Alce mi brazo apuntando para el costado en donde se encontraba el callejón y unos botes de basura. Ella asintió entendiendo mi idea. Corrió hasta los botes de basura en donde atrás de nosotras estaban las escaleras de emergencia.
Nos agachamos y nos quedamos unos segundos quietas mientras respirábamos entrecortadas 'por el miedo. Luego de unos segundos (entre 5 y 7) escuchamos abrir apresuradamente la puerta luego de unos pasos seguidos del tintineo de las esposas colgando del cinturón del oficial. No nos volteamos a ver quién era por lo que ya sabíamos. Tampoco escuchamos cerrarse la puerta. Silencio. Unos pasos alejándose. Silencio de nuevo. Luego el sonido de los pasos acercándose. Luego creíamos que se había ido y de que estábamos salvadas, el miedo volvió a mi cuerpo. Giro mi vista a ella. Esta muy pálida. Doy unos pasos atrás queriendo huir. De la situación. De la policía. Hasta que mi cabeza choca contra las escaleras, me toco con la mano con una mueca de dolor y miedo pensando de que tal vez con el mínimo ruido que hizo la escalera al chocar con mi cabeza podría de haber afirmado las sospechas del oficial. Giro a ver la escalera y levanto la vista para ver en donde termina. Rápidamente agarro su mano trayéndola a la tierra, ya que estaba muy asustada y se había quedado quieta, y subo para que luego ella también lo haga. Llegamos a la terraza de un departamento que estaba a oscuras. El policía con su mano preparada en su arma giro su vista a atrás de los contenedores de basura y al darse cuenta que no había nadie se giro y se fue.
Nosotras esperamos a que se fue totalmente y cuando cerró la puerta del resto-bar y ahí lentamente nos acercamos a ella y vimos por la ventana de ella como se alejaba por la puerta principal. Cuando se fue suspiramos. Bayolet decidió ya irse por atrás antes de pasara otra cosa mientras que yo entre por la puerta para volver al trabajo. En la caja estaba Laura que es la esposa del dueño (el cocinero)y ella atiende la caja pero esta vez estaba espiando la bolsas que me dio Bayolet apenas entro.
Se te perdió algo Laura?- Laura es una mujer de 32 años, es algo fácil de enojar. Tuve suerte en que me contratara, el resto-bar en un negocio familiar, no les gusta los niños por lo que no tienen hijos, y no sé cómo hice para que me contrataran.
¿Será por la cantidad de clientes de tienen en esta temporada de invierno y que les dije solo era para la temporada hasta conseguir más dinero para seguir escapando? Obvio que lo de “escapar” no se los dije, solo les dije que quería dinero para “seguir mi camino”
Laura dejo de tocar la bolsa y la dejo en su lugar junto a mi mochila. Se giro para mirarme y se cruzo de brazos.
Tal vez sus cosas estén limpias, pero aun así a partir de hoy tiene prohibido entrar-dijo firme.
Un momento… tu eres la que llamo al policía!-grite sin querer ella me chito de inmediato con un “shhhh” mientras movía sus brazos rápidamente para callarme, me agarro del brazo para llevarme a la cocina para hablar las dos mientras que su esposo nos miraba.
Si. Yo lo llame. Y no quiero que vuelva a tocar este lugar. Investigue sobre ella con la policía. Su archivo criminal no es para nada bueno para que este asustando a mis clientes-dijo amenazante- y ahora que veo tu tampoco de ves tener un archivo muy bueno si las estas ayudando-
La tratas como criminal si ni siquiera conocerla. Tal vez allá tenido sus errores en su vida pasada. Pero ahora es muy buena. Además de que me estas amenazando que con solo ser su amiga puede que yo sea culpable también de algo que ella allá hecho- dije con lagrimas en ojos. Me duele que las personas crean cosas de otras sin conocerlas.
Entonces sí hizo algo que no debe?-pregunto ella sin poder creerlo con una sonrisa y sus ojos iluminados. Jamás la vi tan feliz. Metí la pata. Ahora cree que ella hizo algo malo, lo cual es cierto, pero ellos no deben saberlo. Debo mentir pero no soy buena haciéndolo. Gracias a mis padres que me obligaban a decir la verdad siempre ahora será un problema.
No, claro que no. Nunca hizo nada malo- dije bajando la mirada hasta que quedar mirando el suelo. Mis ojos son los delatores de cada mentira que intente hacer junto con mi familia.
mm…-Laura se quedo mirándome mientras yo seguía mirando el suelo para no mirarla a los ojos- no te creo. Dejaremos esto hasta aquí antes de que los clientes e nos vayan. Pero estaré viéndote en cada movimiento que hagas y no la quiero ver aquí de nuevo a esa chica- dijo amenazándome con el dedo luego se fue hasta la caja quedo en la puerta de la cocina- espero que te haya quedado claro ahora- y se fue. Coul, su esposo, me miro preocupado mientras yo alzaba la vista para mirarlo a él y mis lágrimas caían por mis mejillas.
Será mejor que te refresques y que quites esas lágrimas de ti para que los clientes puedan verte bien- dijo volviendo a su cara normal con su voz gruesa de hombre de 43 años y siguió cocinando. Corrí hasta el baño de mujeres y me moje la cara, pero antes de seguir trabajando en la puerta choque con él. Lo conozco desde que trabajo aquí. Según lo que me dijo Coul venía a desayunar aquí, pero no tan seguido como desde que llegue yo.
Ay lo siento soy muy torpe- le dije mientras le ponía mi mano en su cabeza ya que se la golpee con la puerta al abrirla.
No te preocupes, todo está bien- dijo con su sonrisa tímida y con su cabeza agachada mirando el suelo.
Vuelvo a la caja para ayudar a Coul con unos cafés. Estaba preparando el café de unos de los clientes hasta que alzo la vista y lo veo sentado ahí.
Siempre lo veo sentado ahí. Desde ya varios días que trabajo aquí siempre se sienta al lado de los baños. Nadie se sienta en ese mismo sitio además de él. Incluso a su alrededor las mesas están vacías. Limpias. Como si a nadie le gustara sentarse cerca de los baños. Salvo él. Siempre lo veo con la cabeza abajo mirando su café que pide como cada mañana. De vez en cuando lo veo tratar de mirarme mientras trabajo pero en cuanto lo noto baja su mirada a su café rápidamente otra vez.
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Mi Diario de mi historia de amor ( #wattys2015)
Teen FictionNo sabia que mi simple diario podría traerme tantas consecuencias tanto malas como buenas. Aunque fuera mi culpa por subirme a el primer autobús que me lleve mas lejos.