Lazos Familiares

6.- Feliz ignorancia

AN: Los amo a todos. ¡Hago! Cada uno de ustedes que leyó, revisó o agregó esta historia a su lista de alertas/favoritos; tú Molas. Y eso es un hecho. Ahora, este capítulo está repleto de información que necesitará más adelante. Hice lo mejor que pude para explicar pero, en caso de que no entiendas algo, no dudes en preguntar. ¡Espero que disfruten el último capítulo y no se olviden de revisar!

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– ¡Ahora esa es la pregunta! – El hombre exclamó riéndose. – Nací Myrddin Emrys, pero la mayoría de la gente simplemente me conoce como Merlín – Y al observar a los magos con los ojos muy abiertos frente a él, el hombre del retrato sonrió más y, con una reverencia cortés, agregó: – Merlín Ambrosius, a tu servicio –

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Harry y Severus se quedaron helados mientras el hombre del retrato afirmaba ser el mago más poderoso de todos los tiempos. Severus fue el primero en reaccionar ante la declaración.

– No tú no eres Merlín – Dijo simplemente, sin saber qué más decir.

– Sí, lo soy, pero sabía que ibas a decir eso, Severus – El hombre que era o no era Merlín replicó alegremente.

– Tiene una barba bastante impresionante – Dijo Harry, causando que el hombre en el retrato se riera y Severus volteara y mirara al chico confundido.

– ¿Cómo es eso de alguna manera indicativo? – Preguntó el maestro de pociones.

– Se decía que Merlín tenía una barba así – Harry respondió mientras Severus simplemente arqueaba una ceja con incredulidad. – ¡Al menos lo intenté! – Exclamó el chico, sin apartar los ojos del anciano mago.

– ¡Gracias Harry! – El hombre que decía ser Merlín ofreció, su mano acariciando su barba.

– En primer lugar, ¿cómo sabes nuestros nombres? – Severus preguntó bajando su varita, dándose cuenta de que un retrato no podía hacer magia sin importar quién estuviera pintado en él. No es que él creyera que este era Merlín. – Y en segundo lugar, Merlín nunca hizo ningún retrato a su imagen –

– Eso sería cierto; nunca lo hice – El viejo mago asintió.

– Disculpe señor, pero ¿no es usted un retrato? – Preguntó Harry confundido. Severus asintió de acuerdo.

– Sí y no; esto no es exactamente un retrato. Supongo que es una ventana en todo caso –

– ¿Una ventana a dónde? – Severus preguntó cada vez más agitado por segundos.

– Dime Severus, ¿qué sabes de Ávalon? – El maestro de pociones miró sobresaltado al extraño mientras Harry observaba cautivado la conversación.

– Se supone que Ávalon es una isla mágica, creada por la magia. También es la morada legendaria de Morgana Le Fay – Severus respondió con voz monótona. – ¿Cómo es esto relevante? –

– Porque esa pintura es de hecho una ventana a Ávalon. O más bien a mí, ya que actualmente resido en Ávalon – Dijo el hombre encogiéndose de hombros.

– Ávalon no existe. Y tú eres una pintura; no sé de quién es la pintura, pero definitivamente no de Merlín – El joven profesor afirmó enfáticamente. Esto no iba a ninguna parte y tenía que asegurarse de que Harry no fuera dañado por lo que fuera que había hecho su magia; simplemente no había tiempo para retratos trastornados, sin importar de quién pretendieran ser.

– Si solo soy una pintura, ¿cómo sé que el joven Harry aquí acaba de mostrar una increíble cantidad de poder en un solo incidente mágico accidental? – El hombre dijo más serio esta vez, haciendo que ambos magos jadearan. – Y si solo soy una pintura, ¿cómo puedo hacer esto? – Y con esto, el hombre quería decir sacar su varita y lanzar un hechizo sin palabras hacia Harry y Severus; una niebla de color rojo oscuro salió volando de su varita y se abalanzó sobre los dos magos que, en cuestión de segundos, colapsaron en el suelo.