Zorrito travieso | Yaoi /Daddy king

|Capitulo 1| Primera impresión|

Andrew Mackay 


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Me encontraba sentado apoyado contra una pared en la nueva habitación del pequeño híbrido, era grande, espaciosa, con una gran cama y un balcón, toda la habitación tenia un estilo vintage como de los años 20, muy ventilada y con muchas plantas para dar la simulación a un pequeño bosque para que el pequeño se sintiera más cómodo.

Sinceramente no quería ir a esa subasta, pero muchos comerciantes ricos iban a ir y seria estúpido perder una buena oportunidad para formar nuevos tratos, aunque claro está que nunca cruzo por mi mente comprar a un híbrido... menos a uno salvaje.

Suspire para llevar una mano a mi cabello y despeinarlo un poco. No lo iba  a negar, aquel zorrito era hermoso, un manjar ... con solo ver como nalgueaban ese gordo trasero su pene se puso duro deseando ser él quien fuese el único en poseerlo. 

Ya me lo podía imaginar, ese pequeño gimiendo contra las sábanas meneando sus caderas deseoso de ser penetrado, yo acercándome por detrás para empezar a abofetear sus nalgas hasta dejarlas rojitas y escuchar sus dulces gemidos rogándole que lo follara hasta dejar ese lindo culo lleno de mi semen, poner mi verga en esa linda boquita para que se la chupe mientras miro como sus labios se hinchan...

Un bulto grande ya estaba en medio de mis piernas, cosa que hizo que me sonrojase levemente. 

El niño no lleva ni 2 horas acá y yo ya estoy pensando en eso

Suspire para notar como el moreno se movía inquieto hasta despertar, me acerque con una sonrisa amable para sentarme en la cama.

─ Despertaste, me presento, soy Andrew Mackay, tu nuevo dueño.

El moreno no tardo ni un segundo en transformase en una pequeña cría de zorro rojo para empezar a gruñirme, no pude evitarlo y me eche a reír.

¿Cómo pretendía dar miedo si es tan adorable y follable?

─ Oye pequeña fiera, controla tus garritas, no te hare daño.

Explique de forma amable ya parando de reír, el hibrido dudo un momento aunque siguió transformado y se tiro a la cama.

─ ¿Ves? Solo quiero que sepas que no te hare daño pequeño.

Hable intentado poner una mano en su colita, lucia tan suave que no pude evitarlo pero una mano humana me detuvo

─ Aleja tus manos de mi tonto.

Espeto el moreno con sus brillantes ojos color ámbar, yo solo lo mire embobado

¡En verdad era muy hermoso! 

─ Fuera, esta es mi madriguera

Espeto gruñendo nuevamente, posesivo mostrando sus pequeños colmillos. Me levante algo nervioso, había visto como ataco a ese señor de la venta y sinceramente no quería sentir sus garras sobre mi.

─ Esta bien pequeño, solo descansa y siéntete como en casa.

Hable para volver a sonreír antes de salir de la habitación, recibiendo un gruñido en respuesta 


Esto será difícil 

Pensé para sentarme en mi oficina, tenia mucho trabajo pendiente. 

Hiro Kagamine

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─ Tonto, amo tonto.


Murmure moviéndome inquieto contra la cama buscando una posición cómoda para poder dormir, pero claro, ¿Cómo dormir si hace menos de un par de horas me habían secuestrado de mi hogar y me habían vendido a un completo desconocido?

Un desconocido lindo.

Lindo e idiota con cara de pervertido, pero lindo a fin de cuentas. 

Metí mi cabeza entre las sábanas queriendo alejar esos tontos pensamientos de mi mente, aunque en cierta forma estaba algo asombrado de que alguien me hubiese elegido.

─  Esto es raro... no suelen elegir híbridos salvajes.

Murmure hablándole a un peluche de zorro que había por allí, lo tome entre mis manos indeciso, era muy suave y se veía de calidad. 

─  Nunca tuve un juguete, ¿ese tonto compro todos estos para mi?


Es raro tener juguetes solo para mi. En el criadero de híbridos donde nací todos los juguetes eran para los híbridos domésticos ... igualmente siempre los prefirieron a ellos quizás por eso me dejaron en mitad del bosque cuando se dieron cuenta que nadie me adoptaría por ser un salvaje, y ahora ¿este señor viene y me adopta luego se que unos viejos me pusieran en una bolsa negra? esto es muy confuso 

Y un señor me había comprado, me había elegido a mí.

De solo pensarlo sentía un ligero calorcito en mi pecho, apreté el peluche mas contra mi y me acosté en la gran y suave cama. 

A los segundos quede dormido.