𝑳𝒂 𝑪𝒂𝒋𝒂 𝑴𝒖𝒔𝒊𝒄𝒂𝒍 (Remione)

4. Impredecible

Hermione sintió que el corazón se iba a salir de su pecho, en cuanto lo vio

Caminaba junto a su padre comprando las últimas cosas para sus clases

La pobre castaña sintió que se quedaba sin aire en cuanto lo vio dirigirse hacia la tienda de libros donde ella estaba

-¿No te abalanzaras a él?.- le susurró Ramesh con una sonrisa traviesa en los labios mientras la sujetaba de los hombros

Ella soltó el aire en un suspiro, y se obligó a sí misma a mantener la compostura

-Soy una mujer adulta, y el un chico de catorce años, ¿que clase de pervertida te piensas que soy?... además, primero debería presentarme con él, se supone que no me conoce.- Hermione volteó para ver a su hermano con desaprobación

Ramesh rió fuertemente

-Nunca sé con qué puedes llegar a salir, santa lámpara de Aladdin, eres genial.- Ramesh continuó riendo

Hermione hizo una mueca de disgusto y golpeó con los dedos, la frente de su "hermano"

-Cierra la boca.- susurró enojada

-Por cierto nuestro apellido es Barnes, te espero afuera, chaoo.- Ramesh se desapareció rápidamente, con una sonrisa de gato burlón

Hermione lo miró sin comprender, estaba a punto de seguirlo, cuando...

-Disculpa...-

ella se sobresaltó al escuchar una voz a su espalda

Se giró lentamente y se encontró con esos ojos avellana que amó con locura

Se encontró con su amado Remus, frente a frente

Él le sonreía un poco incómodo

Ella lo miró unos segundos con unos destellos en los ojos

Le daba igual que tuviera trece años, él era su amado esposo, no importaba como lo viera

Una sonrisa se fue dibujando en su rostro, era radiante y preciosa, de las que sólo se las dedicaba a él...

Remus se sonrojó un poco, y se rascó la nuca un poco nervioso

-Verás... Necesito el libro que está detrás de ti...- pidió con cortesía

Hermione sin apartar su vista asintió, tomó el libro y se lo entregó

-Gracias.- Remus le sonrió

Ella sentía su corazón acelerado, y los recuerdos de su Remus azotaron violentamente su mente

Él sonriendole, acariciandola, besándola... Haciéndole el amor...

Su olor, su rostro, sus marcas...

Nynphadora Tonks, no conocía ni la mínima parte de lo que Hermione sabía y había llegado a conocer de Remus...

De los innumerables secretos propios que su esposo guardaba celosamente de todos...

Sólo ella era su confidente en el mundo, así como lo era él para ella...

En diez años, no hubo un solo conflicto entre ellos, se amoldaban perfectamente, como dos piezas de puzzle

Creados para encajar...

Sin pensarlo, la mano de ella se movió por inercia y con una suave caricia de las yemas de sus dedos, fue delineando la marca de su rostro

Siempre amó esa marca, sabía que fue la transformación más dolorosa que tuvo una noche de luna llena a fines de su segundo año en Hogwarts