Capítulo Veinticuatro

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Alza el maletín negro que descansaba en el suelo y lo deja caer en el escritorio de madera, el sonido pesado del objeto hace eco en la callada habitación.

Él lo mira a él y el mira a ella, los tres estaban en una lucha de miradas, peleando por querer sostenerla mas tiempo. El más grande de todos suspira, no de cansancio, era una señal.

Él se pregunta como llegó hasta allí, ¿Porqué lo había traicionado?

Rebusca entre sus cajones algún suéter caliente para darle al omega que parecía desesperado

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Rebusca entre sus cajones algún suéter caliente para darle al omega que parecía desesperado.

—Alfa—Lo llama desde la habitación.

Harry luce algo desconcertado y preocupado, Louis, su omega había estado actuando raro estos días. No quería preguntarle a él directamente que pasaba porque se ganaría un regaño por preguntar lo obvio o que le dejase de hablar.

Bueno, en lo que buscaba aquel suéter rojo que el solía usar para ir a correr que tenia su olor impregnado, Louis estaba al pendiente de que Harry no se enterara que el tenia el suéter. Alza un poco la sábana y lleva a su nariz aquella prenda de ropa, podía morir allí mismo.

Harry rendido de buscar decide tomar otra de ahí mismo, no recuerda donde demonios la dejo.

—Bien cariño, ten. No encontré la roja pero esta es caliente y se que te gustará.

Le sonríe y deja el suéter en un lado de él. Louis le mira y asiente, agarra entre sus manos la tela y la huele, la abraza y sin decirle palabra alguna a su alfa se da la vuelta y se queda hecho bolita aún con el suéter.

—Mhm, bebé ya me iré a trabajar por qué voy un poco tarde, te amo.

Con el ceño fruncido y muchas dudas salio de la habitación.

Cuando Harry llega a la oficina nota a varios de sus empleados casi corriendo por los pasillos, frunció el ceño por aquello pero aún así no preguntó nada, caminó directo a su oficina.

Al abrir la puerta nota el ambiente raro, aún así entra, arruga la nariz ante un nuevo aroma en el ambiente. De reojo nota una silueta delgada sentada en el mueble que está a un lado de la puerta, lo ignora. Camina hacia su escritorio aún sin mirar hacia allí, preguntas y más preguntas en su mente, su alfa está algo desesperado desde que dejó al omega en casa ¿Que demonios estaba pasando hoy?

—¿A caso ya no me notas?—De fondo se escucha una voz aguda.

Deja su maletín en el suelo y se voltea, mierda, lo sabía.

—¿Donde estuviste todo el tiempo? te están buscando.

—Oh cariño, no iba a dejar que me agarraran tan fácil—La chica se paró de su lugar y a paso lento camino hacia Harry que la miraba neutral.

—Stella tienes que irte de aquí, te daré la oportunidad de que te vallas sin tener problemas, quitaré los cargos pero solo vete—El alfa habla con sinceridad, si tan sólo acepta, esto se acaba.

—No Harry—Negó con la cabeza—Esto no puede terminar así, por que ¿Ya no recuerdas lo especial que éramos? lo teníamos todo—Acarició sus manos que estaban apoyadas en las orillas de la madera.

Harry quitó sus manos de aquel toque que se sentía como espinas raspando su piel.

—¡Basta de una vez! ¡Estas loca! ¿Tú hiciste todo eso afuera verdad?—Acusa con los dientes apretados y ojos tornándose rojos.

Ella sonríe. La ropa que usaba estaba desgastada, un saco gris con varios hoyos visibles, un pantalón de chándal mal amarrado, sus muñecas estaban vendadas como si hubiera hecho algo malo en esa zona, su piel estaba de un tono pálido casi transparente. Aún así, Harry no la odia.

Harry odia su actitud no a ella.

—Tal vez, si, tal vez no. Tenía que entrar aquí para hablar, por qué necesitamos rescatar esto, alfa.

—En tu vida vuelvas a decirme así, tú no eres mi omega y yo no soy tu alfa—La voz.

Ella cierra los ojos y cae al piso de rodillas mirando sus manos.

—Ha-harry nunca habías he-hecho es-o-Temblaba como gelatina.

El alfa respiraba intranquilo, su rostro estaba rojo de furia. Nadie que no sea Louis podía llamarlo de esa forma.

—Cierra la boca de una vez, ahora, tomarás toda tu mierda y te iras de mi vida, me dejarás en paz de una vez Stella.

En este punto su alfa había tomado el control de él. A comparación de Harry, su alfa era mucho más fuerte, su ira incrementaba rápido y podía romperte los huesos en segundos como pequeñas bolitas de gel.

Ella asiente rápido, nada salió como pensaba.

Seguía aún en la misma posición con miedo de dar un paso en falso y que aquel alfa furioso acabara con ella, a este punto ya no sabía si Harry había cambiado. Tal vez ella hizo mal desde un principio, se obsesionó de una manera tan tonta, se descuidó, descuidó su vida, lo había perdido todo.

—M-me iré y no sabrás de mi, lo-lo prometo—Se levanta como puede de allí.

La mira sin hablar aún en la misma posición del principio, puños cerrados y respiración intranquila, pero en su pecho pasaba algo más, omega, cuidar, Louis.

Cuando ella sale cae hacia atrás en la silla, se apoya de esta y cierra los ojos fuerte, mierda.

Margaritas [OMEGAVERSE]. LsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora