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El suelo de ese cuarto era demasiado frío como de costumbre, nunca lograba que se calentaba con el calor de mi cuerpo, el dolor que sentía en el estómago era demasiado. Probablemente moriría desangrando si me descuidaba un poco.
No sabía con exactitud cuando tiempo había estado aquí, pero si sabía cuántas veces había estado al borde de la muerte, por una u otra cosa siempre estaba en peligro.
¿Qué esperaba?
Solía tener delirios con cosas que probablemente nunca pasarían otra vez.
-Akaaashi, ¿por qué no me dijiste no te gustaba la azúcar en café?-Me miraba con ojos llenos de arrepentimiento, incluso sus ojos se veían cristalizados.
Si se lo había dicho, simplemente lo había olvidado.
-No es que sepa particularmente mal, pero si el café es más amargo, por qué ponerle azúcar? Realmente no lo entiendo.
Él pareció estar muy confundido.
Solté una risita leve.-Bokuto-san, no pasa nada.-Él suspiró y se sentó, al fin.
Muchas de las noches que me quedé en pijamada con Bokuto habíamos almorzado lo que yo hacía, él no era particularmente bueno en la cocina.
Solté una risita, estar tanto tiempo aquí solo me afectaba, lo podía notar, porque aunque ahora mismo estuviera grave, Bokuto aparecía en mis pensamientos haciéndome reír de sus antiguas tonterías.
Lo más probable era que para estas fechas Bokuto ya hubiera encontrado una pareja y hubiera logrado jugar en una equipo profesional del voleibol.
Esa imagen mental en particular me causaba felicidad.
¿Qué te pasa Keiji? Estás muriendo.
Un dolor aún más fuerte me tomó desprevenido, a la vez que sentía sangre en la garganta.
¿Moriría ahogado? Era probable, o moriría de dolor tratando de escupir la sangre que sentía.
Estaba usando un calzoncillo demasiado viejo, no llevaba una playera porque la única que tenía retenía la sangre de mi abdomen. Pantalón?
¿Cuándo había sido la última vez que usé uno?
A veces me cuestionaba mucho, ¿Valía la pena hacer esto? Por qué no mejor me dejaba agonizar, por fin podría descansar.
Estaba tan cansado.
No, aún no. Tenía algo pendiente. ¿Qué era?
Giré un poco la cabeza cuando sentí la sangre subir más, si no podía levantarme para escupir, dejaría que se escurriera con baba.
Era difícil, llevaba mucho sin tomar agua.
Tenía un mal presentimiento... odiaba tener que preocuparme por esta basura.
Tenía tanto tiempo aquí que había aprendido a distinguir los pasos de las 4 personas que venían a verme, una me dejaba comida de vez en cuando, otra venía cuando la primera persona estaba fuera o simplemente no podía, la tercera solo veía a revisar que no estuviera muerto y la última, no sabía muy bien si era mi imaginación, pero venía, sin hacer ningún ruido con sus pasos y se sentaba a tallar pequeños pedazos de madera, en silencio, sentado en alguna silla vieja que se encontraba en el cuarto. Era lo más raro, nunca respondía las pocas preguntas que hacía. A veces tendía a silbar. Era una figura muy alta y delgada, que normalmente venía con vestimenta formal.
¿Quién será?
Cómo si no fuera lo suficiente extraño, entró en ese momento, tan silencioso como de costumbre. Llevaba algo en la mano, se acercó un poco y se agachó, dejó una botella de agua a un lado de mi y se sentó en la silla. Dió por iniciada su visita cuando empezó a tararear una canción que nunca había escuchado. Sentí una lágrima rodar por mi pómulo derecho y pasar por mi oreja, me levanté como pude para tomar agua, tenía un sabor metálico horrible en la boca. Las lágrimas saliendo con más frecuencia me desconcertaba, ¿Por qué estaba llorando?
Bokuto, Bokuto-san.
¿Qué estará haciendo ahora mismo?-Bokuto-san, ¿Por qué lloras?-Él parecía no escucharme, pero quería saberlo y arreglar lo que estuviera en mis manos, incluso más. Odiaba verlo triste.-Estoy aquí, solo debes decírmelo...
-Vete Akaashi.-Él me respondió con una voz firme, sin rastro de su llanto, ¿Estaba enojado conmigo?-Solo debes dejarme solo.
¿Qué le había hecho? Quería que me regalara una sonrisa cómo siempre, esa sonrisa genuina que me tenía tan mal.
Ah, era verdad, tenía pendiente confesar mis sentimientos por él, sabía que Bokuto se podía asustar, siempre me vería como un simple amigo, ¿Que había estado pensando? ¿Podría vivir ocultando tanto?
Podía arruinar la amistad que teníamos pero aún así había que correr el riesgo, no puedes vivir con el miedo y desaprovechar una posibilidad, aunque hubiera más probabilidades de fracaso, había que arriesgarse, ¿No?
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Looking for Akaashi
Phiêu lưuPodrá Bokuto salvar Akaashi de las llamas que ahora dominaban la cuidad?