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Era lo peor que podía estarme pasando en ese entonces, ya que no tenía forma de hacer algo, era mi primer año en universidad y tendría que distanciarme de ella, no podía permitirme perder a Akaashi de esa forma, porque todos sabíamos que las autoridades nunca harían nada realmente.

Las cosas que las personas hacen normalmente tienen una motivación por detrás, no importaba qué. Eso me orilló a hacer algo por mi propia mano, aunque había empezado desde abajo, realmente desde nada había logrado algo, y eso me había motivado a más cada vez. Y aunque realmente fuera poco tenía fé.

Las personas hacen muchas cosas por amor, un amor ciego que siempre te hará mal...

Solo sabíamos que las personas que se lo habían llevado eran de una fuerte mafia que estaba ganando terrenos a base de violencia entre prefecturas que pertenecían a otras mafias.

Era todo un lío que debía entender.

Akaashi tenía 2 meses fuera de casa y yo no tenía tiempos que perder, necesitaba encontrarlo. Había empezado a moverme por los barrios bajos de las prefecturas que eran de otro cartel, y aunque al principio no funcionó, se corrió la voz a los más altos de que llevaba tiempo husmeando y así fue como empecé, con el tiempo me gané la confianza del jefe y comencé a trabajar como su mano derecha, era enemigo del cartel que yo estaba buscando también, y porque habían quedado bastante mal de personal con los últimos encuentros entre carteles, fue como logré entrar.

Y que aunque fuera mi primer paso estaba muy emocionado, extrañaba a Akaashi. Haría cualquier cosa para llevarlo a casa de regreso.

Había perdido muchas cosas, no solo a Akaashi, que siempre había sido una pieza fundamental en mi vida. Ya no había rastro de quién solía ser... pero tampoco de Akaashi. Llevaba incluso muertos entre las patas. Pero, ¿quién podría seguir como si nada después de perder algo así? Yo no, la policía nunca sabría lo mucho que sufría y nunca haría nada, por miedo, y porque las cosas se les habían salido de las manos, pero las cosas ya no eran iguales.

Seguiría subiendo hasta encontrar a Akaashi. No había lado bueno en ningún lado, ni por dónde lo vieras.

Akaashi, tú veías el lado bueno en las situaciones imposibles... ayúdame.

No me encontraba solo, pero así se sentía... hasta ahora tenía la ayuda de Kuroo, que desde un principio me había apoyado, y que trabajaba en el otro lado de la cuidad, como encargado en estrategias de un cartel amigo, este también tenía alianza con Ushijima, que, si tenía un cartel completo a cargo.

No entendía como él había terminado en esta situación, siempre hizo las cosas bien, así que no podía imaginar una situación que lo llevara a esto.

Aunque la cuidad estaba volviéndose cada día peor, teníamos el apoyo de Oikawa y Kageyama que, a diferencia de nosotros, trabajaban en las fuerzas especiales.
Y aunque me sentía cada día más perdido, de no ser por el amor que realmente le tenía a Akaashi me hubiera dado por vencido hacía mucho tiempo, quería volver a verlo para poder decirle al fin cuánto lo amaba, desde el primer día, y siendo él el único que supo cómo animarme en cada uno de los problemas.

Looking for AkaashiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora