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Le había prometido a Yash que tendríamos un perrito si nos cambiamos de casa, él apretó un poco los labios en una línea y me asintió, para seguir caminando.

Venía dormido en los asientos de atrás. Azumi venía en el asiento de adelante, venía comiendo unas papas. El camino fue demasiado silencioso, en realidad no tenía problemas pero luego que Azumi también se durmió me sentí demasiado raro con el silencio.

Llegamos casi a las 6 de la tarde, y en casa solo estaba Kenma.

-Bienvenido.-Apareció por el pasillo, llevaba una consola en las manos, me dedicó una mirada rápida y siguió en lo suyo. Regresó la mirada, confundido. Y como si estuviera viendo mal, se asomó por detrás de mi.

-¿Kenma?-Él me miró raro, cómo si no entendiera ni el por qué de su existencia.

-¿Tenías hijos?-Preguntó, Yash se pegó a mi pantalón mientras que Azumi empezaba a pasear por la casa, no sin antes saludar a Kenma.

-¿Eh? no, ¿Kuroo no te dijo nada?-Él miró la pared, con un gesto de arrepentimiento. Parecía que se hacía cada vez más chiquito en su lugar.

-Está molesto conmigo.-Soltó al fin.

-¡¿Kuroo está molesto contigo?!-No lo podía creer, Kuroo solía molestarse con las personas pero no con Kenma.-Va a llover.

-¿Qué es esa expresión?-Él se acercó un poco a Yash medio inclinado y le extendió una mano con cuidado, Yash se escondió un poco más detrás de mis piernas. Se veía muy lindo con su mochila pequeña.

Kenma hizo un puchero raro, y se puso de pie.

Me senté en el sillón un ratito mientas Yash paseaba con Kenma por toda la casa observando detenidamente sus rincones mientras que Azumi había asegurado que se bañaría. Me dolía un poco la cabeza. Ahí me perdí en mis pensamientos, ¿cómo le diría al jefe que había literalmente fracasado? No tenía ni idea, pero sentía que había hecho lo correcto así que no le di muchas vueltas.

Una hora después, cuando Kuroo llegó lo primero que hizo fue decirme que todos llegarían en menos de una hora y que yo parecía un vagabundo.

-¿Y los niños?-Preguntó, ví su intento de ser más sutil irse por el caño, estaba emocionado. Solté una risa malvada.

Él me dedicó una mirada de todo menos aprecio.

-Yash está en la cocina con Kenma, Azumi está dándose un baño.-Le respondí. Él se dió la vuelta y se dirigió a la cocina. Me levanté después de él y lo seguí.

Kenma estaba dándole unas galletas a Yash mientas Kuroo lo observaba con una sonrisa tierna desde la entrada.

-¿Quieres darte un baño? Hace mucho calor.-Le preguntó Kenma a Yash, este le asintió.-Ven, tengo un shampoo de fresa que te va a gustar.

Kenma lo bajó del pequeño banco de la barra en el que estaba y se colgó su pequeña mochila y así pasó a nuestro lado sin decir nada.

-Me iré a bañar también.-Le dije a Kuroo, dándole la espalda.

-Hiciste lo correcto, bro.-Lo miré por encima del hombro, no me miraba.

-Sí, gracias.

Seguí con mi camino hasta mi habitación, Azumi ya no estaba en el cuarto, ya habría terminado de bañarse seguro. Me metí en la ducha, en realidad me quería dormir, ¿Por qué visitas justo hoy? No podía ser grosero y dejar a las visitas abajo, tendría que salir y cenar con ellos por lo menos.

Looking for AkaashiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora