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Hana estaba riendo por el chiste que acababa de hacer, probablemente muy malo, pero llevaba un tiempo riendo de cosas un poco absurdas.

Eran tal vez las 2 de la madrugada y él seguía aquí, habíamos comprado tres cajas de pizza para compartirles a Yash y Azumi mientras veían películas, aunque ya llevaban casi una hora dormidos, Yash había venido a despedirse mientras que Azumi se había quedado dormida antes de poder decir buenas noches. Kuroo y Kenma habían salido para visitar a los padres de Kuroo y estarían aquí en la mañana.
Hana se detuvo un momento, muy serio.

—¿Sabes? No había pasado un rato así desde hacía mucho.—pude notar una ligera tristeza en su forma de decirlo. La verdad era que yo tampoco, agradecía haberle hablado el día de hoy.—A veces esto es demasiado aburrido, es tanta violencia que no lo sé, espero algún día cambiar mi estilo de vida...

Él estaba recostado en el respaldo del sillón, me miró de reojo. Tenía una sonrisa traviesa. No habíamos bebido, pero se podía notar que el ambiente estaba menos tenso que al principio.

—Bueno, yo también tenía tiempo sin pasarla bien...—confesé.—También me gustaría cambiar el estilo de mi vida. Antes me gustaba el voleibol. Podría haber jugado en equipos nacionales. Siempre fui el mejor As.—le sonreí con suficiencia. Él soltó una risa incrédula.

—¿Voleibol?—preguntó confundido.—No tengo idea de cómo se juega eso.

Lo miré asombrado, ¿cómo era posible que alguien no conociera el mejor deporte del mundo? Solté una risa algo ruidosa, aunque la callé casi al instante, los niños ya estaban dormidos.

—Te enseñaré...

—¿Eh?

—Te voy a enseñar a jugar, la semana que viene. Saldré de la cuidad casi una semana mañana por la noche.—Me habían cambiado la fecha pero había conseguido la ayuda que Hana necesitaría para este fin de semana.

Él se mantuvo silencioso mirándome. Luego un bostezo grande apareció por su cara. La verdad era que yo también estaba demasiado cansado, quería dormir ya.

—Bien, pero nunca, nunca he practicado ningún deporte.—masculló, noté como su energía se había esfumado.

—Ven, te llevaré a casa.—me puse de pie y él se levantó también.—Te invitaría a dormir pero sería un poco grosero que tengas que dormir en el sillón conmigo.

Solté una risita al ver cómo él estaba mirando el piso, se veía mareado.

—...estás bien?—pregunté cuidadoso, parecía que se caería en cualquier momento.

—Ya habrá otra ocasión para quedarme a dormir, me muero de sueño.—él ignoró mi pregunta olímpicamente y comenzó a caminar a la entrada.

Estaba lloviendo. Espera, ¿Por qué estaría lloviendo? El clima a veces podía ser demasiado extraño.

—Iré por un paraguas, no te vayas a caer.—le dije, él asintió.

Fui a la cocina, había una puerta de las partes de abajo que guardaban ese tipo de cosas. Cuando regresé ví a Hana ver el teléfono con un gesto de lo que parecía ser preocupación.

—¿Todo bien?

—Mi hermano está algo enojado, pero ya fue.—respondió él, sus grandes ojos claros dejaban ver el cansancio.

—Bien.

Entramos en el carro, y le di mi teléfono para que tecleara su dirección. Él tardó un poco en regresarlo, vivía algo lejos de aquí.

Llegamos a la dirección, eran apartamentos, los había visto por internet, eran bastante grandes y normalmente las parejas recién casadas terminaba viviendo en lugares como estos. Eran cómodos.

Me giré un poco para ver a Hana, estaba dormido. Sonreí para mi mismo, era tan tranquilo disfrazado en algo completamente diferente...

Bajé al estacionamiento para poder subirlo por el elevador. Él venía como un muerto, tuve se sacudirlo un tanto para que me dijera el piso y el número del apartamento.

—Ya... yo puedo caminar Bokuto.—susurró al mismo tiempo que intentaba salirse de mis brazos. Lo bajé y lo sostuve por un brazo, no necesitaba que se cayera.

Entramos en su apartamento, estaba demasiado ordenado, era como si nadie viviera ahí.

Al entrar se quitó los zapatos como pudo y siguió caminando, lo llevé hasta su cuarto y lo tendí en la cama. Me quedé un momento a su lado en lo que podía quitarme el repentino mareo.

—Buenas noches, cerraré la puerta desde dentro.—le aseguré, un bostezo grande me recordó que tendría que manejar casi veinte minutos.

—Quedate a dormir, duerme aquí y ya.—señaló el lado vacío. En realidad era una buena idea, me moriría de sueño en el camino. Pero no podía dejar a Yash y Azumi solos en casa.—Es peligroso que vayas a esta hora con el sueño que tienes...

—Lo siento, debo volver a casa con los niños.—él levantó un poco la cabeza de su almohada.

Tenía un ojo cerrado.

—Está bien, ve con cuidado.—me respondió.—Espero verte luego.

—Descansa.

Me levanté y salí del cuarto, toda la casa era demasiado silenciosa. Cerré la puerta por dentro y salí del edificio.

Una vez estuve en casa, pasé por el cuarto donde Yash y Azumi dormitaban tranquilos. Era demasiado bueno tenerlos en mi vida y compartir tantos momentos con ellos. Cobijé bien a Yash y saqué mis cobijas para poder dormir yo también.

Antes de por fin dormir revisé mis mensajes, había uno a un "Han Itoo" no lo había mandado yo, así que supuse que había sido él mismo antes de entregarme el teléfono. Me sacó una sonrisa.

Y ahí sin más me dormí, me había ganado por completo el sueño...

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Uno corto porque se me borran siempre 😔

Looking for AkaashiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora