con elegancia, de su túnica negra impoluta

—Usted me confunde, mi nombre es Arquimedes, y soy el guardián de todos los templos.- se presentó con elegancia y propiedad

—Seh claro, y yo soy un colacuerno húngaro con un listón rosado en la cabeza... ¿Qué quieres de mi, Riddle?.- Jean masculló con sarcasmo y desconfianza sin dejar de apuntarlo

Los ojos de mirada dura del muchacho la observaron sin animosidad al respecto

—De usted, no requiero de nada más que un poco de su tiempo señorita Hermione Granger.-

—¿Por qué sabes mi nombre...?.- preguntó ella, dando un paso al costado con cautela

Él muchacho alzó una mano y chasqueó sus dedos

—Hay muchas cosas que no puedo explicárselas en este momento, pero quizá pueda encontrar respuestas si me acompaña.- El azabache replicó

La cadena tatuada alrededor de su dedo, se volvía más y más carmesí

Y una especie de magia en forma de destellos plateados comenzó a rodearla

Ella intentó librarse pero era como si su magia se fusionara con aquellos destellos

—No tema, no quiero dañarla...- el muchacho le dijo con tranquilidad

—¿Quién dice que yo no lo dañaré a usted?.- respondió ella peleando

—Vaya, estoy temblando de miedo.- el chico comentó irónico rodando los ojos

Ella gruñó

—Voy a meterte las plumas de búho por el trasero una vez que vuelva a abrir los ojos.- entrecerró los ojos

𝑳𝒂 𝑪𝒂𝒋𝒂 𝑴𝒖𝒔𝒊𝒄𝒂𝒍 (Remione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora