Parte 3

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Las escondidas para cualquier niño, era una maravilla, incluso para alguien como yo que tuvo todo desde niño, podía llegar a ser algo único. Para mi, era una forma de hacerme sentir que cada vez que Ohm me buscara siempre me encontraría, pero...aun había algo que me asustaba por mas que lo pensaba. ¿Qué podría llegar a pasar para que Ohm ya no quiera jugar conmigo?

"¡Te encontré!" exclamo el, revolviéndome el cabello "Eres tan malo en este juego, no se por que aun lo quiere jugar"

No es mi problema que siempre sepas donde me escondo. 

"Oye, el malo eres tu. Conté hasta 100 y ni así apareciste"

Estábamos a punto de comenzar nuestras típicas peleas, cuando una mano gruesa se poso en mi hombro, lo cual me asusto mucho. Este tipo parecía querer algo de nosotros y su apariencia era tan terrorífica que pensé que era un fantasma. Un hombre descuidado, con ropa desgastada y zapatos rotos. 

"Hola pequeño" exclamo el, soltando un aliento apestoso. No sabia que hacer en esta situación, nadie nunca un extraño me había tocado de esta manera. Y encima, me temblaban las piernas. 

"Suelta a mi mejor amigo" hablo fuerte Ohm, saltando hacia el tipo y dándole un golpe en sus partes. El hombre cayo de rodillas y se balanceo por el piso, mientras nosotros salimos corriendo de allí. Ohm me había salvado, tal como siempre lo hacia. Espero jamás, soltar esta mano áspera y seguir a todas partes a este chico que es mi amigo. Exacto, es solo un amigo. 

Mi madre se preocupo al vernos llegar corriendo, pude ver en su mirada que no era nada bueno. 

"Suelta a mi hijo, niño" exclamo ella, y Ohm no tuvo mas remedio que obedecer y dejarme. "¿Por que corren tan rápido?"

"Mama, Ohm me salvo de un hombre malo" Ella se sorprendió al escuchar esto, frunciendo el ceño 

"Lo que sea, cualquiera podría hacerlo" dijo, jalando mi mano dentro de la casa. "Cuantas veces debo decirte que no debes hablar con esa gentuza"

"Ohm es buena persona, el quiere a Nanon" Ella levanto su mano en alto, como si quisiera abofetearme, por lo que cerré los ojos. Por suerte, no llego ningún golpe, ya que, papa le sujeto de la muñeca. 

"¿Ibas a golpear a mi hijo?" pregunto furioso mi padre, el cual se veia cansado de todo este problema. 

"Y-Yo no..."

"Nanon, ve a jugar a fuera. Tu madre y yo tenemos que charlar un rato" 

Sin refutar corrí fuera de la habitación. En busca de mi amigo, y el aire casi se me va, cuando lo encontré arrodillado, a punto de ser castigado con bofetadas. Mis pies no lo dudaron ni un segundo, corrí a salvarlo. Esta era mi oportunidad de rescatarlo y devolverle el favor. 

Sin embargo, nunca espere que Ohm me empujara lejos en cuanto me le acerque. La mujer que lo estaba castigando, me miro confundida. Estaba dispuesto a cambiar lugares con el, pero antes de que pudiera siquiera abrir mi boca, el me grito. 

"¡Nanon, aléjate! ¡Este es mi castigo, no el tuyo!" 

Mi corazón latió frenéticamente al verle siendo abofeteado sin piedad alguna, el sonido entrando por mis oídos como un desgarrador tormento. Apreciando como las mejillas de mi mejor amigo se tornaban rojas, para pasar a tener un morado oscuro. Preguntándome ¿Qué pudo haber hecho?.

La respuesta llego como caída del cielo. 

A los pocos días, me entere que lo habían castigado por robarse una piña dulce del jardín, por que deseaba que yo comiera algo especial a pesar que sabia las consecuencias de lo que pasaría. Y aun siendo su cumpleaños, el único pensamiento que tuvo fue en mi, lo cual me conmovió mucho. Fue sentenciado a escribir 100 veces las reglas de etiqueta de la casa, mientras yo no podía hacer nada y como siempre, los problemas llegaron uno tras otro sin darme cuenta. 

Esta fue la primera advertencia que nos dio la vida. 

Nuestro amor...era mejor dejarlo como un simple sueño.

Envenenaste mi corazón-Ohm nanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora