Capítulo 5

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Mini maratón 2/2

Llegamos a la fiesta y todo está muy ruidoso. La música se escucha desde la otra esquina. La casa del anfitrión es gigante para ser sinceros, en el exterior tiene un hermoso jardín y unas sillas para sentarse. Al pasar por la puerta siento que mis oídos van a estallar. La luz está apagada y en sustitución hay un juego de luces de colores. La sala es amplia y está abarrotada de adolescentes bailando todos sudorosos y apestando a alcohol. Puedo reconocer vagamente algunas caras del instituto. A la derecha hay unos sillones medianos con una mesita de café repleta de latas de cerveza bacías y ceniceros llenos de ceniza de lo que sea que estén consumiendo. En el sillón más grande hay una pareja besándose como si se fuera a acabar el mundo. En la izquierda hay una especie de bar improvisado y un chico preparando unos tragos. Se da cuenta que lo miro y me giña un ojo. Giro la cabeza asqueada. Odio a la gente superficial y creyente.
Líam se detiene al lado de un chico y le pasa algo muy intrigante entre sus manos. Quiero preguntarle al respecto pero me detengo, no quiero arruinar la fiesta, mejor se lo pregunto mañana. Sigo avanzando y me dirijo a la cocina por un vaso de agua. No me gusta beber alcohol. Al llegar me separo de Líam y tomo un vaso y lo bebo todo. Ya sentía la garganta rasposa por la sed. Veo una pequeña puerta de cristal abierta que da al patio. La abro y veo un ambiente un poco más tranquilo. A mi derecha noto unas sillas de madera que están vacías y voy camino a sentarme y descansar un poco.
__ ¿Está muy pesado ahí adentro?__ escucho la voz ronca de un chico. Giro mi cabeza a los lados y no veo a nadie. De seguro me lo estoy imaginando, tengo mi cabeza muy liada y no puedo ni pensar con claridad.
__ Eh chica, te estoy hablando a ti.__ Entonces giro mi cuerpo y veo al mismo chico de las gradas recostado al tronco de un árbol fumando algo.
__ Emmm, s-sí, el ambiente de ahí adentro no me gusta__ no entiendo porque mi voz sale entrecortada si ni siquiera lo conozco.
__ Entiendo, a mi tampoco, prefiero la música menos ruidosa y el ambiente más relajado, sin tantas personas.__ Dice acercándose un poco hacia donde me encuentro.__ ¿Y cómo te llamas?__ ¿Me lo está preguntando a mí? Ciertamente dudo en responder esa pregunta o no.
__ Mi nombre es Ana ¿y tú cómo te llamas?__ Mi voz suena insegura nuevamente, no sé lo que me pasa con este chico. Me pone nerviosa y me inquieta, sobre todo cuando me mira con sus ojos azul eléctrico.
__ ¡Qué lindo nombre Ana! Me llamo Miguel. __ Dice mientras aplasta el cigarro en el césped con el pie.__ Mucho gusto en conocerte, y por cierto, eres muy guapa. __ Ahora sí, Mi cerebro dejó de procesar. No comprendo como es que un chico que acabo de conocer apenas unos segundos me cause este tipo de sensaciones. Mi cabeza da vueltas mientras mi cuerpo va experimentando una especie de calor interior. Mis mejillas se tornan rosas y de no ser por la oscura noche se hubiera dado cuenta. No es lo mismo que siento cuando estoy con Líam, sino es algo extraño y nuevo para mí, pero me gusta esa sensación.
Cuando vuelvo a la realidad noto que el chico se ha marchado y con él se llevó todas mis preguntas. No sé quien es, ni de donde salió, solo sé que tiene un aire misterioso y frío. Se fue sin así sin más, como mismo apareció, de la nada.
Entro de nuevo a la casa en busca de Líam, es tarde ya y quiero ir a casa, no aguanto más esta música escandalosa. Prefiero ir a mi casa, ponerme mi piyama de unicornios y meterme en mis sábanas calentitas hasta bien tarde. Lo mejor de todo es que mañana es fin de semana y no tengo motivos para despertar temprano.
La sala está aun más llena, el ambiente está más cargado que la última vez, no sé por dónde empezar a buscar. Sólo quiero ir a casa. Paso cerca de los sofás y veo a más adolescentes besándose sin control, tal parece que están teniendo sexo con ropa. Siento como se me revuelve el estómago y cambio la vista a la barra. Ahí hay chicos borrachos con fuerte aliento etílico y uno de ellos tropieza conmigo derramando un vaso con alguna bebida alcohólica en mi ropa, maldigo para mis adentros y sigo en busca de Líam.
Después de unos diez minutos desisto y salgo a la calle en busca de un taxi que me lleve a casa. Me siento mal, soy un asco con toda mi ropa llena de alcohol, la tristeza invade mi rostro, no comprendo como es que Líam me deja sola en esa fiesta horrorosa y no llevamos ni un día saliendo. Duele mucho sentirme así, esta supuesta cita se fue a la mierda.
No me doy cuenta que hemos llegado hasta que el taxista me avisa así que le pago el recorrido y entro corriendo hasta el cuarto. A estas horas mamá ya debe estar durmiendo. Entro a mi habitación y agarro mi piyama. Me encamino al baño para darme una ducha bien fría. No quiero pensar en nada, solo en mi cama.
Que tarde más agotadora. He tenido muchas emociones en un solo día y para rematar mi novio me dejó plantada en la fiesta, y eso que dijo que me iba a llevar a casa. La verdad no entiendo nada. Mejor me voy a dormir y así dejar de pensar en todo lo que sucedió hoy. Cierro los ojos pero no puedo dejar de pensar en él, en donde estará. No quiero sonar paranoica y obsesiva pero me va a tener que explicar todo esto.

Nota

Hola mis lectores 🦋
Espero que les haya gustado los capítulos de hoy. Qué piensan acerca de Lían? ¿Por qué el chico misterioso le provoca sensaciones a Ana? Todo esto y mucho más lo descubriremos según valla avanzando la historia. Quiero agradecerles a todos nuevamente por el apoyo que me brindan y desearles buenas noches.

Los quiero ❤❤❤

Nadie como tú (En Proceso De Corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora