Tregua

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Las manos del castaño masajeaban el trasero de Jackson atrayéndolo para que sus cuerpos se frotaran aun a través de la barrera de ropa, mientras el rubio tenía sus dedos hundidos en el corto cabello del castaño y dejaba salir suaves jadeos que estaban volviendo loco a Stiles quien se inclinó para aspirar el atrayente aroma del chico directamente de su cuello, pero entonces como recordatorio que estaban en la escuela, la campana que indicaba el término del periodo sonó, y el rubio lo empujo para bajarse de la mesa.

—El coach regresará pronto, sal en unos minutos, pero no tardes más de 10 en seguirme —indico el rubio, mientras veía su reflejo en la ventana antes de salir.

Stiles miro sorprendido al chico al salir, la única señal de lo que había pasado eran sus labios ligeramente hinchados y rojos, pero eso solo lo hacía lucir más atractivo, su reflejo por el contrario lucia destruido solo por una corta sesión de besos, así que sin esperar más salió tras de Jackson alcanzándolo en el pasillo donde ambos se mezclaron entre el resto de los alumnos, lo reconoció de inmediato y puso su mano en su hombro haciéndole saber que estaba ahí.

—¿Qué no sabes medir el tiempo? —pregunto Jackson en un tono de reclamo, pero sin hacer nada para que retirara su mano.

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Antes de que terminara la primera hora de clases, Scott fue llamado a la dirección pero cuando toco la puerta y le abrieron se quedó de pie extrañado al ver a su madre y al sheriff dentro de la oficina.

—Scott toma asiento por favor —pidió el director.

—Cariño ¿cómo estás? —pregunto la mujer al mismo tiempo que se sentaba a su lado.

—Bien, pero ¿qué sucede mamá?

—Tu madre nos informó de la situación por la que pasaste el día de ayer —dijo con voz neutra el hombre y el chico se giró a ver a su mamá preocupado—. Y entiendo que quieras llevar todo el proceso de forma discreta, pero como institución queremos asegurarnos que tú y cualquier estudiante estén seguros dentro de nuestras instalaciones y necesito saber si conoces a tu agresor, específicamente si fue algún compañero de clases o algún maestro...

Scott bajo la mirada y negó con la cabeza, el hombre parecía aliviado con la respuesta. El día anterior nadie lo había cuestionado, pero estaba consiente que tarde o temprano debía de hablar de lo que le sucedió, aunque siendo honestos aún no se sentía preparado, pero como si no importara lo que tenía que decir el moreno poco después el director empezó a explicar sobre medidas que tomarían y platicas que darían para la concientización de los ataques a omegas, aunque Scott apenas escuchaba.

—¿Puedo irme ya?

—En realidad Scott... —empezó el sheriff y el moreno se giró a verlo— esperaba que me acompañaras a la comisaria para hacer la declaración de tu ataque, lamento decirlo pero sin una denuncia formal no puedo hacer mucho.

El menor asintió de nuevo y se puso de pie, el director reafirmo verbalmente su apoyo y los tres salieron de su oficina, Scott de alguna forma sintió que el hombre trataba el asunto como un trámite burocrático más.

Y la situación no fue muy diferente cuando llego a la comisaria, el moreno decidió entrar a declarar solo, principalmente porque se sentía avergonzado que su madre y el que consideraba como su padre escucharan lo que paso, pero después de pasar horas hablando con el oficial Haigh, se dio cuenta que ese hombre pensaba que por el hecho de nacer como omega estuviera destinado a pasar por situaciones así, algo que no lo hizo sentir mejor.

Y cuando por fin termino el suplicio, salió de la sala y su corazón salto cuando vio a Deucalion entrar a la comisaria y no lo pensó dos veces antes de correr a su encuentro, el mayor lo recibió entre sus brazos y lo sujeto con fuerza.

Incompatibles (Stackson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora