Capítulo Uno

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Había llegado hace un par de horas y hasta el momento solo sabía que su padre estaba muy enojado, ya que su olor era muy agrio y gruñía cuando lo veía de reojo. Pero aquí el enojado debería ser él, ya que su padre lo estaba obligando a conseguirse una omega, a parte de acompañarlo a la gran cena, quería qué por fin se enlazara, según él, los años estaban pasando y todavía no conseguía omega.

La familia Styles como cada año hacen una cena con cientos de invitados de la alta sociedad, alfas acompañados con sus omegas deslumbrante, hermosas, marcadas y con cachorros.

Pero es que su padre no entendía todavía que no le atraían las omegas mujeres y le había repetido tantas veces pero su padre no admitía eso, para él los omegas hombres no sirven para nada, solo eran defectos.

-Harry, por quinta vez, te vuelvo a repetir-Suspiró ya cansado por la situación-Si no quieres enlazarte esta bien...

¡Valla! al parecer ya había recapacitado pensó acomodándose mejor en la silla.

-Pero consigue al menos una omega para que te acompañe a la cena, no quiero que la gente siga pensado que eres un alfa solo-Concluyó dándole con sorbo a su whiskey.

Harry hizo una mueca, talló su cara con desespero sabiendo que nunca haría entender a su padre.

-Esta bien, pero no te prometo nada.

Se paró arto de la silla y salió de aquella oficina. El problema es que realmente no quería, cada año era lo mismo, salía con una omega distinta y las personas pensaban lo peor de él, y ya no quería eso. Había pensado muchas excusas para faltar ese día pero era imposible, su padre ni siquiera le creería porque lo conoce.

Y ahora tendría que buscar a alguien, tenía solo una semana.

Llegó a la misma cafetería de siempre, había algo en ese lugar que le hacía ir todos los días, a veces sin terminar lo que pedía sólo se sentaba y apreciaba

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Llegó a la misma cafetería de siempre, había algo en ese lugar que le hacía ir todos los días, a veces sin terminar lo que pedía sólo se sentaba y apreciaba.

La campanilla sonó avisando que un nuevo cliente había llegado, su alfa se removió inquieto dentro de él, el lindo omega bajito de cabellos castaños había llegado, ese día se veía radiante con su bella sonrisa que adornaba su rostro.

Corrió hacia detrás de la barra, se puso su delantal y tomó la pequeña libretita junto con su lápiz, caminó hacia la mesa con una sonrisa, el alfa hacía como si estuviera viendo la carta, llegó hacia él embriagándose con su olor: madera con coco.

-Buenos días señor Styles, es un gusto tenerlo aquí de nuevo-Saludó alegremente.

-Por favor dime Harry, me haces sentir viejo, Louis.

Amaba cuando su nombre salían de esos labios carnosos, por instinto mordió su labio sin hacerlo notar mucho.

-Esta bien Harry, ¿que vas a ordenar?

-Mhm, una taza de café negro, sin azúcar y una rebanada de tarta de zanahoria-Dejó la carta a un lado y le sonrió al omega que apuntaba en la libreta.

-Listo, en un momento te lo traigo.

Le sonrió tímido, se dio media vuelta nervioso y caminó hacia la barra de nuevo. Sus piernas siempre temblaban cuando el alfa estaba cerca de él, su omega interno aullaba pero lo ignoro.

Harry olisqueó disimuladamente su aroma: margaritas y una pizca de caramelo. Jugó con sus dedos ¿porque se ponía así por el pequeño omega? nunca se ponía así cerca de otros, él era, diferente.

Regresó minutos después con una bandeja en su manos, dejó su orden delante de él y antes de irse el alfa volvió a hablar.

-¿Te sentarías conmigo?

Margaritas [OMEGAVERSE]. LsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora